Creando recuerdos PARTE 2

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—Mierda— Ross estaba tratando de mediar la situación, si su amigo se enteraba de que Taylor estaba llorando se iba a preocupar, pero tampoco es algo que podía esconderle, las hormonas de embarazada eran una locura que se duplicó con Selena ahí, así que tuvo más opción que responderle la llamada antes de que pensara raro.

—Trav...—

—Hey, ya estoy en Kansas, ¿Todo bien? —

—Eh...— rio.

—¿Qué pasa?, ¿Por qué escucho llantos? — se asustó, no tenía ni quince minutos que llamó y estaba de nuevo enlazándose telefónicamente con su amigo.

—Mierda, Travis, ¿Acaso tienes un super oído? — bromeó.

—Nada de eso, cuando tienes dos hijos tienes que entrenar tu audición, pero volviendo al tema, ¿Son llantos? —

—No te alarmes, son Selena y Taylor llorando, es solo que Evie al parecer por culpa mía bajó las escaleras por sí sola y lo logró bastante bien—

—¿Las bajó sola? — eso le dolió un poco, odiaba perderse cosas que ellos aprendían a hacer, dejando de lado que dejó la rejilla abierta. —Quisiera estar ahí ahora, ¿Está bien Charles? —

—Sí, todo controlado, por ese lado— rio. —No te preocupes, voy a hacerme cargo de esto, supongo que debo dejar que se desahoguen, no estoy seguro, te dejo, necesito mediar esta situación y deja de pensar en que algo malo va a pasar, me haré cargo, lo que tienes que hacer es dormir ya porque mañana vas directo a patear traseros, tienes que llegar al super bowl Kelce—

—Suenas como el entrenador Reid— dijo riendo. —Lo haré, llamaré por la mañana a Tay, para saber que esta mejor, por ahora, creo que te dejo en la pequeña novela de drama que te metí— rio.

—Adiós— rio.

Colgaron.


—Damas, perdonen que interrumpa su momento sentimental, pero esto ya me está asustando— dijo riendo. —¿Se encuentran bien? — Ross debía interrumpir.

—Ay— Evie ya se quería zafar estaba entre su mamá y su madrina apretujada y no entendía la razón. —Ay, ay, ay— se soltó de ellas gateando y se alejó. —¡Ross! — se alegró de verlo.

—Hola, Evie— dijo riendo. —¿Está ya todo mejor? — se acercó a ellas.

—Sí, ay, perdón, Dios, me estás viendo como todo un desastre Ross— Taylor le dijo apenada, se limpió las lágrimas con su brazo, su cara se veía totalmente hinchada y un poco roja.

—Está bien, yo entiendo— palmeó su espalda. —¿Estás bien, Selly? — acomodó el cabello de su novia.

—Sí, ya mejor, ¿Puedo usar tu camisa para limpiarme? — le preguntó la pelinegra.

—Soy tu mejor servilleta— bromeó y le limpió la cara con su camisa.

—Ross, mira, mi bebé— Evie se lo enseñó.

—Qué lindo bebé, Evie— rio despeinándole más el cabello. —Debo informarles que el pequeño Charles está dormido de nuevo— todavía lo tenía en brazos.

—Es verdad, ¿Me ayudas a acostarlo? — Swift le preguntó.

—Claro—


Luego de calmarse, todos subieron a la segunda planta listos para irse cada uno, a dormir, Ross ayudó a meter a Charles a la cama, el pequeño seguro que la pasó mal en el vuelo, sus mareos en los viajes lo agotaron y ya era bastante tarde para un par de niños que debían dormir.

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora