Capitulo Único: Tu Eres Mi Héroe

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Narrador.

El hospital estaba sumido en una calma inquietante. Los ecos de la batalla aún resonaban en las paredes, pero el silencio reinante ahora era casi opresivo. En una de las salas, Izuku Midoriya abrió lentamente los ojos, parpadeando contra la luz blanca y fría del techo. El dolor en su cuerpo era una constante, un recordatorio de la feroz lucha que acababa de vivir. Su mente, aún aturdida, comenzó a procesar la magnitud de lo sucedido. Intentó incorporarse, pero el esfuerzo le costó más de lo que había anticipado; sus músculos protestaban, magullados y agotados.

Mientras se acomodaba, una ola de recuerdos lo golpeó con fuerza. Vio los rostros de aquellos que habían caído: Bakugou, su mejor amigo y rival, cuya chispa y determinación habían sido un faro en los momentos más oscuros; All Might, su mentor y símbolo de paz, cuyo sacrificio había inspirado a tantos; Best Jeanist, cuya dedicación y habilidad habían sido inquebrantables; Burnin, cuya pasión ardiente había iluminado el campo de batalla; Dabi, un enemigo con un pasado trágico; Toga, cuyo caos y locura escondían una desesperación profunda; Kurogiri, el fiel sirviente cuyo destino había sido moldeado por fuerzas más allá de su control. Cada nombre, cada rostro, era un recordatorio de la brutalidad de la guerra y del precio que habían pagado.

Izuku se llevó una mano al pecho, sintiendo las brasas del One For All. Había dado todo de sí, no solo su salud y esfuerzo, sino también aquel poder que lo definía. Ahora, solo quedaban vestigios de lo que alguna vez fue una fuerza monumental. El sacrificio había sido necesario para poner fin a la amenaza de Shigaraki Tomura y All For One, pero el costo había sido inmenso.

De repente, la puerta de su habitación se abrió con un golpe. Ochako Uraraka, su amiga y compañera de batalla, entró precipitadamente. Al verlo despierto, sus ojos se llenaron de lágrimas y, sin poder contenerse, corrió hacia él. Su abrazo fue fuerte, desesperado, sus sollozos llenando el silencio de la habitación.

Ochako: Deku-Kun... -dijo entre sollozos-. Pensé que te perdería.

Izuku la abrazó con suavidad, sintiendo el peso de su dolor y miedo. La mantuvo cerca, ofreciendo el consuelo que ambos necesitaban en ese momento. Mientras la sostenía, sintió sus propias lágrimas amenazando con desbordarse. La lucha había sido agotadora, y la pérdida, abrumadora. Pero en ese momento, en los brazos de su amiga, encontró un pequeño refugio de paz.

Izuku: Estoy aquí, Ochako -susurró con voz ronca-. Estoy aquí.

Ella se apartó ligeramente, mirándolo a los ojos. La desesperación en su mirada se mezclaba con un alivio palpable.

Ochako: No sabes lo que fue verte así, tan herido... temía que no despertarías.

Izuku asintió, sin encontrar palabras adecuadas para responder. Sabía que las cicatrices de esta guerra no solo eran físicas; el dolor emocional era igual de profundo. Pero también sabía que no estaba solo. Tenía a Ochako, y juntos, enfrentarían lo que viniera.

Izuku: Lo sé, Ochako. Lo sé. -respondió con firmeza-. Pero ahora, estamos aquí. Y juntos, sanaremos.

Ochako asintió, su agarre en él se volvió más suave pero no menos firme. En el silencio de aquella habitación, dos corazones heridos encontraron un momento de paz, sabiendo que, aunque la batalla había terminado, las cicatrices y los recuerdos permanecerían con ellos para siempre. El mundo había cambiado, y ellos también, pero juntos, encontrarían la fuerza para seguir adelante.

Mientras Izuku sostenía a Ochako en sus brazos, su mirada se posó en la bata de hospital que ella vestía. La visión lo llenó de preocupación. Con cuidado, la apartó ligeramente para poder verla mejor.

Una Vida Junto A Ti Es Lo Unico Que Quiero  (one-shot)Where stories live. Discover now