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Aizawa se dio la vuelta y te llevó con él, haciéndote recostarte sobre su vientre y pecho. Él te miró somnoliento y sonrió. -Te ves tan bonita así...- dijo mientras ahuecaba tu mejilla, te inclinaste hacia el calor de su palma. -Tan bonita...- te admiró. Aizawa te encontró la cosa más bonita que había visto en su vida. Un calor familiar comenzó a formarse en su vientre, podías sentir la dureza debajo de ti; tu rostro se puso rosado.
- Te diste cuenta, no?- Murmuró contra tu piel, haciéndote cosquillas con su aliento. - Sí...- respondiste, tu rostro se puso cada vez más rosado. - ¿Me haces un favor, cariño?- Te agarró de las axilas con sus grandes manos y te sentó. Te miró, levantando una ceja para pedir tu consentimiento. Asentiste y sonreíste, dándole luz verde para continuar.
Aizawa agarró firmemente tus caderas, presionando sus caderas contra las tuyas. Gemiste ante el contacto de su dureza tan cerca de tu calor. Sus manos comenzaron a mover tus caderas contra las suyas, un gruñido escapó de su garganta. Gemiste suavemente, sintiendo su polla presionando contra ti. - B-buena chica... buena chica.- Soltó, su agarre en tus caderas cada vez más fuerte. Chillaste cuando se frotó contra ti - Mmph... aguanta...- te apartó de sus caderas, tomándose el tiempo para quitarse los bóxers. - Sé una buena chica y chúpame, ¿quieres?- preguntó, liberando su polla de la tela. Asentiste y subiste a un lugar más cómodo justo entre sus piernas. Aizawa se sentó para poder mirarte. Lamiste la base hasta la punta, un gemido salió de Aizawa. Seguiste lamiendo el costado, antes de llevarte toda la punta a la boca. Él gime en voz alta y agarra un puñado de tu cabello, empujando tu cabeza hacia abajo sobre su pene. "Mmph..." te suelta una vez que encuentras un ritmo que no te hará atragantarte.
Lentamente sacaste su longitud de tu boca, usando tu saliva como lubricante comenzaste lentamente a acariciar su pene. Aizawa gimió y se apoyó en tu hombro - Tan bueno... tan buena chica...- tiró suavemente de las puntas de tu cabello, inclinándose para besar tu mejilla. Mientras bombeabas su pene, su respiración se entrecortó, los gruñidos profundos se convirtieron más en gemidos desesperados. Finalmente, el semen se derramó de la punta rosada de su pene, jadeó levemente y extendió la mano para acariciar tu cabello - ¿Ahora te toca a ti, eh?-
Te encontraste agarrando las sábanas debajo de ti mientras su lengua se adentraba cada vez más en tu interior, sus grandes manos agarraban tus muslos para mantenerlos separados. Aizawa sacó su lengua de ti para lamer tu clítoris, provocando un gemido de tu garganta. - Siempre sabes tan bien...- murmuró, metiendo dos dedos en su boca antes de deslizarlos dentro de ti. Gemiste y arqueaste la espalda. - Por favor, por favor...- te quejaste, cerrando los ojos con fuerza. - Shhh, está bien, lo estás haciendo muy bien por mí, cariño.- Metió sus dedos dentro de ti, curvándolos en ciertos lugares. Aizawa se inclinó hacia atrás para lamer tu clítoris, mirándote para ver tu reacción. Apretaste tus muslos sobre su cabeza. -Estoy cerca... Estoy cerca...- Tu respiración se volvió entrecortada cuando Aizawa sacó sus dedos de ti, reemplazándolos con su pene ahora mucho más duro.
Ambos dejaron escapar un gemido de placer antes de que él comenzara a empujar impacientemente dentro de ti. - Voy a poner un bebé en mi buena niña...- Se inclinó para besar tu cuello, gemiste y agarraste su espalda, dejando marcas de arañazos en su espalda ya llena de cicatrices por luchar como un héroe. Su ritmo se hizo más rápido y más duro. - Vamos, córrete conmigo...- Murmuró, su pene estirándote. Sus embestidas se volvieron descuidadas después de un minuto, lo que indicaba que estaba cerca. Te penetró hasta el fondo y luego te llenó de semen.
Ambos jadearon, lo miraron. - ¿Segunda ronda?- Sonreíste. - Tengo trabajo, cariño, lo siento.- Se apartó y te besó la mejilla, ayudándote a ponerte algo de ropa después de limpiarlos a los dos.
