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— Queee.. pereza..
Murmuraba aquel moreno lleno de vendas. Estaba sentado en su silla, con la cabeza apoyada en su escritorio. Estaba viendo prácticamente a la nada, a pesar de que tenía varios documentos por repasar.
Atsushi no era para nada ágil con las computadoras. De hecho, no fue hasta recién que aprendió a usarlas debidamente. Y al parecer, se le daba bien. Se podían oír los rápidos toques que le daba al teclado y al ratón, se notaba que estaba desesperado por terminar toda la cola de trabajo asignado para poder irse al fin a descansar.
El aburrido y cansado desperdicio de vendas se fijó en las manos rápidas de su compañero, entreteniendose con ellas. Las manos del contrario se veían algo suaves, pero estaban ligeramente resecas. A traves de ellas se podian notar las distintas venas de colores, y sus huesos moviendose al ritmo del trabajo que hacia. Todo esto por alguna razón se le hizo bastante agradable de ver a Dazai, viendo las manos del chico sin verguenza alguna.
Hasta que Atsushi por fin terminó.
El joven se tronó los dedos, el sonido fue música para los oidos del moreno, sonriendo sin darse cuenta ante lo satisfactorio que había oido.
— No se me da mal, ¿a que si? —Volteó la cabeza, mirando a su colega con una ligera sonrisa cansada.
Pero Dazai estaba muy distraido como para responder adecuadamente.
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- Jeje soy mala muy mala tan mala jejejejejejejejjejejejjejejkewwfjdewuixshqddwj ok bye
