EL SI QUE ME CONDENA.

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CAPITULO 2

EL DIA DE LA BODA

La ansiedad y los nervios me despertaron antes de lo usual.
Hoy es el dia que he estado esperando, pero también temiendo.

Estamos a punto de casarnos.

Aunque su comportamiento hacia mi sigue siendo el mismo, la idea de convertirme en su esposa me provoca una mezcla de emociones contradictorias.

El dia que tanto he esperado finalmente ha llegado.
Después de días de arduos preparativos, la boda está a punto de comenzar.
Mi mamá y mi hermana akira han trabajado con dedicación para que cada detalle sea perfecto, desde las flores hasta la decoración del altar. Mientras tanto, mi Papá, kaidén y los padres de Ares se han encargado de los asuntos empresariales. todo parecía perfecto, sin embargo nuestras familias habian decidido que la ceremonia iba a ser un poco mas privada.

Al principio me resistí a la idea de casarme pero sabía que era la única opción.

En este momento me encuentro en una habitación con una vista impresionante,
El camino de flores blancas que conduce al altar es un hermoso detalle que me llama mucho la atención.
Estoy ansiosa y ala vez preocupada.

Espero que este matrimonio lo ayude a regresar a ser la persona que una vez conocí.

En minutos voy a convertirme en la señora beckett, y estoy lista para afrontar este nuevo capítulo de mi vida con la esperanza de que podamos reconstruir lo que una vez tuvimos.

Los invitados comenzaron a llegar, todos estaban vestidos acordes a la ocación, entre la multitud puedo distinguir a mi mejor amiga freya.

De los nervios e ansiedad mis manos comenzaron a  sudar, mientras me miro al espejo y me pregunto si realmente estoy tomando la desición correcta.

El vestido blanco, sencillo pero elegante, me favorecía, pero la duda seguia acechándome, me sentia como si estuviera al borde del abismo.

-¿ puedo pasar ?.-freya entró en la habitación su mirada me envolvió en un cálido abrazo.

- estas preciosa. - su expresión se volvió preocupada.

-¿ que pasa? ¿Porque esa cara?. - me preguntó.

-- tengo dudas.- bajé la mirada, incapaz de ocultar lo que me pasaba.

-¿dudas? Si esto era lo que querias.

-- lo sé, pero me siento rara, tengo algo así cómo una corazonada, de igual modo Gracias por venir y estar junto ami.- pedi a freya que se acercara y nos abrazamos.

- ¿ Quizás sea porque caleb está aquí?

- ¿que? ¿ quien lo invitó?.- la miro confundida

-toma, las elegi yo, no des importancia a que este aquí, al fin y al cabo en su momento fueron muy grandes amigos.- freya me entrego un pequeño ramo de flores blancas.
las acepté con gratitud, aunque mi madre ya me habia elegido unas para mi, estás eran especiales.
Venian de mi mejor amiga y me daban la fuerza que necesitaba.

* disculpen la interrumpción pero ya es hora de que te lleve.- me dijo mi padre , mientras entraba a la habitación con un traje que le quedaba impecablemente ajustado.

Me quedé en silencio, me levanté, tomé un sorbo de agua y me acerqué a él para tomar su brazo. En ese momento sentí el peso de la responsabilidad y el respeto que le debia a él, ya que habia organizado todo esto para ayudar a nuestra familia.

Mientras caminabámos hacía el altar, el camino de flores parecía estirarse interminablemente ante mi.
Mis piernas temblablan con cada paso, como si estuvieran hechas de gelatina. La música de golpe resonó en mis oidos, un recordatorio constante de que no podia volver atrás.
Mi padre me apretaba la manó con suavidad, como si me quisiera transmitir fuerzas y seguridad. Pero yo estaba perdida en un mar.

El altar parecía alejarse cada vez más, como un espejismo en el desierto.
Pero mi padre me sostuvo con firmeza, guiándome hacía adelante, hacía un futuro incierto.

Ares me esperaba en el centro del altar. Tiene puesto un smoking negro que parece que absorbe la luz que lo rodea dejando solo su silueta.

Está de espaldas, sumido en sus pensamientos, yo lo miro fijamente esperando que se de la vuelta pero nunca lo hace.

Al llegar a su lado, se volvió hacía mi y rapidamente agradece a mi padre.
Conectamos miradas por un momento y pude sentir una pequeña conexión entre nosotros.

El Padre comenzó dando la bienvenida a los invitados cautelosamente.

Luego de un momento el da la continuación de los votos.

- Mi querido Ares, ahora mi esposo, mi mejor amigo y compañero. Prometo amarte y respetarte todos los dias.
Hoy te prometo que seré tu refugio, y tu apoyo.- akira escribió esto sin dudas...

-Mi amada Lena, te prometo amarte con intensidad, cuerpo y alma.
Serás mia y solo mia, te amaré con tanta pasión que te consumirá, no te dejaré ir, no te dejaré escapar. Estarás conmigo para siempre y juntos construiremos un mundo donde solos nosotros existamos.

Al escuchar sus votos, sentí como si el amor que una vez había sido un río de fuego ahora se hubiera convertido en un lago de hielo.

No sabia si estaba escuchando una broma macabra o una promesa en serio.

Sus palabras sonaban huecas y vacías, como si vinieran de un extraño que se hubiera apoderado de su voz. Me quedé sin aliento, sin saber como reaccionar.

Los anillos se deslizaron suavemente en nuestros dedos, el gesto que sellaba nuestro compromiso.

El padre dio una reflexión sobre el amor, pero mi mente estaba en un lugar diferente, la duda me carcomía cada vez más.
El padre dio la continuación como si nada fuera fuera de lo normal.
Pronunció la bendición hacia este matrimonio.

- los declaro Marido y Mujer, puedes besar ala novia.- El padre dio la finalización de la ceremonia.
Ares se inclinó hacia mi, su mirada se clavó en la mia, su boca se posó sobre la mia con suavidad , pero con una pasión que me dejo sin aliento.
A pesar de las dudas y temores que me habían asaltado antes, ese beso me hizo sentir viva, me hizo sentir amada. Fue como si el mundo entero se hubiera dentenido, y solo existiéramos nosotros dos, perdidos en la intensidad de ese momento. Su beso era un refugio para mi, un lugar donde podía esconderme de mis miedos y dejar que el amor tomará el control.

Después de nuestro beso, nuestros familiares y amigos se acercaron abrazarnos, llenos de felicidad y lágrimas de alegría.

En medio de la emoción, lance el ramo de flores al aire, y mi hermana lo agarró con una sonrisa radiante.
Espero que cuando le vuelva a tocar a ella, sea tan feliz como yo en este momento.
Todos gritaban y vitoreaban, mientras mi nuevo esposo me tomaba de la mano y nos dirigimos hacia el auto que nos esperaba afuera.
Pero a pesar de la alegría que me rodeaba, la incertidumbre todavía consumía mi mente.
¿Qué había hecho el casarme con él? ¿Había sellado Mi destino o había encontrado mi salvación?

¿Qué había hecho el casarme con él? ¿Había sellado Mi destino o había encontrado mi salvación?

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