ㅤㅤㅤⁿᵉᵒ. : ( playground ) ㅤ survival ༐ 🆘

Capítulo 17

Boy if you were me, could you really blame me?
Would make you crazy

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Un gran grupo avanzaba por las nuevas calles. Por delante, el joven alto y pelinegro junto al delgado pelirrojo caminaban despreocupadamente e incluso charlaban por cortos minutos. Detrás de ellos, dos rubios de casi la misma altura los seguían. A las pocas calles, los extranjeros faltantes se les unieron.

-¿Y DongHyuck? ¿Dónde está, por qué no está con ustedes? -El alterado canadiense preguntó aquello al notar cómo faltaba aquel moreno, su mirada angustiada rápidamente se posó sobre el mayor del grupo, quien simplemente le regaló una ligera sonrisa-. Hyung...

-Él está bien, no te preocupes, solo fue a jugar un rato. -Respondió tranquilamente el americano mientras se acercaba a su menor, al cual abrazó por los hombros, ignorando olímpicamente que varias partes de su ropa estaban manchadas de rojo-. Solo fue a jugar con los chinos, ¿no es así, JiSung?

El rubio asintió en respuesta.

-Ahora son inofensivos, el único peligro es Yukhei, pero sabemos que DongHyuck podría escapar muy fácilmente de él.

-O tal vez no.- La traviesa voz de Chenle interrumpió a Park, quien confundido dirigió su mirada hacia donde veía su amado novio y pudo presenciar cómo Lee huía de un furioso Yukhei que sostenía en su mano la filosa arma que antes era propiedad del moreno.- ¡Corre, DongHyuck Hyung!

-Jisung y Mark, vayan por él y encárguense de Lucas. Yuta, vigila desde la distancia conmigo y Chenle. Deja de reírte, me asustas. -El pelirrojo ordenó aquello de forma relajada antes de alejarse en busca de algún lugar en el que pudiera ocultarse junto al japonés.

El nipón miró con el ceño fruncido a su amigo pelirrojo. ¿Encargarse de Lucas? ¿Qué quería decir sobre eliminarlo? ¿Quería que acabara con él?

Obedientes coreano y canadiense fueron en busca del moreno, JiSung iría por su mayor mientras Mark se encargaría de Wong, pues el canadiense portaba con un arma a diferencia del coreano.

-¡DongHyuck!- El grito del menor alertó Al joven quien corría en un intentó de esquivar Al alto chino quien abusaba de sus largos brazos para intentar herir a su más bajo.- Deja de correr, carajo.-Escupió el rubio con hastío pues odiaba el tener que correr y más para salvar el pellejo de alguien que no fuera él o su novio.

Al estar cerca del mayor, JiSung se acercó a tomarlo del hombro hasta alejarlo de la punzante arma qué portaba el chino, quien gruñó con enojó al ver cómo su objetivo era alejado de él. Rápidamente la vista del alto moreno se posó sobre el joven pelinegro detrás suyo, al analizarlo pudo notar la gran hacha que iba en dirección a su cuerpo.

Con aquella distracción ambos coreanos huyeron de un lastimado Yukhei qué sostenía con dolor la chorreante herida de su abdomen.

-Mierda, ¡corre Mark!- El grito del menor fue suficiente para que el canadiense no dudara de correr tras ambos menores dejando a su víctima tendido en el suelo. Poco le importaba abandonarlo igualmente.

Después de aquella interrupción todos los miembros de aquel grupo caminaban en silencio y totalmente alertas a su alrededor.

-Llegamos- Anunció el mayor de todos.

Los ojos de Mark y Yuta se abrieron con total sorpresa ante el lugar en el que estaban.

-¿A qué venimos aquí?- Murmuró Mark con miedo mientras se acercaba al alto.- Hyung, Vámonos por favor, se lo suplico.

-Mark, necesito entrar, hay algo esperando por mi ahí dentro.

-Mark y yo revisaremos la última habitación, los demás, distribuyanse como les plazca.- El japonés ordenó aquello con hastío observando dicho lugar, ante las miradas confundidas de sus compañeros no dijo más y se adentró al lugar junto con el canadiense quien miraba a sus amigos con temor y vergüenza reflejada en sus ojos. Afortunadamente solo una persona sabía interpretar perfectamente los ojos de aquel pelinegro y esa persona era DongHyuck.

Y siguiendo las instrucciones varios se dividieron y otros simplemente se quedaron juntos. Donghyuck decidió ir solo, solo y tras aquel par que fue el primero en irse.

-No podemos dejar que sepan esto, Yuta, no pueden.- La voz del preocupado canadiense retumbó dentro de una desolada habitación con su puerta a medio cerrar.

-Lo sé, lo sé, realmente te pasaste mocoso, no eres bueno para mentir, pero que tal para empuñar tu hacha.

¿Hacha?

La cabeza de DongHyuck comenzó a repasar todo lo que había pasado y la vez que vio a Mark ignoró olímpicamente el hecho de que su tierno novio tuviera aquel líquido escarlata cubriendo su ropa y partes de su cuerpo; de pronto, se le cortó la respiración. Mark tenía sangre en su cuerpo, pero ¿de quién?

Con la curiosidad cosquilleándole en su interior, no dudó en inclinarse lo suficiente para ver a través de la ligera abertura de la puerta, grave error. Su cuerpo pronto se tensó y comenzó a temblar en cuanto sus avellanas órbitas recorrieron aquella brutal escena: ahí, en el suelo, vísceras y sangre estaban esparcidas, al igual que en las paredes. Al ver aquel pantalón negro, su respiración comenzó a faltarle; su pantalón, antes blanco, estaba manchado de rojo y su abdomen, antes firme, no era más que carne molida y pedazos de lo que en algún momento lo cubría. Y lo vio, con el terror plasmado en su rostro: JaeMin había sido bruscamente movido por Yuta con asco; sus ojos, antes vivos, se conectaron con los aterrados de DongHyuck, quien, sin poder contenerse, vomitó sobre aquel piso húmedo y sucio. Poco le importaba que ahora supieran de su presencia.

Su cuerpo cayó finalmente al suelo; sus piernas y cuerpo temblaban como hojas ante una brisa, mientras su cabeza perturbada no dejaba de repetir las escenas que antes le aterraban, ahora sumadas a los muertos ojos de JaeMin viéndolo cruelmente, junto a sus órganos fuera de sí. Aquella imagen lo hastiaba. ¿Quién pudo ser tan bestia? Sin poder reprimirlo, volvió a vomitar mientras el llanto y el vómito le ahogaban. Pronto, unos cálidos brazos le abrazaron sin importarle su sucio estado.

-Hyuck, no debiste ver esto, lo siento mucho- Las dulces palabras de Mark penetraron en su cabeza. ¿Verlo?

-JaeMin... ¿Quién le hizo esto a JaeMin? ¿Tú? ¿Fuiste tú?- Los ojos enrojecidos del menor se posaron sobre el extranjero mayor, quien le miraba fríamente desde el otro lado del pasillo.

-¿Yo? ¿Por qué no le preguntas a tu Makku? - La burla era palpable en la voz de Yuta, quien volvió a entrar en aquel cuarto.

-¿Mark? - Aquel nombre, que antes decía con tanto amor y cariño, esta vez fue pronunciado con dolor y miedo.

-Él quería lastimarte, Hyuckie; yo solo quiero cuidarte y salir de este lugar juntos-. Pequeño Mark, no veías el nivel de maldad que guardabas, excusándote en cuidar de los tuyos.

Sin poder evitarlo, DongHyuck se alejó temeroso de su pareja; sus ojos picaban por nuevas lágrimas que amenazaban con salir.

-¿Cómo pudiste? ¡¿Cómo destrozaste así a nuestro amigo?! ¡¿Cómo pudiste?! -Sin moderar su tono ni pensar en sus acciones, DongHyuck tomó fuertemente a Mark de los hombros, sacudiéndolo con fuerza y gritándole en la cara. Sus mejillas, empapadas de agua salada, agrietaron el corazón del pelinegro, quien miraba con dolor el estado de su amado. "¿Por qué su muerte le había afectado tanto?", se preguntaba Mark.

El bullicio atrajo a más de uno; los pasos, rápidos y tranquilos, resonaron por el pasillo hasta dejar a la vista la alta figura del mayor allí.

-DongHyuck, suelta a Mark - La dominante voz del estadounidense hizo eco en el lugar, mientras los ojos desconcertados del menor le miraban fijamente en un intento de retarle. Sin embargo, un fuerte tirón le apartó del extranjero; Yuta le había alejado de Mark.

-Dejen su drama, tú-. La voz baja y calmada del japonés se dirigió a Johnny, quien desconcertado levantó una de sus finas cejas, dándole permiso de seguir. -¿Esto es lo que buscabas?-. Una llave de auto se alzó en el aire; el americano, al tenerla entre sus manos, sonrió grandemente; la había obtenido.

-Excelente Yuta