Sofa

773 106 10
                                    


La discusión se daba en la sala del pequeño apartamento.

Desde el principio sabía que había algo mal en aquella relación; los momentos felices que pasó en ella hacían olvidar a los malos, que lastimosamente eran mayoría.

Los gritos de TaeHyung hacían eco en su mente y los gritos que él soltaba como respuesta lo herían. No sabe en qué momento empezó, porque ya hacía bastante de esa inestabilidad en su relación. Un día todo iba bien, pero en la noche todo podría cambiar.

¿El problema?

Nunca hablaban. Las discusiones se daban por tonterías, por situaciones de la casa o por comportamientos que alguno de los dos tomaba, pero ellos nunca lo hablaban, podían pasar días sin hablarse hasta que uno de los dos creía que era suficiente y empezaban la rutina como si nada pasara.

JungKook sabía que estaba mal, y también sabía que TaeHyung también lo pensaba, pero ninguno de los dos hacía algo para cambiarlo.

Su esposo caminó hasta la habitación tratando de ignorarlo, pero él no dejaría que las cosas acabaran ahí; él no dejaría que se burlase de él, no dejándolo desahogarse. Caminó detrás de TaeHyung, gritándole que se volteara a verlo.

Sabía que los vecinos estaban escuchando; odiaba las malditas paredes delgadas de ese conjunto residencial, pero en ese momento no le importó, como tampoco le importó tomar con brusquedad al mayor del brazo para hacerlo girar. De un manotazo TaeHyung se apartó.

Ambos estaban tan cansados.

Si discutir los ponía tan exhaustos ¿por qué simplemente no lo dejaban de hacer?

Le reclamó a TaeHyung sobre la falta de dinero en el hogar, cuestión que no venía al caso y cosa que hizo enfadar más al mayor.

Un grito más, un manotazo más.

No sabe en qué momento el mayor ya lo estaba acorralando entre el marco de la puerta de la habitación y la pared. Sintió miedo; las discusiones nunca habían llegado hasta ese punto. Empujo con fuerza el cuerpo del mayor para quitárselo de encima. Hubo un último grito, que ninguno de los dos entendió, pero que dio fin a la pelea de esa noche.

JungKook caminó hasta el baño para lavarse la cara y poder calmarse. TaeHyung caminó hacia el balcón para tomar aire. Cuando el menor salió del baño, escuchó como la puerta de la entrada era abierta, también escuchó como el abrigo acolchado era tomado del perchero y por último el portazo que indicaba que su esposo había salido.

Sin darle mucha importancia tomó su pijama, se cambió la ropa y se metió a la cama que hace mucho tiempo había dejado de ser cálida. Encendió la televisión, dejando cualquier programación; no le importaba, solo le gustaba el oír voces a lo lejos para poder conciliar el sueño.

La mañana siguiente se despertó; era muy temprano, TaeHyung estaba a su lado durmiendo; todavía le quedaba media hora de sueño. Esa media hora JungKook la utilizaba para preparar algo suave para que comiera antes de irse, planchar la camisa de su uniforme y preparar su almuerzo para que llevara al trabajo. Treinta minutos exactos escuchó la alarma sonar; también escuchó como su esposo se levantaba y a pasos pesados caminaba hasta el baño. Mientras él preparaba el café, escuchó como el agua de la ducha empezó a correr. Entró a la habitación y con cuidado sobre la cama puso la camisa azul cielo bien planchada y volvió a salir. La puerta del baño se abrió y el roce de la ropa le indicaban que el mayor se estaba vistiendo; por el vidrio del balcón pudo ver el cielo que apenas empezaba a teñirse de azul claro.

TaeHyung apareció por la entrada de la cocina con el cabello húmedo, JungKook puso la taza en el mesón y el mayor entendió la señal; lo tomó, buscando en la alacena alguna galleta. Mientras se cepillaba los dientes, el menor empacaba en su mochila el almuerzo y el termo con jugo.

All for us  [TaeKook]  One shotWhere stories live. Discover now