¿Su majestad?

La playa

Wey tuve que ver un vídeo para aprender a hacer la lasaña xD y eso que ni puse la receta.

Narra Isaza

- Perdóname de verdad - Se separó del abrazo y me vió con los ojos llorosos, no pude resistirme a abrazarlo otra vez.

- Está bien, está bien, mi papá lo había dicho.

- ¿Qué? ¿Cómo? - Me separé.

- Dijo que un guardia le dijo que había escuchado a tus papás hablando de eso.

- Oh - no creía que se regalarían de esa forma - pero enserio si tú no quieres que salgamos no lo haremos.

- Sí quiero.

- ¿Seguro? - asintió.

- ¿Te veo aquí mismo mañana?

- Está bien.

Al día siguiente

Le había hablado a Juli para que me enseñara a hacer lasaña así que había comprado las cosas para hacerla y fuí a su casa, toqué la puerta y ella salió

- Hola Isa, pásale - me sonrió.

- Hola Juli - pasé junto con ella y dejé las cosas en la barra de la cocina.

- Gracias por ayudarme, no sé que haría sin ti - la abracé.

- No es nada, ¿y para qué quieres aprender galanazo?

- Es que Martín...

- ¿Martín? ¿Hablas de ESE Martín o de otro Martín? - recalcando la palabra "ese".

- ESE Martín.

- No puede ser, ¿Cómo lo conseguiste? - preguntó mientras comenzaba a acomodar todo en la mesa.

- No lo sé, mis papás me obligaron.

- Espera, ¿te obligaron? Según yo tú eras el que quería sí siempre me hablaste de él.

- Le querían sacar dinero a su papá, ya ves como son.

- Ay, sí te entiendo - me agarró la mano - pero si se enamoran te puedes ir a vivir con él y puedes deshacerte de tus papás.

- ¿Y tú?

- Yo me la paso en el castillo, nos podríamos ver de vez en cuando - nos sonreímos.

- Bueno, ¿empezamos? - asintió.

- Sí, mira, primero debes poner la carne molida...

Y así comenzó a explicarme mientras yo lo hacía, y si no podía ella me ayudaba, ya casi estábamos por terminar y ella me habló.

- Siempre le tuve celos a Martín.

- ¿Por? Si cuando salíamos no lo conocía aún.

- Pero igual, yo sabía que él te gustaba, veías todas sus entrevistas y me hablabas de el - pensé - y además veías sus videos de cuando era niño y decías que era lindo.

- Perdón.

- No importa, ya pasó - puso la última capa de láminas de pasta y yo puse la carne molida que quedaba y un poco de queso - ya quedó - la agarró y la puso en el horno, 40 minutos, nos fuimos a sentar en su sillón, ella puso su cabeza en mi hombro.

- Te quiero mucho Isa, quiero que seas feliz.

- Yo también te quiero mucho Juli y vas a ver que encontrarás a alguien mejor que yo que te hará más feliz.

- Lo dudo.

- Te lo mereces - le dí un besito en el cabello.

Pasaron los cuarenta minutos, sacamos la lasaña, le cortamos poquitisimo para probarla y al instante nos vimos con los ojos abiertisismos.