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- Bien... ¿Podría decirme como terminó asi? Señor Suwa.

Aquel hombre vestía la habitual bata blanca que lo distingue como médico, en sus manos sostenía las radiografías que se le fueron realizadas a Rei.

Su mirada cansada se dirigió al joven de ojos azules que se encontraba postrado en la camilla de aquella habitación de hospital, a su lado, un rubio sostenía una de sus manos mientras que la otra cubria su rostro, al parecer bastante preocupado por la lamentable situación de su compañero.

No recibe respuesta por parte del pelinegro, de hecho, puede ver que hay muchas dudas en sus ojos, posiblemente teniendo un debate mental entre decir o no.

Su compañero se encuentra en un caso similar, aunque a diferencia del chico frío, el rubio se encoje sobre su asiento evitando a toda costa la mirada del doctor.

- Es importante que me informen como ocurrió el accidente.

Nuevamente no recibe respuesta por ninguno de los dos. El hombre de ojos carmín está muy callado, todo lo contrario al momento en que llegó envuelto en pánico cargando en brazos al pelinegro en la sala de emergencias, por otra parte el paciente dirige su mirada azul al rubio, tiene una pizca acusatoria y el otro es consiente de ello.

- No llegaré a nada si no me dicen que paso ¿Quien le hizo eso? - cuestionó casi al borde de perder la paciencia, no era ético gritarle a los pacientes, pero hace dos días que estaba  en el hospital haciendo turnos y ninguno de los dos frente a él se dignaba a hablar.

Suspiro pesadamente tratando de mantener su profesionalismo, rogaba al cielo paciencia, este ya era su último paciente y será libre al fin.

- fue kaz- - y cuando Rei había decidido hablar, el casi mencionado le cubrió la boca completamente alarmado.

- ¡Rei! - su voz salió tres notas más altas de lo que realmente quería, su rostro palidecio, juraría que se le había salido el alma del cuerpo por segundos. - ¡Cállate!

El medico siente un tic en su ojo izquierdo. Inhala, exhala y muestra una sonrisa tranquila, pero es obvio que detrás de esa angelical expresión hay otra versión gritando y rabiando.

- Señor kurusu ¿Que ocurrió? Necesito saber si no hay otro problema - hablo con calma.

Sin embargo Kazuki se ve reacio a responder, está avergonzado, su rostro igual de rojo que una manzana. Rei aun tiene la boca cubierta, pero su mirada está fija en el rubio.

- Bueno, Vera, pues... ¡Se cayó! - la constante vacilación y la rapidez al hablar no le convence.

- me temo que las radiografías dicen lo contrario - dijo colocando las radiografías en el negatoscopio para que tanto kazuki como Rei pudiesen apreciarlas.

Con el pequeño bolígrafo con luz láser señaló la parte afectada que se mostraba en la radiografías

- como pueden ver, si bien no es nada serio, la zona pélvica muestra una leve fractura, su recuperación será rápida- explicó - pero, esto no pudo ser resultado de una caída - les miró fijamente, obtuvo reacciones diferentes por parte de ambos, mientras Rei seguia observando la radiografía, Kazuki hizo lo contrario, era como si deseara que la tierra se lo tragara.

- ¿Y bien? - cuestionó nuevamente, rubio y pelinegro cruzaron miradas.

- bien... - Kazuki decidió hablar por fin - bueno... Lo que pasó fue...







- Rei - el rubio que terminaba de peinar a su dulce hija, llamó a su compañero que, al igual que todas las tardes, se encontraba tirado en el sofá jugando Morio kart.

¡Fue un accidente!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora