7. Primera clase de pociones y encantamientos

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Entraste a la sala común, y llegaste hasta las habitaciones de las niñas, dormiste relativamente mal, pero ya no te sentías tan miserable. Las clases habían sido más interesantes, complejas, sí, la verdad que sí, pero emocionantes.

Los nervios con la profesora Mcgonagall convertida en su forma animaga se te habían puesto al tope, también te sentías preocupada por que Harry no llegaba. Volteaste hacía la puerta del aula por millonésima vez. Tenías esperanza que se hubiese perdido en los largos y confusos pasillos del castillo.

―Tranquila, ya vendrá Potter―te consoló Pansy.

Habías logrado entablar conversación con Pansy Parkinson. Era un poco desgradable, pero con Dudley y con los Dursley en general, ¡Oh por Dios!, habías tenido que pasar tiempo con personas mucho peores. Ella no era nada a comparación.

También te gustaba observar a Draco durante las clases, y escribir su nombre en la última página de tus cuadernos, dibujando corazoncitos alrededor, mientras él nunca lo viera o supiese que lo hacías, todo estaba bien.

Observaste una cabellera rojo fuego y al mismo niño flacuchento de cabello alborotado irremediable.

Harry y el chico del tren, Ron.

Ellos avanzaron hacia dentro del aula, miraron los alrededores en busca de algún indicio de la profesora Mcgonagall. Al no verla, suspiraron aliviados.
Harry volteo hacía tú banca, estabas sentada junto Pansy, le sonreíste, le señalaste el gato y pusiste tú dedo índice en tus labios. Tratando de advertirle.

Harry frunció el seño.

―¿Te imaginas lo que haría Mcgonagall si nos descubriera?―se burló Ron.

Mcgonagall abandonó su forma animaga y recobró su forma real. Harry abrió los ojos como platos, y finalmente pareció entender a lo que te referías, Ron por su parte se puso terriblemente nervioso.

―Eso fue algo brillante.

―Gracias por el cumplido, señor Weasley―replicó ella―. Quizás sería más útil si los transformara a ustedes dos en un reloj de bolsillo. Así tal vez llegarían a tiempo.

―Regresar es un lío.

―Los convertire en un mapa. Así tal vez encontrarían sus sillas.

Hiciste una mueca. ¿Por qué Harry habría llegado tarde?

Harry y Ron tomaron asiento.

[...]

Estabas sentada en la mesa de Gryffindor. Comiendo con Harry y Ron.

―Pobre de tú hermana, Harry―dijo Ron―. Imagínate estar en la misma casa que Malfoy. Tener que verlo todos los días. Que maldito suplicio.

―Definitivamente no querría estar en su lugar―te aseguró Harry.

Frunciste el seño. Te sentiste ofendida.

―No es tan malo―dijiste―. Malf...digo Draco no es tan desagradable. La verdad es que él nunca me ha tratado mal, no deberían hablar así de él. Nisiquiera lo conocen.

―¿Qué? ¿Ahora eres su defensora?―se molestó Ron.

―Ustedes estan siendo demasiado injustos―respondiste―. Dejenlo en paz.

―Que no se note que te gusta―contestó en un susurró audible Ron.

Espera. ¿¡QUÉ DIJO?!

Draco Y Lectora [Draco X T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora