Promesa - Kidller

Capítulo 1: Maldiciones

Breve contexto: Antes del suceso de esta historia, Kid dio una paliza al tipo equivocado y fue llevado a juicio y tuvo que pagar bastante por los daños que causó y por eso los chicos están arruinados. Kid tiene problemas de ira, pero está trabajando en ello.

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Kid lo tenía todo planeado.

Era un hombre con un plan.

Hizo una lista y la revisó dos veces.

Cada detalle estaba planeado con semanas de antelación.

Ahora solo quedaba la ejecución impecable.

Ayer mismo recogió su paquete del joyero con cara de culo. El tipo le había mirado con asco en cuanto entró en la tienda con su sucio overol de trabajo y le presentó el pequeño joyero aterciopelado que había tenido la suerte de encontrar en un mercado de pulgas. El joyero lo había despreciado aún más al ver el contenido de la caja: el proyecto de Kid que le había tomado semanas perfeccionar. Todo en él debía de oler a pobreza para el hombre.

Tenía un presupuesto ajustado, y Kid pensó que era una idea más agradable repartir el dinero para la ocasión en lugar de gastarlo todo en el anillo. Estaba seguro de que Killer también apreciaría la idea. Kid podría haber intentado hacer los grabados él mismo si hubiera tenido las herramientas adecuadas, pero teniendo en cuenta que el regalo era casero de por sí, sería un buen detalle que al menos un aspecto del mismo estuviera a cargo de un profesional. La letra cursiva quedaría mejor y Kid había puesto demasiado empeño en ellos como para estropearlos con su letra horrorosa.

A pesar de que los grabados que quería eran bastante simples y normalmente se harían en menos de 30 minutos, el joyero lo hizo esperar tres días, probablemente empujándolo mucho más atrás en la inexistente lista de espera solo porque Kid no compró nada excesivamente caro en la tienda

En el destartalado garaje que tenía el disgusto de llamar su lugar de trabajo, Kid jugueteaba ansiosamente con la caja que tenía en la mano mientras se apoyaba en el mostrador de recepción, observando y esperando a que los brazos del reloj tocaran el número mágico en el que era apropiado escabullirse antes, ahora que el imbécil de su gerente no estaba hoy vigilándoles.

Le había costado mucho prepararse y convencer a su amigo y compañero de trabajo Heat para que aceptara cubrirle y cerrar el garaje en su lugar. Normalmente era su responsabilidad, pero por una vez Kid quería llegar a casa antes que Killer. Ordenar el apartamento, hacer que todo pareciera bonito. Que Killer llegara a casa con la cena en la mesa. ¡Y darse una puta ducha! La sola idea de que Killer pudiera recibirle con besos y abrazos sin tener que preocuparse de mancharse la ropa de grasa o de que apestara a aceite de motor le producía a Kid pequeños escalofríos de felicidad.

Todo sería perfecto.

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Kid sacó el móvil del bolsillo y envió un mensaje a Killer mientras esperaba, poniendo en marcha su plan.

Joder, sí!! Hoy he salido temprano del trabajo!

Puedo ir a la tienda, necesitamos algo? Ven directo a casa!

Lo que había planeado para Killer iba a ser una sorpresa, así que intentó sonar lo más discreto posible. Una pequeña mentira piadosa no haría daño a nadie. Normalmente, Killer pasaba por la tienda antes de llegar a casa, pero hoy Kid necesitaba que Killer se diera prisa en llegar a casa sin dar vueltas. Kid vio los tres puntos saltar arriba y abajo indicando que Killer le estaba escribiendo.

Wow! 😮 Es la primera vez! Se ha muerto el dueño o algo así?

Kid le contestó.

Cara de pija no estaba hoy, y ha sido muy tranquilo, así que cerré la tienda temprano.