Capítulo 5. Involucrar inocentes

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Mis semanas tienen 14 días wattpaders xD, gracias por seguir la historia. Nos leemos pronto :D


***


—¿No vas a contestar?—volví a hablar levantando más la voz.

—¿Acaso... hice algo raro?—Ryuzaki miró a los lados como si no creyera que estaba preguntándole a él. Estaba atenta.

—¡Todo lo que has hecho desde que llegué es raro! ¿Te parece normal investigarme y archivar todo en la PC? ¡¿De qué te sirve mi tipo de sangre?!—no pude controlarme para no soltar de golpe lo que sabía, conforme hablaba él abría más los ojos. Casi llegué a creer que apenas se daba cuenta de mi descubrimiento, que lo había sorprendido, pero eso era imposible de sólo pensarlo. Se estiró un poco y enseguida se llevó una mano a la nunca.

—Ah, eso.

—Tienes que explicarme las cosas ¡Di algo más! Ya me cansé de tu actitud despreocupada para todo lo que digo.

—Bien, si quieres que diga más, estoy triste. Es terrible que hayas husmeado en mi habitación cuando ni siquiera me encontraba en la casa, yo debería ser el que esté molesto y gritando. Esculcar por ahí es de muy mala educación.

—¡Deja de jugar y fingir!—grité una vez más y levanté una figura de porcelana como arma. No era lo mejor que se me había ocurrido pero sí lo mejor que tenía al alcance. Tampoco se me ocurrió al momento que pudiera estar armado, sólo buscaba defenderme... por si él intentaba algo.

—Oye baja eso, no es tuyo. Entiendo que estés asustada pero querías que te dijera algo más-levantó la mirada para verme a los ojos y sin dejar de hablar su voz se tornó ronca y llena de molestia—.Sin embargo cuando lo he hecho te alteraste más, dime tú, qué hago para que me escuches sin tener que alzar la voz.

—¿Qué haces? ¡Exacto! Yo... yo... has lo que te diga y nadie saldrá lastimado.

—¿Estás amenazándome?

—Quiero mi teléfono, ese de ahí-tartamudeé y señalé la mesa.

—Te lo pasaré si me dejas explicarte primero, es mejor a que vayas a decir alguna tontería sin pruebas.

Estaba claro, así lo amenazara con cien cosas no me dejaría salir o llamar a nadie, pero no podía arriesgarme a escucharlo con calma ya que no sabía sus verdaderas intenciones. Aún si lograba salir me vería forzada correr por el terreno lodoso y tropezaría enseguida. ¿Qué rayos debía hacer? Había visto incidentes así en muchas películas, siempre, ¡pero no se suponía que lo esperara en la vida real! Lo mío eran los negocios, no saber reaccionar a situaciones de ries... un segundo, ¡negocios! Si lo mío eran los negocios podía utilizar esa habilidad a mi favor. Por desgracia... seguía siendo yo.

Solté la fina figura de porcelana y regresé por las escaleras para ocultarme en alguna habitación. Si al menos conseguía separarnos una puerta me sentiría más segura.

—¡Espera (...)!

Comenzó a correr para alcanzarme. Cuando giré la cabeza para mirarlo estaba ya muy cerca, era más ágil de lo que aparentaba. Llegué a una de las habitaciones pero cuando intenté cerrarla atrapé su mano haciendo que gritara y la quitara, tuve que apartarme por eso, no era mi intención herirlo. Entró agitando su adolorida mano y yo salte de rodillas sobre la cama, cruzando para posicionarme del otro lado como última alternativa.

—Eso me dolió, no tenías que...

—Tú metiste el brazo, yo sólo quería cerrar la puerta, lo siento... de verdad.

No hay necesidad de encariñarse. (Death Note: L x lectora).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora