One-shot de One piece

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El mar cuenta historias.

Un pequeño niño de cabellos negros y cicatriz bajo el ojo izquierdo corría por la pequeña villa, lleno de risas saludando a todos los pueblerinos.

Llegó al puerto sentándose en la orilla admirando al mar, tan libre y solitario como siempre, su pequeña cabeza se movía de un lado a otro al ritmo de las olas.

Sus redondos ojos recorrían cada parte del mar incluso si no había nada se maravillana–un dia presenciaras todas mis aventuras–le dijo el menor al mar.

Su abuelo le contó que el mar contaba historia de los más grandes piratas aquellos capaces de dominar su destino, a pesar de que su abuelo era un marin no despreciaba las historias del mar.

Se paro del pequeño puerto al escuchar leves susurros, siguió el ruido completamente hipnotizado llegando a la playa. Se paro frente al más escuchando más fuertes los susurros.

Una bella dama de cabello azul, ojos grises y tez blanca lo miraba con dulzura, vestida solo por una tela blanca parada en medio del ancho mar.

–¿quién eres?–le pregunto el pequeño niño de ojos redondos, la chica sonrió sentándose en la superficie del mar, girando su mirada al cielo.

–soy quien presenciara tus aventuras, y quien se las contará a los pequeños–respondió con un tono calmada.

El chico sonrió ante la respuesta–¡soy Monkey D Luffy!, ¡me volveré el rey de los piratas!–le dijo con aires de seguridad la chica río asintiendo ante sus palabras.

Pego una enorme ventisca obligando a Luffy a cerrar los ojos, cuando los volvió abrir la chica ya no se encontraba.

Regreso a la villa pensando en la oji gris emocionado por salir al mar.

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Pasaron 12 años desde ese día el joven pirata Monkey D se encontraba en la cabeza del sunny viendo al enorme mar, una ventisca azotó el barco.

Sintió una presencia conocída a su lado la miro ensanchando su sonrisa, al igual que la joven de cabellos azules.

–¿cómo van mis aventuras?–pregunto El chico con la mirada clavada en el majestuoso mar, la chica sonrió mirando al próximo gobernador de los mares.

–digna de un rey–le respondió de manera alegre, ambos quedaron en un silencio cómodo.

–has hecho un gran viaje, te espero en la isla final cuando tu historia llegue a su fin–le respondió con un tono divertido, viendo el ceño fruncido del chico y su cara de malestar.

–mi historia nunca tendrá un fin, si no nuevos comienzos–le reprocho con una voz firme, la chica miró a Luffy. no, mejor dicho... miró al próximo gobernante de los mares.

Desde la primera vez que lo vio supo su destino, aquel que liberaría a los demás del dolor.

–tienes razón–fue lo último que dijo antes de desaparecer con otra ventisca.

–¿mi historia será tan buena?–susurro para si mismo, sin saber cual sería la respuesta de esa pregunta volvió a mirar el mar con detenimiento haciendo una mueca de disgusto–el mar es tan caprichoso y confuso, pero eso la hace más libre–menciono con una pequeña sonrisa.

Dirigío su mirada a sus nakamas ensanchando su sonrisa, tal vez su historia no sea la mejor de todas, pero disfrurara vivirla.

El mar se agitó asustando a los sombrero de paja menos su capitán que entendía que el caprichoso mar los estaba apoyando.

Esta es la historia que contará el mar a las futuras generaciones, como el alma más pura que vivió en la oscuridad y aún así nunca se mancho.