Mi niñez

16 2 0
                                    

Vladis:

-Este es un pequeño pueblo lleno de supersticiones y temores; Las leyendas y cuentos oscuros que circulan sobre mi familia han llenado de miedo a los habitantes del lugar. Este es un relato, marcado por la lucha, la maldición y la esperanza de la redención de mi ser.

-Mi niñez fue una etapa llena de carencias afectivas, y mis recuerdos de ella son fragmentados y oscuros. Mis padres, Victorino y Malena, vivían en otro lugar antes de que mi padre se convirtiera en alfa. Durante esa época, mi padre trabajaba incansablemente para mantenernos a salvo a mí y a mi hermano. Una noche, mi padre se levantó a la cocina y se encontró con un ser oscuro y cornudo: un hechicero cambiaformas que había venido por mí.

-Mi padre, en su forma lobuna, luchó ferozmente contra el hechicero, pero los poderes del brujo eran demasiado para él. Durante varios días, la lucha continuó hasta que mis padres decidieron abandonar ese lugar, llevando conmigo una maldición que apenas podía comprender siendo un bebé.

-Con el tiempo, la maldición cobró su precio. Mi padre enfermó gravemente y murió cuando yo tenía 21 años en edad humana,antes de su muerte, una hechicera se me acercó y me reveló dos profecías: una sobre la inminente muerte de mi padre y otra sobre mi maldición., Según ella, solo una mujer de corazón puro podría salvarme.

-En mi naturaleza de hombre lobo, desestimé las palabras de la hechicera como las habladurías de una vieja loca. Sin embargo, con la muerte de mi padre, la duda comenzó a crecer dentro de mí. ¿Podría realmente haber una verdad en sus palabras? ¿Existía en algún lugar una mujer capaz de romper la maldición que pesaba sobre mí?

-Así continúo mi vida, como líder de una manada temida y respetada, pero siempre bajo la sombra de una maldición. La búsqueda de la mujer de corazón puro se ha convertido en una parte silenciosa pero constante de mi existencia. Solo el tiempo dirá si la profecía se cumplirá y si encontraré la redención que tanto anhelo.

En su lecho de muerte tome el cuerpo de mi
Padre en mis brazos y con su último aliento me dijo: "Hijo, recuerda "Lux erit clavis". Con esas palabras, su alma se fue, dejando un legado de sabiduría en mi corazón.

-Esas fueron sus últimas palabras. No sé qué quiso decirme, pero en estos años he sufrido a causa de esta maldición. Siempre tengo sed de almas de doncellas jóvenes. Aunque mi lobo, Tormenta, caza para saciar su hambre, mi otro ser necesita alimentarse de ellas."

-Cada vez que cierro los ojos, la oscuridad se cierne sobre mí, sofocando cualquier rastro de luz. Mi lobo, mi otra mitad, me ha abandonado, silenciado por mi propio odio. La maldición que me persigue es el reflejo de la oscuridad en mi corazón, una oscuridad que yo mismo he alimentado durante años.

-No quiero una compañera. He visto lo que les sucede a los que se permiten amar en este mundo cruel. Pero Azahia... Azahia es diferente. Es humana,.Una chispa en medio de mi abismo, una posibilidad de redención que no sé si merezco.

-Y sin embargo, la necesidad de liberarme de esta maldición me empuja hacia ella. Mi mente se resiste, pero mi alma, por primera vez en mucho tiempo, siente la atracción de la esperanza. ¿Podrá Azahia ser mi salvación? ¿O me condenará a una oscuridad aún mayor?"

-La primera vez que la vi, su aroma fue irresistible para mi lobo. Cada fibra de mi ser la deseaba, pero he aprendido a controlar ese impulso, a pesar de que el dolor de no tenerla cerca me consume. No hacerla nuestra, no reclamar lo que el destino parecía haberme ofrecido, me está destrozando. Mi lobo, mi otra mitad, me ha dado la espalda, silente y distante, en rechazo a la decisión que he tomado. El odio y la frustración arden en mi pecho, como brasas que no se apagan.

-La oscuridad en mí crece día a día, envolviéndome en sus sombras. Mi control se debilita, y ni siquiera mi lobo, que siempre ha sido mi ancla, puede frenar este caos. Siento que me estoy perdiendo, que la bestia dentro de mí se alimenta de este cuerpo, transformándome en algo que ya no reconozco.

- Aunque me considero hábil para manejar la situación con Azahia, siento que ella es mi única salida. Debo actuar con cautela, ya que no quiero herirla o hacerle daño, pero la ausencia de su presencia en mi vida es casi insoportable. La lucha interna me consume, porque a pesar de mi deseo de mantener distancia, algo en mí me obliga a acercarme. Es como si ella fuera mi inevitable destino, mi "maldita mate" en este juego de ajedrez que es la vida. Y sé que debo hacerlo, aunque sea por la parte más salvaje y tormentosa de mí mismo, mi lobo interior.

El odio del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora