Capítulo 9

358 39 4
                                    

La joven chica suspira exageradamente cuando ingresa a la casa de apuestas, sintiendo el calor que relaja su cuerpo. Ella acomoda su cabello como puede, cargando un montón de papeleo, el lápiz tras su oreja y un muffin de arándano que hace equilibrio arriba de la pila de papeles importantes en los cual estuvo trabajando hasta hace un momento.

Artemis saluda con una sonrisa cautivadora a los empleados que voltean a mirarla, quienes la reciben educadamente, algunos embobados por su apariencia ostentosa y angelical. Ella camina por los pasillos como si fuera la mismísima dueña del lugar, haciendo resonar sus tacones costosos contra la madera.

-¿Lizzie? ¿Viste a Thomas?-La joven le pregunta a la mujer que se encuentra en su escritorio, probablemente atendiendo los números de las apuestas. Al lado está el toca discos de Linda, que insiste en escuchar algo de música francesa para romper el arduo labor.

Lizzie levanta la vista del mostrador cuando Artemis entra, con una sonrisa en su rostro ante la escena de la chica quien parece batallar con la pila de papeles.

-Sí, amor, está en su oficina. ¿Por qué? ¿Ya lo extrañas?-Stark le pregunta a la menor burlonamente.

Ella arruga la nariz divertida. -No, ya deseo.- Artemis bromea acerca de extrañarlo. -Gracias, Lizzie.-

Lizzie se ríe y sacude la cabeza ante la respuesta de la Shelby.- Cierto. No lo extrañas en absoluto. Sigue diciéndote eso, Arts.- Ella la molesta con una sonrisa, viendo como Artemis ríe mientras camina hacia la oficina de Thomas.

La joven chica toca la puerta con su mano izquierda, pero como de costumbre, le importa una mierda el permiso de su ocupado esposo, así que ingresa de todos modos, batallando con no arrojar el papeleo.

Thomas levanta la vista de su escritorio, con expresión ligeramente molesta por la interrupción. Pero cuando ve que es Artemis, su mueca molesta se suaviza ligeramente.

-Amor, te dije que...no importa.- Dice, interrumpiéndose mientras sacude la cabeza con leve frustración. Él la observa algo divertido mientras ella lucha con la pila de papeles.

El hombre se levanta de su silla, camina hacia ella y toma los papeles de sus manos. -Realmente no te importa tocar la puerta, ¿verdad?- su tono es casi de regaño.

-No.- Ella le dice con una sonrisa sarcástica, tomando el pequeño muffin y dándole un mordisco.
Thomas se ríe suavemente ante su sarcasmo, y niega en señal de desaprobación fingida. -Increíble.-murmura, apoyándose en su escritorio y cruzando los brazos sobre el pecho. Él la estudia por un momento, su mirada es cálida y afectuosa, dejando de lado su característica crudeza.

La joven se acerca al escritorio y mira con disgusto todas las cartas y el cenicero lleno de cigarrillos terminados. Se sienta descaradamente en el escritorio y observa a su marido.
Thomas levanta una ceja mientras ella se acomoda sobre su escritorio. Él apoya su peso contra el borde de aquel viejo secreter, mirándola algo irritado. -Ponte cómoda, amor.- El Shelby se burla, el tono de su voz es ligeramente sarcástico.

-Ohh, gracias, lindo.-

-Mhm.-Thomas tararea, sus ojos nunca la abandonan. Por más que su actitud sea de molestia, él disfruta en secreto de su audacia y le resulta entrañable que a ella no le importe en absoluto irrumpir en su espacio personal. Thomas observa mientras ella come el muffin que probablemente Polly horneó y su mirada sigue el movimiento de sus labios.

-Recién vuelvo de la fábrica.-Artemis dice aún masticando el panecillo dulce.

-No hables con comida en la boca, no es propio de una señorita.-Thomas la regaña.

La joven rueda los ojos y él intenta calmar sus nervios. El Shelby asiente a sus palabras, con la mirada todavía fija en ella. Se inclina un poco más cerca, con las manos apoyadas en el borde del escritorio, justo al lado de sus piernas.-¿Cómo te fue en la fábrica, Artemis?- Thomas Pregunta, su tono casual. Él nota las migajas en sus labios y no resiste la tentación de quitarlas con el pulgar, así que acerca su mano a su rostro y limpia su comisura, algo molesto de que su joven esposa no muestre modales frente a él, pero le tranquiliza la idea de que ella se sienta tan cómoda como para comportarse sin decoro ante su presencia.

money power glory 𓂀 thomas shelbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora