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Suzuka pov:

-Ay mi espalda- me quejé en susurros, me quité el pelo que tenía sobre la cara, viendo los rayos del sol entrando por la ventana e iluminando tenuemente la habitación.

Giré sobre mi estómago, quedando boca arriba y viendo el panorama que me acompañaba en la cama; los niños y Moa dormían profundamente, los tres compartiendo la misma pose, piernas cruzadas y los brazos sobre el abdomen, la boca entreabierta. Sonreí y me quedé mirándolos un buen rato, viendo el parecido que tenían entre los tres; lo único que los diferenciaba de Moa era el pelo negro y las orejas, lo demás era de mi novia, siendo los dos niños muy bonitos.

-Me gané el trío perfecto- sonreí, me levanté y me soné la espalda, gimiendo ante el sonido de mis huesos.

Entré al baño y me duché con agua caliente, agradeciendo el calor que me relajaba los músculos aún tensos, sintiendo como la ansiedad del día anterior se iba. Salí en bata y suspiré, la actividad en la cama no había cambiado, seguían durmiendo muy tranquilos.

-Arriba- aplaudí varias veces y corrí las cortinas, haciendo que entre más luz.

-No- Moa gimió adormilada y se cubrió la cabeza con las sábanas.

-Arribaaaaaa- canté mientras picaba a los niños en las costillas.

-Mami no- Kenji se sacudió sin abrir los ojos.

-Un ratito más- Mayu hizo puchero y se acostó boca abajo.

-No me dejan opción- suspiré y me acerqué a los niños -Sino se levantan me comeré su desayuno, no habrá leche ni galletas deliciosas- reí con tono malicioso.

-No mami no- saltaron de la cama, despiertos y despeinados -Sin desayuno no-

-Pues tienen que estar levantados- me encogí de hombros y sonreí.

-Buenos días mami hermosa- me saludaron con un beso y saltaron de la cama, reí y negué divertida.

Moa seguía durmiendo, al parecer decidida a no salir de la cama, oculta debajo de las sábanas.

-Arriba- subí a la cama y le di una nalgada -Hay que empezar el día, muchas cosas que hacer-

-No molestes, tengo sueño- protestó y se reacomodó para seguir durmiendo.

-Hay que ver nuestra nueva casa, estrenar la cama- sonreí y delineé sus piernas -¿Te lo vas a perder por querer seguir en la cama?-

-No me vas a comprar con eso- dijo con la voz ahogada por la almohada, adivinando que sonreía.

-Pues te lo buscaste cariño- reí, la destapé y la levanté en mis brazos.

-Bájame- protestó apenas abriendo los ojos.

-Vas a despertar- asentí, bajé y recorrí casi toda la casa de mi amigo hasta llegar al patio.

Abrí la puerta con el pie y sonreí al encontrar la enorme piscina.

-Perdón cariño- besé su frente y la tiré a la piscina, chilló antes de caer y perderse un momento.

-¡¿Qué es lo que pasa contigo?!- escupió algo de agua y se quitó el pelo de la cara, claramente enojada.

-No querías despertar, así que te obligué- me crucé de brazos y sonreí.

-Te odio, no tenías que hacer eso- me tiró agua con las manos furiosa, me alejé de ella a carcajadas.

-No te sulfures, sabes que no puedes dejar de amarme- le guiñé un ojo.

-Encima hace frío- salió de la piscina y me mordí el labio al ver la camiseta pegada a su torso, seguía usando ropa interior de encaje.

Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora