𝐀𝐋𝐈𝐂𝐈𝐀 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐈́𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐄𝐒┃❛ Pintamos las rosas blancas de rojo ❜
Alicia Everdeen, una joven chica de cabellos dorados y ojos verdes. Hija de una de las tantas sirvientas que la fortaleza roja poseía.
Era una joven...
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Alicia caminaba de un lado al otro, aturdida, abatida y muy ansiosa porque su madre regresará. Todo indicaba que tenía algo que ver con la familia real, pero al mismo tiempo no le encontraba sentido a eso. Jamás había visto a su progenitora charlar con el rey o con algún príncipe y ella sí había estado cerca de ellos en una variedad de ocasiones.
─Nada de esto tiene algún sentido ─susurró sin detener sus movimientos.
Alicia fue obligada a salir de los aposentos del rey luego de que el guardia ingresara a causa del tiempo que había estado dentro.
─¿Cómo es qué el rey conoce mi nombre? ─Se cuestionó─. ¿Por qué todo el mundo sabe el nombre de mi madre? Además, ¿cómo es que un gato habla?
Comenzó a balbucear.
Se encontraba en la sala de los susurros, completamente sola. No tenía conocimiento alguno sobre el paradero del gato. Él se había alejado de ella después de que la obligaran a abandonar los aposentos del rey.
En un intento de espabilar los sentimientos que las abrumaban, dejó caer su cuerpo al sofá y su mirada se encontró con el pañuelo que el príncipe Lucerys le había otorgado. Se encontraba libre de cualquier rastro de sangre, lo agarró y lo observó con detenimiento.
Su ensoñación se vio interrumpida por Casandra, quien había abierto la puerta con brusquedad, lo que provoco un fuerte sonido que la asusto.
─¡Casandra! ─recriminó, dejando caer el pañuelo al suelo.
─No hay tiempo ─ignoró su reclamo─. Nos necesitan en los aposentos de Jaehaera y Jaehaerys.
─Nadie nos avisó sobre eso.
Su ceño se frunció y se levantó del asiento para acercarse a Casandra. Se fijó en sus prendas, su vestido celeste estaba roto en los bordes y su delantal blanco se encontraba manchado en algunas zonas que no pasaban desapercibidas a la vista. Sus rizos eran de un tono castaño, tan oscuro que podría llegar a pasar por negro.
