Capítulo 27: Cumpleaños

287 37 5
                                    

Hoy, 10 de diciembre Belcebú cumple 252 años, traducido al plano terrenal, 22 años

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy, 10 de diciembre Belcebú cumple 252 años, traducido al plano terrenal, 22 años.

—¿Entonces si me ayudaras? —susurre para no despertar a Belcebú.

—Sí, ya lo dije varias veces. —contestó Maya al otro lado del teléfono.

—Esta bien, pero insisto en que prometas que no le vas hacer nada malo. —pedí.

Escuche como dio un largo suspiro.

—Prometido. Estaré ahí en 10 minutos. —aviso.

Solté un chillido de emoción, mi plan para hacerle una fiesta sorpresa a mi querido Belcebú estaba saliendo bien, lo más difícil era que Maya me ayudara y ya tenía lista esa parte.

Camine hacia la habitación y como era de costumbre, él dormía en la parte de debajo de mi cama, le lance una almohada en la cara para despertarlo.

Emitió un chillido de molestia por tratar de interrumpir su sueño.

—Ya levántate Belcebú, se va hacer tarde. —me queje lanzándole mi peluche de unicornio rosado con brillantina.

—¿A dónde voy a llegar tarde? —cuestionó envolviéndose en las sábanas.

—Maya pasara a recogerte. —le avise.

Abrió los ojos de par en par, el temor se reflejó en ellos. No pude evitar soltar una carcajada, no podía creer que le temiera tanto.

—Vendrá por ti porque...—maldije por lo bajo, no había pensado en una excusa. —Porque su convivencia está muy mal, así que decidí que tenían que ir a charlar para que se conocieran mejor.

Belcebú entrecerró los ojos.

—Estas mintiendo. —dijo.

—Claro que no. —volví a mentir.

—Estas mirando a todos lados menos a mi cara, además que estas mordiéndote las uñas, solo haces eso cuando estas mintiendo. —afirmo.

Nadie me había prestado tanta atención para saber todas mis mañas cuando mentía, no pude evitar que mis mejillas se tornaras de color carmesí.

—No te había dicho que me alegra que hayas recuperado tu corona, estoy muy feliz por ti. —dije levantándome de la cama.

—No me cambies el tema, señorita. —me señalo.

—Hablas como Maya cuando esta enojada, ven ya tienen algo en común. —le sonreí— ahora alístate que vendrá por ti.

Estaba a punto de irme cuando lo escuche hablar.

—Gracias a ti recupere mi corona, ángel, sin tu ayuda no la hubiera conseguido. —se levanto y me planto un beso en la frente.

Se fue a alistar y me dejo con el corazón inflado, nunca iba a entender como es que sus palabras se colaban por cada parte de mi cuerpo hasta plantarse en mi pobre corazón sediento de un amor imposible.

Un ángel en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora