Capítulo 32

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[Fortune Bay, Newfoundland]

Pov Elizabeth:

Observé el gran letrero afuera del lugar y suspiré "Flying Bishop Bar".

Al cruzar la puerta, rápidamente pude observar los increíbles acabados de madera en el lugar, casi me recordaba a una taberna medieval, salvo que más moderna y limpia.

¿Qué les sirvo? —una mujer castaña nos regalaba una enorme sonrisa mientras se acercaba a nosotras con una charola llena de vasos sucios—Uh... parece que necesitan algo fuerte.

Si, un whisky seco por favor —habló la mayor.

Además de información —proseguí con una sonrisa.

Preguntamos en el hostal —caminamos detrás de la mujer castaña hasta una barra—Pero ya decidieron que no éramos bienvenidas.

¿Dee-Dee y David? Eso si que es raro, son de las personas más acogedoras que conozco —respondió mientras servía el trago de Lena—¿Y para ti, linda?

Estoy bien, gracias —respondí con una sonrisa.

Esperábamos que la dueña de este Bar pudiera decirnos por qué los del hostal se molestaron tanto, solo si ella está por aquí, se llama Margaret Bishop —Lena miró a la mujer quién sonrió con dulzura.

La mayoría me llama Peggy —la miré confundida—Es mejor que Margaret junior.

En ese caso, creo que nuestras madres eran amigas —la mayor sonrió.

¿De verdad? ¿Cómo se llama tu madre? Tal vez pueda recordarla.

Mi madre era Elizabeth Walsh —en cuanto Lena terminó la oración, la sonrisa de la castaña se esfumó en cuestión de segundos.

Rao.

Elizabeth Walsh no era amiga de mi madre —la castaña tomó una postura seria—Y si tienes algo de decencia, lárgate de Fortune Bay.

Hey, tranquila —me apresuré hasta Lena.

¿No les basta el dolor que causaron? —miró fijamente a Lena.

Es que yo, no entiendo ¿Podría hablar con tu madre?

No puedes, porque murió, y tu madre fue quien la mató.

Hubo un breve momento de silencio y miré a la mayor quién mostraba evidente confusión.

¿Mi madre la... mató? —Lena miró a la mujer—Es que... Es absurdo, mi madre era amable y genti-

Era una confabuladora y oportunista —interrumpió—Y logró encontrar a un hombre rico que le pudiera dar una nueva vida mientras mi madre se marchitaba aquí.

Escucha... Puede que sea verdad, ella murió cuando yo aún era muy joven y hay mucho que no sé de ella pero, estoy aquí para descubrir la verdad, no importa cuál sea y por supuesto que nuestras madres eran amigas —Lena sacó de su bolsa la fotografía de las tres mujeres y se la mostró a la castaña quien por unos segundos tambaleó ante el recuerdo de su madre.

Tal vez al final ya no eran amigas, pero hay otra mujer en esta foto, Florence Abbott, necesitamos su paradero —mencioné.

O si nos pudieras decir todo lo que sabes sobre ella, te prometo que no tendrás que volver a verme jamás —siguió la pelinegra.

La Otra Luthor 2 || Elizabeth LuthorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora