𝐄𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 (9)

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¡Primer día de prácticas! Me sentía estúpida al estar tan nerviosa, yo no sería la que conduciría un monoplaza pero no podía evitarlo.

Al entrar al garage de Red Bull agradecí no haberme puesto la remera que Max me había enviado a través de mi abuela días antes. Todo allí vestían igual, a exepción de algunos invitados especiales. Opté por un vestido corto rojo, debido a que mi lealtad estada con Ferrari.

- ¡Que encantador verlos de nuevo!- dijo la madre de Max cuando entramos al garage. Su hijo ya estaba con el casco puesto de dentro del monoplaza.
- El placer es nuestro, gracias por recibirnos- dijo mi madre mientras saludabamos.
Jos y Sophie nos invitaron a sentarnos junto con ellos. Mi abuela y Joel decidieron ir a dar unas vueltas por el paddok así que me encontraba tecnicamente sola y aburrida, atrapada en una charla de adultos.
Las primeras prácticas pasaron volando, las viví a flor de piel. Todos en Red Bull vivieron la primera parte del finde semana con mucha adrenalina y en algún punto me contagiaron la energía. Tanto que una vez que Max quedó primero hasta aplaudí junto con el resto.

No presté atención a los demás equipos, ni siquiera a Ferrari quien tenía un nuevo piloto junto a Vettel este año. No había oído hablar de él nunca, pero supuse que lo conocería en algún momento.

- Puedo ir a buscar a la abuela, me mandó un mensaje diciendo que están en el garage de Ferrari- pregunté a mi madre y asintió.
- Si quieres, Max puede llevarte- propuso Jos pero rechacé la oferta. Max todavía no se nos unía y no quería que haga de niñera conmigo por es resto del día.

Caminé con normalidad mientras admiraba la vista. El ambiente me encantaba, siempre veía el paddok desde el televisor pero esto era otro nivel.
Estaba tan, pero tan distraida mirando a las personas a la distancia que no me dí cuenta cuando coché con alguien. Inmediatamente mis pies se enrredaron y mi cuerpo comenzó a caer directo hacia el piso.
Cerré los ojos pero el impacto nunca llegó, y sentí una especie de deja vu.

- Debemos dejar de encontrarnos así, deberías mirar por donde caminas hermosa- esa voz la conocía. Abrí los ojos y me encontré con lo que justamente estuve buscando este último mes.

Sus ojos verdes seguían siendo igual de brillantes, su cabello esta vez estaba muy despeinado y sus cachetes rojos.

- Un gusto encontrarte aquí Victoria- dijo sin soltarme.

- ¿Que rayos haces aquí?- pregunté sorprendida pero aún impactada con su presencia y perdida totalmente en sus ojos.

- Pues trabajo aquí- dijo mientras me ayudaba a pararme.

- ¿Disculpa?- pregunté sin apartar mi visión de sus ojos. ¿Qué tenían que eran tan hermosos?

Señaló su vestimenta y no pude creerlo en cuanto lo ví. No podía ser cierto.

- Charles Leclerc, un gusto, de nuevo- dijo acercándose a mi mejilla y depositando un dulce beso.

-Eres el nuevo piloto de Ferrari- remarqué los hechos. Su uniforme rojo brillaba en el sol.

- En efecto, ese soy yo- sonrió y sonreí con el. - Ibas a Ferrari ¿no?- preguntó y asentí.

- Mi abuela está allí, y quería que conociera a Vettel, dijo que estaba hablando con él- le respondí. Extendió su mano indicándome que la agarrara.

- Entonces, yo te llevo hermosa, y con mucho gusto te presentaré a mi compañero de equipo- sugirió y lo seguí. Tomé su mano y caminamos juntos.

- Gracias por las flores, me encantaron- dije recordando aquel ramo.

- Me alegra te gustaran, planeaba invitarte a cenar cuando volviera a Mónaco pero ya que estás aquí, ¿Quisieras salir conmigo esta noche?- preguntó mirándome a los ojos.

- Yo.... claro que sí- dije nerviosa y ambos volvimos a somreir como niños.

- Por cierto, te ves hermosa con ese vestido, ¿Rojo Ferrari?- su comentario hizo que me sonrojara.

- Rojo Ferrari- asentí.

Le seguí hasta la cafetería principal donde a lo lejos pude visualizar a mi abuela, a Joel y si, al mismisimo Sebastian Vettel sentados en una misma mesa charlando. Vettel saludó a Charle con una seña invitándonos a unirnos.

- Ya pensé que te habías perdidos, te dije que había gente que quería conocerte- le dijo Vettel a su compañero. - ¿Y ella es...?- preguntó mientras su atención se dirigía en mi dirección.

- Ella es la chica de la que te hablé, Victoria- respondió Charles soltando mi mano. - Vicky, te presento a Sebastian Vettel-

- Es un honor- dije estrechando su mano.

- Ay linda, el placer es mío. Charles lleva hablando un mes entero sobre la maravillosa chica que conoció en Mónaco- comentó y entendí que se refería a mi.

Un momento, ¿Charles hablando de mí durante un mes?

Luego de las presentaciones formales y que mi abuela se enterara que conocí a Charles en un restaurante varias, mejor dicho, muchas noches atrás, volvimos al garage de Red Bull.

Charles insistió en acompañarnos así que entramos los cuatro juntos llamando la atención de todo el mundo. Mejor dicho, todos miraban a Charles, pero a él parecía no importarle.

Llegamos a la cafetería en la que los padres de Max y los míos se reían alegremente de algún buen chiste que Max acababa de contar.

- Volvimos- dijo mi abuela felíz tomando asiento junto a Joel en la mesa.
- Charles querido, ¡tanto tiempo!- dijo la madre de Max mientras lo saludaba.

- Un gusto verlo de nuevo- respondió por ser amable porque claramente a Jos no le hacía gusto verlo.

- ¿Qué te trae por aquí, tan lejos de Ferrari?- preguntó Jos.

-Vine a acompañar a esta hermosa dama- respondió refiriendoce a mí y me sonrojé. Miré a mis padres quienes estaban sorprendidos y noté la diminuta mueca que hizo Max.

- Mamá, papá, les presento a Charles Leclerc, el chico del que les había hablado- ambos lo saludaron formalmente.

- A ver si entiendo, tu vecino es el nuevo piloto de Ferrari ¿y no lo sabías?- preguntó mi padre.

- Bueno, según mi referencia se llamaba Mac....- expliqué y Charles me interrumpió.

- Es uno de mis nombres tecnicamente- se excusó y reí para seguir con mi explicación.

- Además, nunca lo ví en fotos o carteles, ni siquiera en la pista, hasta que nos tropezamos antes de entrar al garage de Ferrari- mis padres asintieron.

- Muy bien, vamos a almmorzar todos juntos ¿quieren?- preguntó mi abuela rompiendo el incómodo momento. - Charles, ¿te nos unes?-

- O sería un honor pero, les prometí a mis hermanos almorzar con ellos pero....- hizo una pausa para mirarme a los ojos - ¿Cenamos juntos?- preguntó en frente de todos y la verguenza me consumió.

- Claro- respondí y su rostro se iluminó con una hermosa sonrisa. Era tan hermoso.

Charles se despidió y lo ví alejarse y salir por las puerta de la cafetería. Ese traje rojo definitivamente le quedaba tan sexi. Sonreí una vez más antes de actuar como si todo estuviera normal ignorando el hecho de que mi corazón no oaraba de latir, que mis hormonas defenitivamente estaban revolucionadas y de lo único en lo que pensaba era en su sonrisa, sus ojos y su cabello alborotado.

Definitivamente, estoy enamorada.

𝐑𝐞𝐝 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 (𝐶ℎ𝑎𝑟𝑙𝑒𝑠 𝐿𝑒𝑐𝑙𝑒𝑟𝑐) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora