El invierno había dejado su huella en Londres, y el ambiente gris y sombrío reflejaba el estado de ánimo de Olivia. La situación con Jordan había mejorado en algunos aspectos, pero el costo emocional había sido devastador para Olivia. Su propio sufrimiento había alcanzado un punto crítico, y el dolor parecía no tener fin.
Cada día en el hospital era una mezcla de esperanza y desesperanza. Jordan seguía mostrando señales de recuperación, pero el camino era largo y lleno de complicaciones. Olivia, sin embargo, estaba al borde de su resistencia emocional. El estrés, la ansiedad y la tristeza se habían apoderado de su vida, y cada día era una lucha para mantener la compostura.
Una tarde, después de una discusión especialmente tensa con los médicos sobre el progreso de Jordan, Olivia se encontró completamente abrumada. Las palabras del médico, aunque optimistas, no lograban ocultar la realidad de la recuperación lenta y los riesgos continuos. Olivia se sintió atrapada en una pesadilla interminable, sin poder escapar de la realidad dolorosa que enfrentaba.
Regresó al apartamento con el corazón pesado. El espacio, que antes compartía con Jordan, ahora se sentía como una cárcel de desesperación. Cada rincón parecía cargar con la memoria de tiempos más felices que ahora se sentían inalcanzables. Las habitaciones vacías y los objetos dispersos solo acentuaban su soledad.
Se sentó en el sofá, rodeada de recuerdos que solo intensificaban su dolor. Las fotos de momentos felices con Jordan la miraban desde la mesa de café, y cada imagen parecía una burla cruel a la vida que había imaginado para ellos. La agonía emocional se estaba volviendo insoportable, y Olivia sintió que estaba al borde de romperse.
A medida que la tarde se convertía en noche, los pensamientos oscuros volvieron a atormentar su mente. La sensación de impotencia y la incapacidad para cambiar la situación la llevaron a un estado de desesperación. Los intentos de distraerse y mantenerse ocupada ya no funcionaban; el sufrimiento se había convertido en su constante compañero.
Finalmente, Olivia se dirigió al baño, donde su mirada se posó en el espejo. Las ojeras debajo de sus ojos y la expresión vacía en su rostro reflejaban el peso del sufrimiento que llevaba. Se sintió atrapada, sin saber cómo seguir adelante. La idea de que nunca saldría de este pozo de dolor comenzó a tomar forma en su mente.
La desesperación la llevó a buscar el frasco de pastillas que había usado anteriormente. Aunque había hecho un esfuerzo consciente por no recurrir a ellos, la necesidad de encontrar una solución inmediata al sufrimiento parecía más fuerte en ese momento. Se sentó en el suelo del baño, el frasco abierto frente a ella, mientras las lágrimas caían sin parar.
—No puedo seguir así —murmuró entre sollozos—. No sé cómo continuar. Estoy tan cansada de luchar.
En ese momento de crisis, una llamada interrumpió su agonía. Era Clara, su amiga, que había notado la ausencia de respuestas y la falta de comunicación en los últimos días. La preocupación en su voz era palpable, y las palabras de Clara resonaron como un grito de auxilio.
—Olivia, ¿estás bien? He estado tratando de comunicarme contigo, pero no he recibido respuesta. Necesito saber que estás bien.
El sonido de la voz de Clara, llena de preocupación y cariño, rompió el velo de desesperación que envolvía a Olivia. Aunque el dolor no desapareció, las palabras de Clara fueron un recordatorio de que no estaba completamente sola. El simple acto de escuchar una voz amiga le dio una pequeña chispa de esperanza.
—Clara... no sé si puedo seguir adelante —dijo Olivia con la voz quebrada—. Estoy tan cansada. El dolor es demasiado.
Clara escuchó atentamente y, con un tono lleno de empatía, le ofreció palabras de aliento. Su voz transmitía un mensaje de esperanza, recordándole que había ayuda disponible y que podía encontrar una manera de salir de este abismo. Clara le ofreció hablar con un profesional de salud mental y le prometió que no estaba sola en esta lucha.
Olivia, con el corazón aún lleno de dolor pero con una nueva perspectiva, decidió escuchar a Clara. Con lágrimas en los ojos, prometió buscar ayuda profesional y no dejar que la desesperación la consumiera por completo. Aunque el camino hacia la recuperación seguía siendo incierto y doloroso, el acto de buscar ayuda fue un primer paso crucial para enfrentar el sufrimiento.
La conversación con Clara, aunque breve, marcó un cambio en la forma en que Olivia veía su situación. Aceptó que su lucha no era solo suya, y que había recursos y apoyo disponibles para ayudarla a superar el dolor. La esperanza comenzó a asomarse lentamente, y aunque el sufrimiento no desapareció de inmediato, Olivia encontró la fuerza para seguir adelante.
A partir de ese momento, Olivia se comprometió a buscar la ayuda que necesitaba para enfrentar su angustia. El dolor seguía presente, pero la decisión de buscar apoyo y no rendirse fue un rayo de luz en medio de la oscuridad. La lucha era aún dura, pero con el apoyo de amigos y la ayuda profesional, Olivia comenzó a dar pasos hacia una recuperación emocional, enfrentando el sufrimiento con una renovada determinación.
Este capítulo refleja el extremo sufrimiento de Olivia, mostrando su desesperación y el borde del abismo al que llegó. La narrativa se enfoca en su lucha interna y el impacto de la desesperación, pero también ofrece un rayo de esperanza a través del apoyo de amigos y la decisión de buscar ayuda profesional.
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ENTRE ESTRELLAS Y SENTIMIENTOS🤍
Romantizm💞"Olivia Valentina Córdova Reyes, hermana del famoso futbolista Sebastián Córdova del Club Tigres, está a punto de vivir un romance inesperado cuando conoce a Jordan Carrillo Rodríguez, la estrella del Club Santos. A pesar de sus mundos distintos y...