cap 3

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El amanecer tiñó el cielo de tonos rosados y dorados cuando Mae emergió del búnker, su pequeña mochila al hombro y el corazón latiendo con una mezcla de emoción y temor. A su alrededor, el grupo de humanos elegidos para la expedición se reunía, sus rostros mostraban una mezcla de curiosidad. Korina, con su característica expresión de determinación, lideraba el grupo, aunque Mae no pudo evitar notar la sombra de duda que cruzaba su mirada cada vez que la observaba.

El bosque de lo que antes fueron ciudades, ahora escombros, los recibió con su sinfonía matutina de cantos de pájaros y el suave susurro de las hojas mecidas por la brisa. Mae sentía que cada paso la acercaba más a Noa, pero también la alejaba de la seguridad de todo lo que conocía.

Los murmullos entre sus compañeros no cesaban, y fragmentos de conversaciones llegaban a sus oídos:

"¿Cómo es posible que Mae fuera elegida?"
"Tal vez los simios la prefieren por conocer mejor al lider..."
"¿Y si todo esto es una trampa?"

Mae apretó los puños, luchando contra el impulso de gritar la verdad, de confesar su engaño. Pero el miedo a las consecuencias la mantenía en silencio.
Tras varias horas de caminata, Korina llamó a un descanso. Mientras los demás bebían agua y comían algunas raciones, la líder se acercó a Mae.

- mae, necesito hablar contigo

El corazón de Mae dio un vuelco. Con piernas temblorosas, se acercó a Korina, quien la guió unos pasos lejos del grupo.

- Quiero que entiendas la importancia de tu papel - dijo - Este matrimonio no es solo sobre ti y Noa. Es sobre la supervivencia de nuestra gente. Llevamos años luchando por sobrevivir, y esta alianza podría ser nuestra única esperanza de un futuro. ¿Estás realmente preparada para esa responsabilidad?

Mae tragó saliva, sintiendo el peso de las expectativas sobre sus hombros - Lo entiendo, Korina. Haré todo lo posible por el bien de todos. Te lo prometo -

- Bien. Porque una vez que estemos allí, no habrá vuelta atrás -

Mientras reanudaban la marcha, Mae no pudo evitar notar cómo el bosque iba cambiando sutilmente. De repente, un crujido en los arbustos cercanos los sobresaltó. Antes de que pudieran reaccionar, se vieron rodeados por una docena de simios que emergieron de entre los árboles y descendieron de las alturas con agilidad sobrenatural. Algunos portaban lanzas, otros simplemente los observaban con una mezcla de curiosidad y recelo.

Y entonces, entre la multitud de simios, Mae lo vio. Noa avanzó con paso majestuoso, su presencia imponente haciendo que todos, humanos y simios por igual, guardaran silencio. Era aún más impresionante de lo que Mae recordaba: su pelaje oscuro brillaba bajo la luz filtrada por las hojas, sus ojos verdes recorrían el grupo de humanos, evaluando, juzgando.

Cuando su mirada se posó en Mae, ella sintió que el mundo a su alrededor desaparecía.

Korina dio un paso al frente, rompiendo el hechizo del momento. - noa, venimos en paz, para formalizar nuestra alianza a través del matrimonio acordado -

Noa asintió solemnemente, su mirada recorriendo una vez más al grupo hasta detenerse nuevamente en Mae. - ¿Es ella? - preguntó, su voz profunda enviando escalofríos por la espalda de Mae.

- Sí - respondió Korina, y Mae pudo detectar un leve temblor en su voz - Esta es Mae, supongo que tu y ella ya se conocían por Cómo se miran -

Mae dio un paso adelante, reuniendo todo su coraje. Mientras el grupo era escoltado hacia el corazón del territorio del Clan Águila, Mae no podía evitar maravillarse de nuevo ante lo que veía. Las estructuras en los árboles se volvían más elaboradas de lo que recordaba: casas construidas con maestría entre las ramas, puentes colgantes que conectaban diferentes niveles, incluso lo que parecían ser áreas comunes donde grupos de simios se reunían.

Las miradas que recibían eran variadas. Algunos simios los observaban con abierta curiosidad, otros con desconfianza apenas disimulada. Los más jóvenes parecían fascinados, señalando y murmurando entre sí.

Al llegar al centro del asentamiento, un claro amplio rodeado de los árboles más antiguos y majestuosos que Mae había visto jamás, Noa se dirigió a su gente.

- Hermanos y hermanas, Hoy marca el inicio de una nueva era. Una era de paz y cooperación con los humanos. Durante generaciones, hemos vivido separados, temiendo y desconfiando unos de otros. Pero hoy, damos el primer paso hacia un futuro donde simios y humanos puedan vivir juntos - dijo noa

Luego, para sorpresa de Mae, Noa se volvió hacia ella y extendió su mano - Ven conmigo. Hay mucho de lo que debemos hablar -

Con el corazón latiendo furiosamente, Mae tomó la mano de Noa. Su tacto era cálido, su piel callosa pero sorprendentemente suave. Mientras se alejaban del grupo, Mae pudo sentir las miradas de todos sobre ellos. La de Korina, llena de dudas y preocupación. La de sus compañeros humanos, una mezcla de asombro y temor. Y la mirada de la amiga Simia de noa, soona, que hace tiempo que no la veía, desde lo de proximus, cargada de algo que ahora Mae reconocía claramente como celos.

Noa la guió hacia una de las estructuras más impresionantes: una casa arbórea construida alrededor del tronco de un árbol gigantesco. Subieron por una escalera tallada en la misma corteza del árbol, y Mae se encontró en un espacio amplio y sorprendentemente acogedor. Pieles suaves cubrían el suelo, y por las ventanas se podía ver gran parte del asentamiento.

En la privacidad de este espacio, Noa finalmente habló

- No esperaba que fueras tú - dijo el simio

- ¿Te... te decepciona? - preguntó, temiendo la respuesta.

Noa la miró fijamente, sus ojos llenos de una emoción que Mae no podía descifrar.

- no... - respondió finalmente - Pero me sorprende. Creí que enviarían a su líder -

- Las cosas no siempre salen como se esperan -

- No, supongo que no -

- Noa, yo... - comenzó, sin saber realmente qué iba a decir. ¿Confesar su engaño? ¿Declarar sus sentimientos? Pero antes de que pudiera decidir, fue interrumpida por un ruido en la entrada, era soona.

- noa - dijo, su voz melodiosa pero con un tono de urgencia - tu madre quiere hablar contigo. Ahora -

- gracias soona - dijo, y luego se volvió hacia Mae - Descansa. Mañana comenzaremos los preparativos para la ceremonia. Hay mucho que planear y discutir -

Mientras Noa se alejaba, siguiendo a soona, Mae no pudo evitar notar la forma en que la simia se pegaba a él, la familiaridad con la que le hablaba en voz baja. Era evidente que seguía habiendo una historia allí entre ellos, una conexión que hizo que los celos se encendieran en el pecho de Mae.

                              Fin del cap 3

espero les haya gustado el capitulo, lamento si hay errores o faltas de ortografía.

Matrimonio arreglado - [Noa x Mae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora