capitulo 09

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Los ojos se me cierran de repente del cansancio, cuando el aire frio de la facultad golpea mi cara alborotando todo mi cabello.

-Dios~ ¡que cansancio! -exclamo fuere con pasos pesados atrayendo la atención de todos los estudiantes que están saliendo de clases y las de mis amigos-. ¡Al menos ya nos estamos graduando todos nosotros y ya no tenemos que volver a estos edificio que solo hacen es chuparnos el espíritu y parte del alma!

Con la cabeza apuntando al cielo como si me estuviese quejando con el techo, tropiezo con algo haciendo que me caiga al suelo y Sol saliera a mi ayuda al igual que las chicas.

-Disculpeee, señorita Maggggdalena. Pero usted mejor que nadie no se puede quejar-vocifera mi profesor de filosofía que parece salido del siglo antepasado-. Sus notas han sido perfegta. Agno no ser que sea otro el que se la chupó.

El profesor que le encanta hablar con la epiglotis trabada o yo que sé, no se ha dado cuenta de que lo que acaba de decir tiene doble sentido y que todos nos estamos intentando aguantar la risa. Si, si, ya lo sé, todo aquí tenemos la mente sucia y no lo podemos evitar para nada.

-SI profe, lo sé. Me refería a los edificios; usted no sabe lo que cansa subir bloque tras bloque, edificio tras edificio y tener que correr cinco pisos para lograr llegar a clases a tiempo-le hago un leve puchero y él me restriega su mano en mi cabeza como si fuese un perro.

Sol, Selena y Marina se echan a reír y yo solo hago mi mejor esfuerzo y le doy una sonrisa forzada a mi profesor hasta que se va y puedo poner una cara de odio profundo hacia ellos, aunque con sus morisquetas fue imposible mantenerme seria como lo estaba haciendo.

-Entonces, ¿Qué? ¿Nos vamos o seguimos esperando al profesor Eduardo? -pregunta con picardía Selena, mientas se asoma por las barandas de las escaleras.

-NOOOOO-decimo al unísono, Sol, Marina y yo.

Ella se ríe y la seguimos por las escaleras para llegar al tercer piso. Selena tenía una ventaja muy grande con nosotros y es sus piernas largas ya que los escalafones de la facultad son más o menos grandes a lo normales. Siendo yo la más pequeña del grupo, Marina y Sol se adelantan dejándome luchando con mis piernas de cerditos intentando saltar cada escalón para hacer el viaje más rápido pero apenas si llego al segundo piso con algo de aire

-Pfff. Un poco más y no la cuento- digo respirando por la boca cansadísima.

Escucho un extraño sonido haciendo que mire a todas partes para saber de qué se trataba. Un ascensor. Un bendito ascensor que me puede salvar de perder una pierna por el camino. Salen dos parejitas hablando y con los ojos bien abierto corro entre ellos separándolo para meterme a tiempo antes que se terminara de cerrarse. Justo cuando me estaba metiendo el ascensor me agarra una nalga y me la aprieta y con la misma se vuelve a abrir. Un extraño ataque de risa me invade mientras presiono el botón de tercer piso se cierra.

Estoy sola en el ascensor y con ganas de poder salir ya para poder ver si soy la primera o no. Pasa el rato y se abre las puertas y me percato que estoy frente al salón de uso múltiples del que hablaron las chicas y veo que los únicos que han llegado por obra de magia es Samuel y Ezequiel que están sentados en las bancas frente al salón, y justo por las escaleras aparece Selena luciendo horrible. Parece unos de esos zombie de The Walking Dead, no solo por que luce cansada, si no que el corrector, el delineado junto con la sombra de los ojos se le ha chorreado por toda la cara por el sudor.

Me escabullo por detrás a los chicos y lo abrazo por detrás. Ambos se sobresaltan ya que no sabían quién era yo, hasta que se voltearon y me vieron. Entre los dos me agarraron por la espalda y por los costados y me acostaron encima de sus piernas entre risas escandalosas. Los chicos terminaron de subir las escaleras y me observan extrañado de estar con los primos Aguilar.

- ¿Y tú cuando llegaste? -pregunta Sol fingiendo estar molesto.

-Desde hace rato-bufeo a lo que él me da un pequeño golpecito en la nariz-.Odioso...

En eso que hablo, llega Axel con volteando los ojos hacia atrás cuando nos ve a todos. Con la misma le dice a Selena que haga lo suyo al igual que Marina y las dos se van y nosotros nos quedamos viendo la puerta para saber cuándo entrar al salón ya que hay un vigilante que está pendiente y nos tiene los ojos puestos a cada uno de nosotros. Las chicas se acercan a él y lo distraen hasta el punto de que el sujeto baje con ella mientras Marina nos hace un gesto con la mano para que nos demos prisa.

Axel y Sol me ayudan a levantarme de las piernas de los Aguilar. Salimos de ahí corriendo hacia el salón de uso múltiples y por primera vez en la vida, entro al lugar. Es grande, y sumamente espacioso, es seis veces más grande que un salón promedio y cuatro veces más grande que mi propio cuarto, del lado derecho y al frente está lleno de delicadas ventanas con un papel ahumado de color purpura que da un toque muy chick al lugar. De lado izquierdo hay espejos que cubren toda la pared.

Los chicos y yo miramos sorprendido el lugar mientras nos adentramos a este pasando por un corto callejón viendo que esto es como una pequeña habitación con buena ambientación. ¡Es perfecto para quedarnos aquí! Esto es como un cuarto, porque incluso Samuel acaba de conseguir unas colchonetas de yoga que están guardadas en un closet pegado a la pared que da a la puerta.

Las chicas llegan corriendo y exaltada de afuera. Cierran la puerta con un poco de fuerza y de manera escandalosa para correr hacia donde estamos con una sonrisa de oreja a oreja ambas.

- ¡Ya está todo! -dice Marina brincando de la alegría como si fuese una niña pequeña-. Lo único que falta es traer todo lo que vamos a comer ¡y listo! Ya tendríamos todo para quedarnos aquí.

Axel saca las colchonetas mientras las chicas cuenta lo que pasó con el vigilante, y es que al parecer Marina tiene una cita, y es que eso tendría sentido del porque ella vino tan emocionada. Me alegro que mi amiga esté así, y por lo que dice el sujeto la llevara a la fiesta.

- ¿Entonces celebramos sin ti? -le interroga Axel interrumpiendo su emoción.

-Ehhhhhh. Sip. Solo es por esta vez.

-Está bien... andá a tu cita antes que se te vaya el príncipe de seguridad-dice Axel sarcástico con tintes de arrogancia.

- ¡Odioso!- exclama irritada Marina sacándole la lengua para irse corriendo del lugar.

Ella sale de ahí cerrando la puerta con fuerza haciendo un eco profundo en todo el salón y ahí nos quedamos viendo a la nada, excepto Selena, que ya esa se acostó encima de una colchoneta usando su bolso como almohada.

Sol y yo vemos como está Selena y nos unimos a ella poniendo colchonetas al lado de ella. Axel y los Aguilar se quedan hablando en voz baja en el fondo del salón para no molestarnos. Y así una vez más me intento quedar dormida.

Todo se pone oscuro y en silencio. Otra vez se siente la paz que sentía cuando estaba en el cuarto, pero se escucha algo raro. Algo muy en el fondo suena y cada vez con más fuerza.

- ¡PSSS! ¡PSSS!

Abro levanten los ojos y me consigo el rostro de Axel encima del mío pero con un pequeño espacio que nos separa. Recobrando la consciencia veo que el salón está solo, solo estamos él y yo en el inmenso lugar. Parece que todos se despertaron más rápido que yo y se han ido.

- ¡Pss! Muñequita~ - murmura Axel asobándome el cabello.

Me levanto con los ojos entrecerrado. Él me arregla el cabello que lo tengo alborotado Limpiándome la cara con la mano Axel me ayuda a recogerme el cabello haciendo una cola de caballo baja y un poco floja. Con mi mirada fija en los ojos ámbar de Axel, intento quedarme dormida pero él me sacude con un poco de intensidad.

- ¡Ey! Intenta no quedarte dormida que ya es la hora de salir de acá, ya son las cuatro-treinta-murmura intentando levantarme del sus piernas.

Me levanto y saco mi teléfono que metí en mi bota derecha y veo que efectivamente son las 4:30.P.M. pero aun así no me quiero despertar; tengo mucho cansancio acumulado, pero con un tierno beso en la frente me convence de poner de mi parte.

-Ya está por comenzar la fiesta, ¿no quieres ir? -me dice con un tono tan dulce que termino por abrazarlo.

-Bien, vamos. Por el camino me termino de despertar-le respondo mirándolo a los ojos con una sonrisa y parándome con torpeza-. Creo que nos esperan, ¿no es así?

Pintame una noche blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora