capitulo 11

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visto algo que se le comparara, bueno, al perro fifí de mi vecina Ana, pero ese perro parece más un alíen que cualquier cosa.

- ¡Ey Magda! ¿Qué haces? -me pregunta Sol acercándose a ver-. ¿Te gusta ese reptil?

-Sep. Te digo, si está no es la sorpresa que me tenias, me imagino que me tengo que preparar para ver algo mejor, ¿no?

- ¿Ah? ¿Acaso te está gustando ver todo estos animales? A ver...

Él se va a unos de los estudiantes de esta facultad y se acercan a la pequeña cría que le tenía el ojo puesto. El chico de lente que está con Sol lo levanta y me lo pone cerca

- ¿Lo quieres cargar, linda? Como aun es bebé y no tiene dientes aun no pasa nada.

Sin pensarlo dos veces, lo agarro con cuidado y lo veo más de cerca a la criatura. Lo miro a los ojos y me emociono por tener esta oportunidad de tener uno de estos animalitos en mis manos. Tomándome el tiempo de mirarlo y tocarlo para ver con exactitud como es, se lo devuelvo al chico, y con la misma me quedo hablando con él mientras Sol se va a ver a los conejos. El chico es tan amable que me pasó su número para seguir en contacto. Se llama Claudio y está en el último trimestre para terminar la carrera, mientras tanto está haciendo las pasantías en el zoológico al que trajeron los animales.

Hablando y hablando con el chico paseando de lado a lado para ver el resto de los animales, Sol me llama para ir a la siguiente facultad. Sin saber cómo reaccionar voy hacia donde está y me despido de mi nuevo amigo ya que tenía que prestar servicio sin moverse de su puesto.

Yendo hacia donde Sol había estacionado la moto, él se voltea mordiéndose una de las esquina de la boca por dentro.

- ¿Y qué te apareció todo por acá? -me pregunta haciendo todavía el mismo gesto de antes de morderse la boca por dentro.

- ¡Me encantó! -exclamo sobresaltada brincándole encima de la felicidad-. De verdad me gusto ver tanto animalitos junto en un mismo lugar.

Él asiente con la cabeza volviendo su típica sonrisa cálida que siempre carga. Vamos a la moto y antes de podernos montar encima de esta le cae un mensaje y él extraño revisa su celular para ver de que se podría tratar. Apenas la pantalla se desbloquea iluminándole la cara con la luz blanca del dispositivo él despliega la pantalla para ver el mensaje. Niega con la cabeza rotundamente y su mirada se veía quebrada.

¿Ahora que debió pasar?

Pintame una noche blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora