capitulo 12

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- ¿Todo bien? Le pregunto preocupada por su actitud.

Él solo mira su teléfono ladeando al cabeza sin ni siquiera mostrar el más mínimo gesto. Es como si le hubiesen le hubiesen dado en un interruptor y le quitaran las emociones y los gestos. Con el celular aun encendido escribe un mensaje y con la misma se mete el dispositivo al bolsillo subiéndose en la moto sin mirarme ya que estoy a un lado de él.

-Ya anda. Sube-dice de mal manera-. Tengo que llevarte a la facultad de diseño con el resto del grupo.

- ¿Pasó algo? -le pregunto preocupada montándome en el vehículo-. Sabes que me puedes decir cualquier cosa... si es que es algo malo...

-No, no pasa nada-dice simple- Solo que se me cago la noche, me tendré que ir por momento.

Sin decirme más nada arranca la moto y nos vamos de ahí. Todo el camino lo miro por el retrovisor y su cara refleja que se ve preocupado por algo, pero como no me quiere contar no podré saber qué es lo que le está pasando.

¿Será que Axel le dijo que pasó algo? ¿Habrá sido un accidente? ¿U otra pelea con las chicas? No podré saberlo. Suspiro viendo al inmenso cielo colorido cada se está oscureciendo cada vez más dejando el cielo lleno de colores vivos. Todo se ve tan lindo alrededor, y tan tranquilo que dudo que sea que pasó algo, o bueno, no aquí en el campus.

Oh Dios ¡Magdalena! Ya deja de darle tanta vuelta al asunto

Me digo mentalmente relajándome un poco más. Es difícil para mí dejar de pensar en el tema; nunca había visto así a Sol, aunque no me quejo, verlo desde el retrovisor y como su piel pálida y su cabello rizado se mezclan entre su respingada nariz de botón y sus ojos que están como si botase chispa por estos; verlo así me tiene completamente hipnotizada. Pasamos por todo el kilometro de la ciudad universitaria con rapidez y cuando pasamos por la entrada de la facultad de Diseño Gráfico veo como todo el grupo está reunido, claro, están un poco alejados, como Marina y Selena que ni se miran. Sol se estaciona frente a los chicos y me bajo inmediatamente de ahí yendo hacia Marina que pareciera que tuviera la intención de llorar.

-Ey, Marina... ¿estás bien? -le pregunto en voz baja asobándole la cabeza a lo que ella asiente mirando hacia abajo cruzándose de brazo-. ¿Segura?

-Sí- dice con un hilo de voz-. Estoy bien, solo necesito un tiempo para relajarme un poco. Solo eso.

Todos están en silencio y con la mirada baja; Los Aguilar, Selena, Marina... incluso el mismo Axel es incapaz de hacer el más mínimo de los ruidos cuando el habla hasta por los codos, y ahora nada de nada. Esto está muy raro. Pareciera que todos pelearon. Me asomo levemente con mi cuerpo hacia adelante y observo a todos y veo que todos están con la misma actitud de Marina.

- ¡Bien chicos! Me tengo que ir-dice Sol con la voz un poco quebrada acabado con el silencio incomodo que hay-. No creo tardar, pero cualquier cosa que pase me avisan.

Con Sol en la moto, Axel me jala por el hombro y se coloca detrás de mí haciendo que el catire cambiara su sonrisa de medio lado a un gesto neutro en el rostro. Calentando el motor, sale del estacionamiento Sol con gran prisa como si se lo estuviese llevando el diablo, cosa que parece que soy la única que le parece raro esto. Los chicos se agrupan al lado de Axel y se miran la cara como si estuviesen esperan a que dijese algo, pero el solo baja la mirada y me rasca la cabeza pasando con delicadeza las yemas de sus dedos sin despeinarme.

-Bien...-murmura Axel-. Como sol se acaba de ir creo que tendremos que esperarlo. Ahora que la noche está cayendo va a empezar la fiesta y se va a poner buena. ¿Qué dicen? Si quieren ver una buena fiesta, hay que ir al centro de la ciudad universitaria donde ahí se reúnen todas las facultades para ir a ver

Todos lo miran y se dispersan para salir del estacionamiento y con un leve golpecito que me da en la cabeza, Axel toma el mismo camino que toman los chicos, solo que a mitad del recorrido se detiene y se voltea haciendo donde estoy extendiendo su mano.

- ¿No vas a venir? -pregunta con un leve tono de picardía.

Dudosa de lo que puede pasar junto con la consecuencias, corro hacia donde está y camino a su lado para caminar juntos. El me pasa la mano por el hombro y nos vamos con el resto de los chicos que camina al frente. En camino para llegar al centro de la ciudad universitaria nos conseguimos a mucho de nuestros compañeros de clases que se están graduando con nosotros y algunos que todavía le faltan uno que otros trimestres para acabar con la carrera. Nos topamos en el camino con muchas, ¡con demasiado! Nunca pensé que fuera a venir tantas personas para una fiesta como lo es esta.

Con cada paso que damos todo se va poniendo oscuro y es que la noche ya se está haciendo sentir, eso y la fiesta. Ya estamos llegando, y lo sé porque los fuertes bajos de los parlantes se sienten desde donde estamos; el suelo tiembla con las fuertes frecuencia de la música que se escucha a lo lejos, pero no termino de identificar.

Llegamos al punto donde queríamos. Estamos cerca de llegar al centro, que no es más que una plaza enorme donde hay un escenario lo suficientemente grande como para poner una banda con todo y los instrumentos y todavía quedaría espacio, y el edificio del rectorado donde hay es donde se coordina todo. Si, es como ver la plaza donde está el papa pero versión tercer mundista. No estamos muy lejos de llegar pero aprovechando la buena vista que tenemos nos quedamos parado viendo cómo se va llenando de estudiantes, profesores, coordinadores de grado y el personal administrativo que fueron atraído por la fuerte música que pusieron lo que pertenecen a la parte de "cultura" de la universidad; pequeños módulos que puedes decidir si entrar o no donde puedes cantar, bailar, recrear obras de teatro y mostrar tu talento con el diseño en eventos como este.

- ¡Conseguí donde quedarnos! -grita Samuel atrayendo la atención de nosotros y de todos los que estaban pasando.

El sale corriendo y nosotros lo seguimos caminando ya que no nos parecía algo de urgencia seguirlo a la misma velocidad a la que él va, ya que pareciera que tuviera un cohete en el trasero por lo rápido que va, y como soy vaga prefiero ahorrar energías para algo que si lo valga.

Llegamos hacia donde está Samuel y nos sorprendemos por el lugar, ¡es realmente lindo! Samuel ha conseguido un enorme lugar casi abandonado donde ha puesto un pequeño mantel en el suelo para no ensuciarnos con el césped verde, y al lado hay un enorme arbusto de naranja que tiene varios frutos maduros y listos para comer.

-Wow, sí que piensas en todo, primo-dice Ezequiel con ironía-. pero te luciste con esto, así que te tengo que premiarte apenas pueda.

-Gracias, pero siendo franco a este lugar le había puesto el ojo desde el primer trimestre-dice simple encorvándose y terminando por sentarse encima del mantel, apenas se dio cuenta de que casi sale volando por la fresca ráfaga de aire frio.

Todos nos miramos extraño por lo que dice Samuel ya que él no es muy bueno guardando sorpresa que digamos, siempre suele autodelatarse cuando está cualquier persona a punto de descubrir lo que tiene oculto. Sin darle mucha importancia me siento a su lado haciendo que el resto imitara la acción. Estando todos reunidos desde una pequeña cima vemos como el cielo se oscurece del todo y como van llegando agrupaciones musicales para tocar en vivo. Todos disfrutamos juntos, pero sin Sol, y es que sin su cálida presencia no se siente igual.

Pintame una noche blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora