Hanna, una castaña de ojos oscuros queda involucrada con la flor que fue creada por una gota de sol gracias a la llegada de cierto hijo de villano.
Aunque la historias de sus padres sea completamente diferente y no tengan conexión alguna, sus hijos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Frote mis ojos al despertar, por primera vez desde ayer ya no sueño con ese chico. Mire el reloj que tenia a lado de mi cama, eran las 12:13 de la noche.
Me levante cuidadosamente de mi cama para no despertar a Emily, tome mi abrigo y salí sin hacer ruido de la habitación.
El trayecto de mi habitación hasta el mueso de cultura y historia no fue tan largo, me gustaba observar Auradon por la noche. Me relajaba bastante.
Al llegar al lugar pude notar que el guardia estaba dormido y eso era raro en el.
Sentí curiosidad y abrí la puerta, aunque estuviera dormido nunca se le olvidaba mantenerla con llave.
—¿Que paso aquí?—Susurre para mi misma al entrar al lugar.
Mire los objetos mas famosos que se encontraban al entrar al museo.
La flor de Bella, la zapatilla de Cenicienta, El tridente de Tritón, la lampara de Aladín, el huevo de oro y la rueca de Maléfica.
Seguí de largo hasta llegar al pasillo de los objetos de los héroes.
Ahí estaba, esa flor, esa extraña flor que me hace dudar de mi origen.
La verdad es que mamá también tuvo que usarla, ella cayo gravemente tras su embarazo, nadie sabe eso aparte de la familia Corona. ¿Pero porque no soy rubia? ¿Porque no tengo su don? ¿Porque aun no se quien soy?
Estaba apunto de tocar la flor pero una voz me debuto.
—¿Que haces aquí?
—Señor Phoo—Dije girándome con las manos arriba. ya me habían encontrado.
—¿Kai? ¿Que haces aquí?—Pregunte sorprendida tras la aparición del joven.
—Yo pregunte primero.—Dijo acercándose a mi lado.
—Siempre vengo aquí.—Dije la verdad.—¿Porque estas tu aquí?—Volví a preguntar.
—Solo quería saber la historia de mi padre—Dijo con una sonrisa.—¿Esa es la flor..?—Pregunto al verla detrás de mi—La que dijiste esta mañana.
—Ah, si, es esa—Respondí con una notoria sonrisa fingida.
Una fuerte y escandalosa alarma comenzó a sonar por todo el lugar, mire a Kai algo confundida, el no había venido solo, estaba mas que claro.
—¡Corre!—Hablo sacándome de mi trance, su mano estaba en mi muñeca, corríamos por el museo para que el señor Phoo no nos encontrara.
—¿No estas solo, verdad?—Dude pero mis dudas fueron confirmadas cuando vi a los chicos de la isla en el lugar.
Los cuatros chicos me miraban con sorpresa, no se esperaban que estuviera por aquí.
El teléfono comenzó a sonar pero fue rápidamente atendido por el chico de pelo blanco.
