Smiley [T.R x URSS]

🐋CAP 11🐋

Una sensación de calma y tranquilidad invadió su cuerpo y mente. Los músculos los sentía relajados y sueltos, sin tensión. La dulce sensación de satisfacción y contentamiento después de haber satisfecho el deseo sexual por un par de horas que probablemente hayan sido las mejores tres horas en esos largos meses sin poder tener un momento de calma.

Después de un relajante baño con agua a temperatura ambiente y sin ser interrumpido. Tal vez no haya hecho la comida y mucho menos haber recogido la casa más que limpiar su desastre. El haber limpiado el mueble y no quedase tan limpio con un fuerte olor "dulce y floral".

El olor a sexo es natural y varía de persona a persona. No hay un "olor correcto" o "incorrecto", y cada persona tiene su propio aroma único. Un ejemplo era el alemán y su forma única de hacerlo y su olor corporal.

Las feromonas masculinas y femeninas pueden tener un olor ligeramente diferente, y dependía mucho de su higiene. El sudor producido durante esa larga sesión puede haber contribuido al olor.
Su lubricación natural del cuerpo puede tener un olor ligeramente ácido junto a sus fluidos corporales: como el de su semen y posiblemente esos fluidos que hayan caído al mueble provenientes de su entrada.

Sus piernas dolían por aquel espectáculo en medio de la sala. Los pensamientos de vergüenza no se hacían esperar al haber manchado casi todo el mueble de la familia. Mueble donde solía dormir, sentarse y recostarse el pequeño URSS.

Había dejado secando aquellos cojines en la secadora junto a su ropa. ¿El martillo? Tan solo lo enjuagó y para comprobar si su olor se había impregnado en el.

Cómo fue, para su mala suerte todo el martillo en especial el mango olía a el y no de manera bonita.

El de la esvástica intento sumergirse en la tina y evitar esos pensamientos tan obscenos.

Pero estaba en paz, su cuerpo y mente por cierto tiempo se sentía aliviado. Feliz y complacido, se sentía fresco al salir de aquella tina de baño. Miro la hora por un momento.

— Aún tengo tiempo —

Once de la mañana y en una hora tendría que recoger al menor que por cierta razón ya no odiaba y había agarrado cariño. ¿Tan liberado estaba de ese estres? O solamente necesitaba relajarse en su propio placer para dejar de odiar a todos y ser tan negativo.

Se dijo así mismo al mirar la hora en su teléfono, aún con la toalla envuelta en su cintura. Por suerte tenía poca ropa en casa de estos. Hacía frío pero no era para tanto después de un baño caliente y con la casa aún caliente con un aroma a pecado que se lograba apreciar en el aire.

— Dios parece un maldito estudio porno —

Al fin tuvo ese rato a solas que tanto había deseado desde hace un largo tiempo, y sin interrupciones, pero tenía sus contras. Hasta el momento que bajo de las escaleras y mirar las ventanas empañadas y el respaldo del sillón con esa humedad de su pecho gracias al sudor.

Era obvio que estaba en problemas pero nada que una mentira pueda arreglar y disfrazarla para su padre y el de URSS.

☁️

— ¡Mírate! Te vez mejor, te siento relajado y muy tranquilo, no creía en eso de "El sexo te da paz interior" —

Al escuchar este comentario por parte de la japonesa rápidamente tapo los oídos del pequeño soviético con cierta vergüenza mostrandose a la defensiva abriendo sus ojos por lo dicho.

— ¡Vez lo que provocas! —

URSS miro confundido a ambos jóvenes quien discutían ante aquel comentario empezando una pelea entre ellos.