Una musaraña correteaba por la densa maleza siendo acechada por una gata. La estrella gigante salía de su cénit y el cielo se coloreaba en un tono anaranjado, además que el ambiente atraía una brisa que se asemejaba a la estación Sin Hojas; la Hoja Caída estaba llegando a su fin.
La hembra se mantenía agazapada, con las uñas desenvainadas. Afirmó que el viento yacía a su favor y que su presa no sería capaz de detectarla. El animal quedó curioseando unas hierbas altas, dándole la espalda a la joven... Era el momento indicado.
Saltó hacia su objetivo. El ratón intentaba zafarse pero no lo lograba; las garras de Zarpa de Dálmata lo había acorralado fácilmente. Decidió resignarse y al cabo, la aprendiza le arrebató su vida.
Zarpa de Dálmata tomó su carne fresca y observó su reflejo en el cuerpo de agua más cercano a ella. No había cambiado tanto luego de dos lunas desde su nombramiento; en todo ese período la relación del Clan del Viento y del Clan del Río no mejoró e incluso en las anteriores Asambleas, Estrella Ardiente, la líder del clan rival, no le dirigía la palabra a Estrella Lluviosa, según lo que le comunicaba su madre. Por parte del Clan del Trueno y del Clan de las Sombras la joven desconocía sus anuncios, pero aseguraba que no era algo interesante.
Sus sesiones de entrenamiento con Cola de Rosa eran mayormente regaños por los errores de Zarpa de Dálmata. La paciencia de su mentora era casi nula; siempre quería que la atigrada aprendiera sin ningún fallo, por más que la cachorra se hubiera esforzado.
Acto seguido, un bramido llegó hasta los oídos de Zarpa de Dálmata.
-¿¡Por qué tardas tanto, novata!? ¿Acaso que por milésima vez no pudiste atrapar un miserable ratón?
Identificó a Cola de Rosa. Soltó la musaraña para poder hablar:
-¡Lo lamento! Ahí voy.
Se dirigió a la izquierda donde estaba la guerrera, con la presa colgando de su boca. Una vez que arribó, colocó la pieza a las patas de Cola de Rosa con júbilo.
-¡Hasta que por fin pudiste cazar uno! Ya perdí la cuenta de cuántas veces el ratón se te ha escapado - bufó la gata roja. Continuamente, alzó su barbilla y maulló: -Vámonos, se está haciendo de noche y no tengo el tiempo como para soportar a tu madre quejándose.
-Es que ella lo...
-No me expliques nada. - Azotó su cola contra la tierra, levantando polvo. -Ya sé que la carroña habla y dice puras tonterías.
Zarpa de Dálmata miró para otro lado con pesadumbre y asintió sutilmente. Cola de Rosa fue la primera en partir y su aprendiza se hallaba a la zaga.
Pasado un tiempo, ambas felinas atravesaron la entrada del campamento cubierto con aulagas. Su mentora se encaminó a un extremo del claro principal para descansar, mientras que la alumna dejó la pieza de carne fresca en la pila. Sin tener apetito, trotó a su guarida.
-¡Hermana! - exclamó una voz conocida. Era Azabache. -¿Cómo te ha ido?
-¡Hola Azabache! - le devolvió el saludo. -Bueno... Ni tan bien ni tan mal. Hoy pude cazar mi primer ratón.
-¡Genial! ¿Por qué no estás tan feliz? - interrogó Azabache.
Zarpa de Dálmata se encogió de hombros.
-Supongo que es solo un ratón... Además que ya debería haber atrapado uno hace tiempo - agregó bostezando y cayó cansada sobre un lecho de musgo.
-Es un logro de todos modos. Yo hasta a veces no me acuerdo de cómo pescar - ronroneó divertido el macho negro.
-¿Y Patas Plateadas no te dice nada? - preguntó inocentemente.
Azabache ladeó su cabeza.
-¿A qué te refieres? Claro que no, sin contar que es nuestro hermano mayor.
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Los Gatos Guerreros: Infancia Arruinada (PAUSADO)
FantasyTodo estaba en calma en el Clan del Río. Habían pasado lunas sin ningún combate con otro clan. Sin embargo, la paz no duraría para siempre... Pequeña Dálmata, una pequeña cachorra, tenía un sueño: Ser una noble y respetada líder que marcaría la hist...