Capítulo 23 (Capitulo Especial)

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Capítulo 23


5 Años antes


La noche estaba puesta, la luna los iluminaba y nada a sus alrededores importaba realmente. Lo único que querían era aprovechar ese momento al máximo, ese momento que les regalaba la vida.

Dimitri jamás se había sentido tan completo como lo hacía en ese momento, solo bastaba una mirada de esos hermosos ojos para tenerlo a su merced y ella parecía que aún no se daba cuenta.

—Mis padres van a matarme. —la voz de Maya lo hizo abrir los ojos para mirarla con atención.

Ella se encontraba recostada sobre su pecho mientras lo observaba con ojos de disculpa. Había pasado una semana desde que se habían confesado y las cosas entre ellos se estaban complicando un poco según el punto de vista de Maya. Dimitri le exigía un poco más de atención luego de pedirle que fuera su novia, y no es que ella no quisiera estar junto a él, era que sus padres estaban empezando a sospechar y se habían vuelto un poco más sobreprotectores con ella.

—Puedo acompañarte a tu casa, para hablar con ellos.

Los ojos de Maya se abrieron de golpe al escucharlo.

—No. —negó con rapidez, sonriendo con timidez. —Creo que todavía no es el momento.

—Dime la verdad Maya, ¿no planeas presentármelos? —la pregunta ocultaba un tono engañoso.

—No digas eso, claro que sí. —se apresuró a decir. —Es solo que hoy no será un buen día.

—No quiero que te regañen por mi culpa, yo me haré responsable. —se apresuró a decir. —Soy tu novio y quiero que hagamos las cosas bien.

Maya recostó su frente en el pecho del hombre al escucharlo. Ella también quería lo mismo, pero había crecido con un miedo enorme por las actitudes de su padre que simplemente le aterraba pensar en que algo podía salir mal.

—Tengo un poco de miedo. —soltó el aire al decirlo. —No quiero que me prohíban verte.

Dimitri se sentó atrayéndola en el proceso y tomando sus mejillas con cuidado la miró fijamente a los ojos.

—No te van a prohibir tal cosa. —le aseguró mientras dejaba un beso en su frente. —Pero debo hablar con ellos cuando antes, esto no puede seguir así.

Maya asintió no muy convencida.

—Me gusta estar aquí contigo, —confesó queriendo cambiar el tema. —pero será mejor que me vaya.

Dimitri asintió un tanto incomodo mientras dejaba un beso rápido sobre sus labios y la dejaba marcharse dejándolo solo en el lugar como de costumbre.

Internamente Maya agradeció que no le insistiera más sobre el tema, pero debía admitir que odiaba hacerlo pasar por eso. Quería seguir con él, claro que quería, solo esperaba que le diera un poco de tiempo para hablar con sus padres calmadamente y hacerlos entender de buena manera lo que Dimitri le pedía que hicieran deprisa.

Respiraba hondo mientras corría lo más rápido posible en dirección a su casa.

También odiaba enormemente lo que le estaba haciendo a sus padres, pero los conocía tan bien que lo más probable era que en ese punto de su vida no iban a dejarle ver a Dimitri, utilizarían la excusa que debía estudiar y que él sería una mala influencia para ella, así que para evitar eso ellos no debían enterarse, al menos no por el momento.

—¿Dónde estabas? —preguntó su padre un segundo después de haber abierto la puerta de su casa.

Maya había pegado un salto por el susto. El rostro de su padre la observaba con dureza mientras su madre permanecía en la cocina mirándola en silencio mientras esperaba que respondiera. La casa era sumamente pequeña por lo que le era fácil observarla.

Punto débil © (Versión Corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora