Henninger llamó a las nueve de la mañana, apenas unas horas después de que Harry tirara las pastillas. El joven agente le dijo a Louis que había arreglado que les abrieran una de las escenas de los crímenes anteriores, porque sabía lo mucho que a Louis le gustaba ir y mirar; tenían que reunirse con él tan pronto como fuera posible antes de que alguien se enterara. También tenía los archivos de personal, y había algunas cosas interesantes en ellos.
—¿Cómo qué? —preguntó Louis con curiosidad.
—Como el número de personas involucradas en el caso de Baltimore de 2001 —respondió con ironía Henninger—. Tú y yo incluidos, agente especial Tomlinson —agregó.
—Ah, joder —murmuró Louis al teléfono—. Tráelos de todos modos, chico —pidió mientras hacía un gesto a Harry para que se diera prisa y se organizara—. Nos vemos en treinta minutos.
—Sí, señor —respondió Henninger antes de colgar.
Tan pronto como finalizó la llamada, Harry y Louis salieron y se metieron en su coche de alquiler en tiempo récord; atravesaron la ciudad para reunirse con el otro hombre.
Louis se encontró reflexionando sobre el modo en que Tim Henninger les había ayudado mientras conducía a ciento diez kilómetros por hora. Había subestimado seriamente el chico. Tendría que comprarle la cena o algo parecido a modo de disculpa.
En el asiento del acompañante, Harry hojeaba un cuaderno de notas con sus propios garabatos que había tomado camino hacia la puerta.
—Todavía estoy descontento con las pruebas que faltan —dijo.
—¿Qué? —preguntó Louis.
—Cosas diferentes de cada caso —dijo Harry—. No puedo ver ningún patrón. Las notas complementarias del forense de uno. Rastros de piel de otro. Anotaciones de tiempo de un tercero.
Louis le miró y frunció el ceño.
—¿Y?
—La principal conjetura: si está cometiendo un error diferente cada vez y se las arregla para limpiar posteriormente, podríamos ser capaces de añadir información adicional al perfil —dijo Harry—. Las áreas en las que es débil. Eso suponiendo que no todo sea por errores humanos.
—Podría ser —respondió Louis arrastrando las palabras—. Va a ser como tratar de ver un rompecabezas que está todo pintado.
—Todavía puedes encajar las esquinas —dijo Harry distraídamente mientras empezaba a hacer anotaciones en la libreta amarilla que tenía sobre el regazo.
—¿Falta algo de los asesinatos que se produjeron después de que el ordenador explotara? —preguntó Louis.
Harry hojeó sus notas, frunciendo el ceño.
—No. ¿Por qué?
—Sigo pensando que quitó esa mierda como cebo —aseguró Louis.
—No estoy convencido —murmuró Harry.
Los papeles sueltos se dispersaron por su regazo cuando su coche fue golpeado con fuerza por detrás.
Louis fue lanzado hacia adelante por el impacto, pero mantuvo el coche recto mientras su cabeza se sacudía. Miró por el espejo retrovisor y frunció el ceño al taxi amarillo detrás de ellos. El parabrisas estaba tintado ilegalmente para que no pudieras ver a través de él y el número de teléfono había sido retirado.
—Oh, oh —murmuró.
Dando la vuelta en el asiento, Harry intentó mirar mientras el taxi les golpeaba de nuevo, esta vez más fuerte.
ESTÁS LEYENDO
Retirada (Larry Stylinson)
Misterio / SuspensoUna serie de asesinatos en la ciudad de Nueva York ha bloqueado tanto a la policía como al FBI, y ambos sospechan que el culpable es un solo asesino que manda un indescifrable mensaje. Pero cuando los dos agentes federales a cargo de la investigació...