La espalda desnuda de Kyungsoo fue acariciada por las grandes manos de Chanyeol, el alto se sentía en el séptimo cielo. Alguien tan hermoso como Kyungsoo estaba jadeando con necesidad debajo de su cuerpo, el sudor decoraba la blanquecina piel del de grandes labios. Era un completo espectáculo para la vista, en dónde el único espectador era un agitado Chanyeol.
—Alza un poco más la cadera. — Kyungsoo asintió, sus manos jalaron de las sabanas de su cama, su cabeza rozaba contra la almohada a medida que los grandes dedos de Chanyeol totalmente humedecidos con lubricante subían y bajaban en medio de sus nalgas. — Eres realmente precioso.
—Chanyeol... deja de jugar conmigo. Estoy al límite.
Esa pequeña amenaza no logró hacer que Chanyeol acelerara sus movimientos, fue todo lo contrario. Uno de sus dígitos ingreso en la estrecha cavidad anal de Kyungsoo, el bajo se aferró con más fuerza, pero sonrió cuando sintió la erección de Chanyeol rozar contra su muslo.
—No eres el único que está pasando por un momento difícil.
El corazón de Kyungsoo se agito cual tambor ocasionado por la emoción, al principio había tenido un poco de miedo que cuando Chanyeol lo viera totalmente desnudo no se sintiera atraído y todo quedará como una mala anécdota que contar en sus borracheras. Por suerte fue todo lo contrario, Chanyeol se había puesto rojo hasta las orejas y su pene se irguió señalando con el glande el norte.
Los labios de Chanyeol dejaron un camino de besos desde los glúteos de Kyungsoo hasta su nuca, trazo con su lengua un circulo para luego rozar con sus dientes la zona. Eso hizo que Kyungsoo se sintiera más sumiso, estaba dejando que ese hombre precioso lo follara. Meneo el trasero, Chanyeol aceptó la invitación ingresando dos dedos más.
La estrechez del culo de Kyungsoo mandaba corrientes ardientes al pene desatendido de Chanyeol, pero él sabía que si quería generar una buena impresión en el dueño de casa debía hacer que este conociera la cúspide del placer. Él también hacía años que no se daba un excelente banquete, permanecía concentrado en sobrevivir cada día de la propina de las personas al cantar sus canciones.
—Ya quiero follarte. Quiero joderte hasta que pierdas la maldita consciencia. — Kyungsoo jadeo, levantó más la cadera apretando sus glúteos. — Mierda Kyungsoo, estas tan apretado. Dime lo que quieres.
—Quiero tú pene. Hazme gritar Chanyeol, ¿no querías que nuestras voces se combinaran?
Los movimientos de los dedos de Chanyeol se volvieron erráticos, lo penetraba con fuerza sin importar que luego le pudiese doler. Quería y necesitaba dejar una huella de propiedad en el hermoso cuerpo de Kyungsoo. Deseaba que esa ronca voz solo gimiera su nombre y rogará por su pene, por él.
El 'maldito' sonido húmedo de ese culo redondo le estaba volviendo loco, incluso al propio Kyungsoo, Chanyeol se percató de aquello saco sus dedos y en un ágil movimiento lo penetro con fuerza.
—¡Oh cielos!
—Grítalo bien. — Exigió Chanyeol, inclino su cuerpo hacia adelante tomando el rostro de Kyungsoo para darle un beso. La posición era incomoda, seguramente luego terminarían con dolor de cuello. — Grita mi nombre Kyungsoo, solo el mío. ¿Quieres que te follen de esta manera?
El aire se escapó de los pulmones de Kyungsoo, el pene de Chanyeol era grande y no solo era el tamaño, sino que tenía el ancho adecuado. Los movimientos de pelvis del alto eran contundentes, toscos, algo sucios. Su rostro por fin fue liberado, los ojos de Chanyeol estaban brillando de emoción, él sonrió al notarlo.
—¡Más duro Chanyeol! ¡Más!
Chanyeol tomo las manos de Kyungsoo jalándolo hacia atrás, impulso su cuerpo provocando un fuerte sonido de pieles. El dueño de casa tenía los ojos llorosos, de su boca escurría saliva y sus rodillas ardían ahora que era el único apoyo que tenía, contra su espalda sentía el abdomen trabajado del alto.
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Ritmo de dos corazones || ChanSoo [Terminada]
FanfictionKyungsoo, un alma solitaria, se encuentra irremediablemente cautivado por la voz grave y la presencia arrolladora de Chanyeol, un músico callejero que despierta en él un deseo ardiente y desconocido. Lo que comienza como una simple fascinación se co...