5 ; instinto de almas gemelas

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Una mañana, itadori se encontraba haciendo el desayuno para megumi y él.

Era martes, pero al ser enero y estar de vacaciones de invierno, no se preocupaban por el horario. Una puerta abrirse lo hizo dar la vuelta para ver a un megumi recién despierto, cabello desordenado y ropa holgada de color azul marino.

— buen dia... — saludó bostezando y sentándose en la barra mientras acostaba su cabeza de nuevo sobre sus brazos. Itadori lo miró y sonrió.

— ¿que quieres desayunar?

— un café... frío con mucha leche — murmuró e itadori asintió.

A megumi le gustaba el departamento de itadori,
principalmente por el constante aroma a café que había en el aire, lo hacía relajarse y sentirse bien. Yuuji que buscaba en una alacena el frasco del café, sintió un aroma chocolate que estaba alterando a su alfa, pero que ignoró con los segundos porque pensaba que ya se estaba volviendo loco.

— ah, megumi, hoy vendrán dos amigas, ¿no te molesta verdad? — megumi ahora mirando al alfa negó.

— no te preocupes — a los minutos el pelirosa le tendió una taza de café frío y la dejó frente a su compañero.

El alfa de yuuji de nuevo empezó a moverse inquieto, dejando su desayuno en la mesa se dirigió a un cajón que estaba abajo de todo a la izquierda, antes de que pueda abrirlo el timbre sonó. Decidió dejar lo que iba a hacer para después y fue a recibir a sus amigas.

— ¡yuuji! — una castaña un poco mas baja que el varón habló y abrazó con fuerza a su amigo.

— ¡kugisaki! — ambos se abrazaron con fuerza y maki rió. — hola también a ti maki, se las ve felices, pasen — se hizo a un lado dejando pasar a las chicas.

— me sorprende que tengas todo ordenado  — comentó la peliverde riendo.

— ay callate — caminando hasta el salón dejó que la pareja se sentara. — les voy a presentar a alguien — ambas alfas se miraron entre si.

— no me digas que te ligaste a alguien — sonrió burlona nobara.

— es un larga historia — rodó los ojos. — pero no me lo estoy ligando, solo lo ayudé — ahora caminó hasta la cocina buscando al omega. — maki, kugisaki, él es megumi, megumi, ellas son mis amigas — presentó a los tres y el chico sonrió.

— es un gusto conocerlas

— aww, itadori, es muy tierno — nobara se había levantado y apretó las mejillas del menor — ¿lo podemos adoptar kiki? — preguntó la castaña a su novia. Ella negó riendo.

— nono, deja al pobre, apenas lo conocemos

— ademas megumi tiene opinión propia, ni que fuera un niño — exclamó yuuji cruzado de brazos ahora yendo a buscar a la cocina su desayuno para llevarlo hasta la sala.

— oye megumi — habló la castaña ahora mirando de arriba a abajo al omega. — ¿eres regular con tus ciclos de calor? — el azabache se removió incómodo.

— ¿por qué queres saber eso?

— no me malentiendas, estoy marcada, no te preocupes — enseñó su marca y volvió a mirarlo. — pregunto por tu aroma, es mas fuerte, si bien a nosotras por nuestro lazo no nos atrae a yuuji seguro que si — murmuró y megumi se sorprendió.

— ¿cómo...?

— el aroma de yuu parece estar un poco intoxicado

— no lo digas así cariño, lo que quiere decir, es que el alfa de yuuji está llamándote por medio de su aroma

— exacto, el aroma a café acá es sofocante

— ¿es mi culpa? — habló megumi por fin luego de unos minutos.

— ¡no, no! en todo caso sería del alfa de itadori, él busca a tu omega al ser su periodo de ovulación

allí el azabache recordó toda la conversación que tuvo con toge. Eso fue hace dos semanas y durante ese tiempo dejó de usar los tranquilizantes que tomaba.

Eso queria decir, que su celo no estaba regularizado y ahora su cuerpo actuaba por instinto. Su omega en instinto buscaba al alfa mas cercano.

Y ese, por obviedad, era yuuji.

— omega — una voz se escuchó en su oído y luego como era abrazado por itadori por la cintura.

— ¡yuuji soltalo! — maki actuó y quitó al alfa del omega, quien tembló un poco al escuchar como su omega lloriqueaba por que vaya con él. Sin embargo no hizo caso. — lleva a megumi y dale un supresor, yo me encargo de itadori — kugisaki asintió y arrastró al omega para encerrarlo en el baño.

— ¿donde tenes tus supresores? — preguntó con tranquilidad dejando al menor sentado en la tapa del inodoro, este se abrazaba a si mismo.

— yuuji... — murmuraba aún sin tener la mente clara. La alfa no tuvo otra opción que usar su propio aroma.

El aroma a rosas llenó el lugar y megumi dejó de temblar, logrando levantar la mirada.

— ¿donde?

— en el primer cajón al fondo... — hizo caso y fue a la cómoda que estaba dentro del baño buscando en el lugar indicado, sacó una pastilla y se la entregó con un poco de agua de la canilla.

— ¿mejor? — acarició los cabellos del chico y este asintió. — tenes que tener más cuidado con estas situaciones, si mi instinto no me falla, el alfa de yuu actuó así por que son destinados — aquello dejó pálido a megumi.

winter flowers ; itafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora