Cap 5: Caminos entrelazados

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A medida que su relación se profundizaba, San comenzó a experimentar la vida de una manera que nunca había imaginado. Aunque sus ojos no podían ver el mundo como los de Wooyoung, su conexión con él le permitió redescubrirlo de una manera más rica y significativa. Wooyoung se convirtió en su guía en este nuevo viaje sensorial, enseñándole a disfrutar de los pequeños momentos que antes habían pasado desapercibidos.

Cada mañana, el aroma del café recién hecho se convertía en un preludio a un día lleno de descubrimientos. Wooyoung, con su risa contagiosa, solía bromear sobre cómo él preparaba el "mejor café del mundo", describiendo en detalle el color y la textura de la espuma que adornaba la taza, haciendo que San sonriera mientras envolvía sus manos alrededor del cálido recipiente.

—Hoy te he preparado algo especial, amor —dijo Wooyoung un día, acercando la taza a las manos de San—. He añadido un toque de canela. ¿Lo sientes? Es un poco más especiado, pero creo que te gustará.

San inhaló profundamente, captando el aroma dulce y picante que llenaba el aire.

—Mmm, huele increíble —respondió San, dejando que el olor le envolviera, sintiendo cómo una suave calidez se extendía desde su pecho.

—Quiero que te concentres en el sabor, en cada detalle. Dime si puedes notar la diferencia —continuó Wooyoung, su voz baja y llena de cariño.

San bebió un sorbo, dejando que el líquido cálido recorriera su boca antes de hablar.

—Es diferente, pero de una manera que me encanta. Gracias por esto, bebé —dijo San buscando la cara de su novio finalmente besándolo una vez la encontró. 

El café se transformó en algo más que una simple bebida; era un momento de conexión, una oportunidad para que Wooyoung le mostrara a San el mundo a través de su perspectiva única.

Los días lluviosos también adquirieron un nuevo significado. Antes, la lluvia era solo un obstáculo para San, algo que hacía más difícil moverse por la ciudad. Pero con Wooyoung, la lluvia se convirtió en una melodía que acompañaba sus paseos. Se tomaban de las manos, dejando que las gotas golpearan sus paraguas y el suelo a su alrededor.

—Escucha, amor —dijo Wooyoung una tarde mientras caminaban por el parque—. ¿Puedes oír cómo la lluvia cae sobre las hojas? Es un sonido diferente al de las gotas que golpean el pavimento.

San inclinó la cabeza, concentrándose en los sonidos que lo rodeaban. Era cierto, el sonido de la lluvia cambiaba dependiendo de dónde caía. Notó cómo las gotas sobre las hojas producían un suave murmullo, mientras que las que golpeaban el suelo producían un sonido más nítido y seco.

—Nunca lo había notado antes —admitió San, sintiendo una nueva apreciación por algo tan aparentemente simple.

—Es hermoso, ¿verdad? —respondió Wooyoung—. La naturaleza tiene su propia música, solo necesitamos detenernos y escucharla.

San comenzó a esperar esos días lluviosos, no porque disfrutara mojarse, sino porque significaban un momento especial que podía compartir con Wooyoung. Eran momentos en los que el mundo parecía reducirse a ellos dos, y donde cada sonido y aroma adquirían un nuevo significado.

El sol también jugaba un papel importante en su relación. Aunque San no podía ver el brillo dorado que bañaba el mundo, Wooyoung lo ayudaba a sentir su calidez de una manera más profunda. A menudo se detenían en los parques, y Wooyoung tomaba las manos de San, guiándolas hacia los rayos que atravesaban las hojas de los árboles.

—Aquí, siéntelo —decía Wooyoung mientras posicionaba las manos de San para que captaran la luz—. Es como una caricia suave, ¿no crees?

San cerraba los ojos, dejándose envolver por esa calidez que parecía filtrarse hasta sus huesos.

A través de la oscuridad - WOOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora