Capitulo XLIX | El corazón del mar

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-Jungkook....-Me di la vuelta al escuchar mi nombre de aquella voz profunda y ronca.-¿Por que están aquí?

-Yo debería preguntar eso, señor....Marat.

-No tienes porque apuntarnos, estamos aquí en paz.-Dijo Cordelia, por lo que solté una risa con sorna girando levemente el rostro.

-¿Como sabían que ella estaba aquí?-Pregunte impertérrito.

-.......

-Bien, Jungkook, escucha.-Marat dio un paso hacia mi por lo que apreté el mango de la pistola con mas fuerza.-Te diremos todo.

-Marat.-Lo reprendió Cordelia.

-Basta, Cordelia, él es bueno, nos lo ha demostrado.-Decía viendola mientras que la antes mencionada se tensaba.

-Dejen el maldito preámbulo y hablen o les atravieso la frente con una bala.

-Bien, solo con una condición.-Dijo Cordelia viéndome.

-Habla.-Dije reticente.

Ambos tragaron duro y luego de un par de segundos hablaron.

-No aquí, hay muchas personas, y así como nosotros sabemos que ella esta aquí, hay personas malas que pueden estar vigilando.-Fruncí el ceño ante las palabras de Cordelia.

Los analice por un par de segundos. ¿Intentaban confundirme o realmente ellos no eran malos?

-Mi condición es....-Los ojos de Cordelia brillaban, tal vez de dolor, enojo, preocupación.-Que nos digas porque están aquí, por que....mi pequeña esta aquí.-Uní mas el entrecejo.

-¿Tu pequeña?-Mi voz salió mas intimidante y profunda de lo que quería.

-Cordelia.-Marat la observo.

-Jungkook, ella es....

-Basta.-Los detuve, ambos me observaron, le extendí mi teléfono luego de soltar el arma. El móvil estaba en la aplicación de contactos dejándoles obvio que colocaran sus números, ambos comprendieron y lo hicieron.-Les enviare una dirección, quiero que vallan solos.-Ambos asintieron regresándome mi teléfono.

Camine de regreso, quería ver que todo estuviera en orden, pero antes de llegar al final del camino de concreto me gire.

-Sepultamos a nuestro hijo hoy.-Marat abrio sus labios y comenzó a respirar agitado, mientras que Cordelia llevo su mano a su pecho, retrocedió un paso y sus ojos se llenaron de lagrimas.-No los quiero cerca de mi mujer.-Los observe con dureza.-No hoy.

-Lo haremos como tu quieras.-Dijo Marat, entonces vi a Cordelia una ultima vez y continúe mi camino.

Jamás la había visto tan afectada. Ella, una mujer tan inquebrantable como recta y dura. 

Algo esta pasando y no logro ver todo el panorama completo, pero de algo estoy seguro, los llevare a la cueva del lobo y veré si son lobos como yo o simples corderos disfrazados.

-¿Donde estabas?-Yoongi me intercepto intentando analizarme, observo detrás de mi y luego me observo a mi.

-Jungkook....-Sentí mi cuerpo relajarme con solo escuchar esa voz tan dulce como melodiosa.-¿Estas bien?-Sonrei débilmente pero lleno de sentimientos.

-Si, ven aquí.-La atraje hacia mi anatomía y bese su frente para enseguida rodearla con mis brazos.-Vamos a casa.-Ella suspiro y luego asintió. 

Sabia que ella no se quería ir, pero en el fondo ella entendía que era lo correcto. Quitándole el hecho de que si Cordelia y Marat Pavlova sabían que estábamos aquí, cualquier persona que nos detestara también lo sabría.

Mía | Jeon Jungkook [ + 18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora