Las palabras de Ari me tienen en las nubes, no puedo evitar besarla, nuestro beso es lento y apasionado, me detengo un momento para ver sus hermosos ojos, tiene los labios entre abiertos, definitivamente es una criatura muy hermosa, en su mirada hay deseo, recorro con uno de mis dedos su mandíbula, conforme mi toque va descendiendo por su cuello veo cómo sus pupilas se dilatan, una gran chispa de electricidad comienza a recorrer el ambiente, mi demonio interior está feliz de por fin tenerla entre mis brazos...
- Sam... - Susurra mi hermosa chica - Vamos a la habitación...
- Claro...
Me levanto y le tiendo una mano, ella la toma y veo emoción en su mirada, también un poco de nervios, lo cual yo entiendo, ya que ésta será su primera vez con una chica, recordar eso me da alegría, pero también me hace sentir un poco de nervios, tengo que hacer esto bien, esto será un gran paso para ambas, siento una gran responsabilidad, tendré que contenerme un poco, ella no es cualquier chica, esta primera vez es sobre ella no sobre mí, ya tendremos oportunidad de hacer más cosas, haré que esta noche sea inolvidable para ella...
Estoy nerviosa a pesar del vino que hemos tomado, sigo a Sam por la casa hasta la habitación, cuando estamos ahí decido sentarme en la cama, me siento algo cohibida por la situación, es como cuando hice esto la primera vez...
- Ari...- Susurra Sam mientras se acerca a mí.
- ¿Puedo poner un poco de música? - Interrumpo a Sam para calmar un poco mis nervios.
- Claro - Ella me regala una sonrisa tierna.
Me levanto para tomar mi celular y poner una lista de reproducción que había preparado para cuando llegara este momento, regreso a la cama, me siento nuevamente y no sé qué hacer o que decir, estoy tratando de mantener la calma...
- Ari... mírame por favor... – Mi mirada y la suya se conectan, veo ternura en la de ella - Eres muy hermosa - Ella acaricia mi rostro y pasa su pulgar por mi labio, se ve tan guapa, empiezo a sentir calor con solo verla – ¿Te puedo besar?
Yo no puedo encontrar mi voz así que solo asiento, Sam se acerca a mí y empieza nuestro beso, es lento, tierno y apasionado a la vez, su lengua recorre mis labios como si pidiera permiso para profundizar más en nuestro beso, yo permito que mi lengua y la suya comiencen su danza, ella hace una pausa y me ve nuevamente, sus ojos son fuego puro, me invitan a pecar y yo no pienso poner resistencia...
- Mmmm me gustan tus besos con el sabor del vino... son una gran combinación - Me comenta con una voz tan seductora que su elogio me derrite.
Ella vuelve a besarme, mi corazón empieza a emocionarse con cada segundo que transcurre, yo siento que no estamos lo suficientemente cerca, así que me siento encima de Sam, tomo su cara entre mis manos y la acaricio, nos contemplamos la una a la otra, sus pupilas están dilatadas, ella me quita un mechón de cabello y lo coloca detrás de mi oreja la cual recorre con su mano hasta colocarla detrás de mi cuello, eso me hace sentir un placentero cosquilleo, suelto un pequeño suspiro, Sam vuelve a la carga y me besa nuevamente, es un beso lento, pero lleno de emoción, se puede sentir la necesidad que tenemos la una de la otra, ella empieza a bajar su mano de mi cuello, deja mi boca y empieza a desplegar besos cerca de mi oreja, baja poco a poco, llega a ese punto entre mi cuello y mi hombro...
- Mmmm – doy un leve gemido, ese es uno de mis puntos más sensibles.
- Tienes demasiada ropa – dice con un tono ronco por la pasión del momento ¡joder su voz es tan sensual!, mete sus manos debajo de mi camiseta, estoy tan perdida en disfrutar las sensaciones que ella me regala...
- Estoy segura de que disfrutarás quitándomela, me vestí así para ti – Le digo con una sonrisa coqueta.
- Mmmm entonces lo mejor será que te desnudes para mí ¿no crees? – En ese momento regresa mi timidez y me sonrojo de solo pensar en lo que me pide hacer.
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Chispa de amor
RomanceChispa, es lo que surge en mi corazón cuándo la veo, es como si mi corazón reconociera el suyo y saltará de felicidad, cuando veo esos ojos verdes her como las esmeraldas yo dejo de pertenecerme y ella me convierte en suya, pero el amor jamás es per...