Extra · All Of Me

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Elsa y Honeymaren se habían quedado juntas abrazándose mientras el atardecer se aproximaba a ellas. La morena se había fascinado por las manos de Elsa, al principio acarició la palma usando los pulgares, jamás se había pescado de lo suaves que eran, además de tener uñas largas y bien cuidadas. Honeymaen deslizó su pulgar hasta presionar la muñeca y Elsa emitió un quejido y Honeymaren la dejó de acariciar.

—¿Estás bien? —dijo girando el cuerpo para escuchar a Elsa.

—Sí, lo siento —se rió incómoda —. Continua con... Lo que sea que estés haciendo —murmuró, le parecía extraña la fascinación de su pareja.

Honeymaren se acomodó mejor contra Elsa. Mientras la mayor descansaba la cabeza contra el árbol, la morena posicionó su nuca contra el hombro de Elsa y siguió jugando con sus manos.

—¿Sabías que está línea significa absolutamente nada? —comentó divertida mientras deslizaba su dedo por la línea diagonal en la mano izquierda de Elsa.

La mayor recordó el día de la feria donde Olaf decidió probar suerte como adivino y le dio significados a cada línea de su palma, decir tonterías como si leyera el futuro y sobre todo estafarlas con sus terribles predicciones.

—¿Qué es lo que dijo? ¿Dinero? Sé que soy una reina, pero mis finanzas en el bosque están arruinadas —mencionó riendo. Honeymaren la siguió, pero un momento después la corrigió.

—No, no, no, no, prosperidad económica era esta línea horizontal. Esta era la de tu muerte.

—Oh, sí, olvide que llevo muerta siete años —ambas se burlaron de la mala lectura que recibieron.

Honeymaren se llevó ambas manos de Elsa a la boca y besó sus palmas. Elsa tembló como solía hacerlo siempre que recibía esa clase de gestos. Los rayos del atardecer la cegaron brevemente y Honeymaren decidió finalizar el pequeño encuentro.

—Aún tenemos trabajo que hacer —murmuró levantándose del suelo y ayudando a Elsa a hacer lo mismo —¿Quieres que nos veamos en la cena?

—Sí, eso me encantaría —se sonrieron dulcemente y Honeymaren se aproximó para besar la comisura de los labios de Elsa. No pudo evitar ruborizarse y de nuevo temblar.

—¿Por qué siempre te pones así cuando te toco?

—¿¡Ah!? Oh... —se sentía un poco tonta de la razón detrás de su incomodidad, pero debía seguir los consejos de Anna —. Supongo que debo ser honesta ¿cierto?

—Ser honesta es la clave para las relaciones estables —dijo Maren recordando las palabras de los Trolls el mismo día de la feria.

—Cierto —repitió —. Creo que me incomoda un poco... ¡No es la palabra! Me refiero a que... No me acostumbro a que mi cuerpo le guste a alguien —confesó jugando con sus propios dedos. Honeymaren abrió los párpados y se mordió los labios para no reír.

—Los sentimientos son importantes y no quiero sonar superficial, pero tu físico es magnífico —contó con cierto tono coqueto que solo hizo a Elsa ponerse más nerviosa de lo que estaba, la ojiazul soltó una carcajada y trató de calmarse.

—No creo estarme dando a entender —se llevó las manos a la frente y respiró profundo —. Me refiero a que odie mi cuerpo mucho tiempo, me odie a mí misma mucho tiempo, todavía me cuesta aceptar que no soy un monstruo que ronda por el bosque o un castillo. Es extraño que una persona normal pueda amarme ¿sabes?

La expresión juguetona de Honeymaren cambió por aflicción. Tomó las manos de Elsa y las sostuvo contra su pecho.

—Mucha gente te ama. Anna, Kristoff...

Elsamaren • One-shots (songfics)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora