𝟭𝟭 | 𝐁ack 𝐭o 𝐭he 𝐩ast.

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- Es un gusto conocer a la hija de mis futuros socios.

- El gusto es mío, señora.

La mujer quedó encantada conmigo, me miraba de arriba a abajo y quedaba maravillada con mi apariencia, y eso me agradaba bastante.

- Si mi hijo te viera, quedaría encantado con una muchacha tan preciosa como tú. - Sonrei por educación.

- Me encantaría conocerlo.

Charlotte pareció tener una idea en su cabeza, de la cual me enteraría más adelante.

- De hecho, él está aquí. Deja lo llamo.

Se dirigió a la puerta de la cocina y desde ahí grito el nombre de su hijo para que viniera.

Tom Kaulitz... era bien parecido su nombre, y eso me llamaba la atención.

Después de algunos minutos esperando, vi entrar a un... niño con rastas cortas y sueltas en su cabeza, vestía bastante diferente a lo que me imagine, pero no se veía nada mal.

- Él es mi hijo Tom... Tom, ella es Adalia.

Él me observo, pero no me miro como usualmente me miraban todos, nada de sorpresa ni aparente admiración... solo miraba seriamente sin decir nada. Quise tener algo más de acercamiento, así que le salude.

- Hola, Tom. ¿Cómo estás?

Tardo algunos segundos en responderme.

- Bien...- Dijo en voz baja y mirando despreocupadamente hacía otro lado.

- De ahora en adelante, Adalia será tu amiga, ¿de acuerdo? - Tom miró a su madre con algo de desconfianza, al igual que a mí, pero no dijo nada.

- Esperenme un momento los dos, iré a revisar algo afuera con los demás. - La madre de Tom se dirigió a hacer aquello, dejándome sola con su hijo, y para liberar algo de tensión, comence a hablar.

- Bueno, vamos a tener una buena amistad desde ahora. - Le sonreí.

Él se mantuvo en silencio, me observo de arriba a abajo, pero la expresión de disgusto y desconfianza no se quitaba de su rostro.

- ¿Cuantos años tienes? - Le pregunte, y aunque tardo, sí me dio una respuesta.

- once...- Hablaba en un tono de voz muy bajo, pero al menos logre oírlo.

Once años, ya sabía yo que era mucho más pequeño que yo.

- Somos algo diferentes, yo tengo diecisiete. - Apoye mis manos en mis rodillas inclinandome a su altura.

- No te preocupes, para ser amigos no necesitamos tener la misma edad. - Note como trago saliva y miro hacia otro lado con incomodidad, pero en ese momento regreso su madre.

- Oh, siguen aquí. Creo que ya se están conociendo más.

- Sí...- Respondi.

- Tom, ya puedes regresar a tu habitación, cariño. - Apenas su madre le dio permiso de irse, salió rápidamente de la habitación. Ya me iría mejor con él.

Ya estando sola con su madre, ella empezó a proponerme algo.

- Capaz y hayas notado un comportamiento muy frío viniendo de mi hijo... él es así, y bueno... no tiene amistades, o bueno, conocio a un "mejor" amigo llamado Andreas, pero ese niño no me da buena espina, no lo veo como una buena influencia para mi hijo, y realmente no lo quiero cerca de él, pero de resto, no han habido más amistades... y eso me preocupa.

𝗖𝗜𝗚𝗔𝗥𝗘𝗧𝗧𝗘𝗦 | 𝐓oll Donde viven las historias. Descúbrelo ahora