Capítulo 4

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Después de varios minutos abrazados, me aparto y me siento en los asientos de la parada del autobús. Siento su calor al sentarse a mi lado y respeta el silencio, para nada tenso, que nos envuelve.

— Gracias por estar para mi — digo mientras limpio mis mejillas e imagino que debo ser un mapache en este momento.

— Siempre estuve y estaré para ti mocosa — me dice y rodeo los ojos.

— ¿Algún día dejarás de llamarme así? Es tedioso, no nos llevamos tanto tiempo.

— Cuando éramos chicos y de los primeros recuerdos que tenemos, apestabas, llevabas una gripe encima que no veas, se caían tus mocos. Desde entonces eres mi mocosa — me dice mientras sonrío al recordarnos.

— Te acuerdas

— Recuerdo todo — me dice y levanto la vista logrando contacto con la suya — ¿Tu no? — dice y asiento porque recordaba todas nuestras travesuras desde siempre.

— Creo que tenemos que volver, Tomás y Teo estarán preocupados por nosotros.

— Lucas también — me recuerda

— No me interesa si se preocupa

— No creo que eso sea real — me dice y levanto mis hombros mientras tomo la iniciativa de volver a la casa.

Había corrido unas diez cuadras y me impresiono que Martín haya logrado mantener mi ritmo. Soy buena en atletismo, siempre salgo a correr, pero él no.

Llegamos a casa, dudo y me demoro antes de abrir la puerta, hasta que Martín toma mi mano y me da un ligero apretón.

— Yo estoy aquí para ti — me dice

— Espero que te quedes el suficiente tiempo

— Siempre — me contesta, pero antes de poder responder, Lucas abre la puerta y lo primero que ve, son nuestras manos unidas.

— Tenemos que hablar — me dice ahora mirándome serio.

Pasamos dentro de la casa y siento que no avanzamos porque Martín se queda frente a él a escasos centímetros. Desde millas puede sentirse la tensión de ellos dos, pero me interpongo para que no pueda ir a mayores.

— Martín, escúchame, ve con los chicos, necesito hablar con Lucas a solas, por favor.

Cuando digo esto, se aleja de él lentamente y me regala una sonrisa antes de ir camino a la cocina y recordarme que estará cerca para mí.

— Soy todo oídos — le digo a Lucas recostándome en una pared, esperando a que hable una vez cierra la puerta de la casa.

— Déjame explicarte, sé que no será fácil creerme o confiar en lo que tengo para decirte, nada sucedió como te lo estás imaginando, todo tiene una explicación, de verdad no me gusta verte así.

— Quiero escuchar tus razones, necesito escuchar de tus labios que te acostaste con ella y el porqué lo hiciste o hicieron, pero no significa que vaya o que pueda perdonarte ni a ti, ni a Lola — lo corto — Confío en lo que escuché anoche en esa habitación, sé lo que pasó, no necesito que me mientas, solamente quiero saber porque me hiciste esto, ¿Porqué me tomaste por tonta? ¿Por qué me mentiste? ¿Qué te hice para que me hagas esto? ¿Desde cuándo sientes algo por ella? Tengo muchas preguntas y dudo que vayas a contestarme con la verdad — sigo, dudosa de creer que de verdad necesito de sus dichos para sentirme tranquila.

— En todos estos años que estuvimos juntos, no sentí nada por ninguna otra mujer que no seas tú, jamás sentí ni siento algo por Lola, quiero que sepas eso antes que todo, te amo de verdad, no sentí nada estando con ella — dice — Nada de esto lo hice para hacerte daño, si pudiese volver el tiempo atrás créeme que nada de esto hubiese pasado — sigue ahora apoyándose en la pared que tiene detrás.

Lo que me une a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora