Capítulo 10

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— Los escucho, pero me están asustando — dice mi madre, mientras se sienta con nosotros y mueve sus manos.

— ¿Engañaste a nuestro padre con Antonio? No nos mientras, sabemos que le fuiste infiel a León, ¿Por qué? ¿Con Antonio? es lo que más me importa, mejor dicho, el por qué no me interesa a esta altura, a quién debías darle explicaciones sobre eso era a mi padre y él hace tiempo que ya no está. — por su expresión sabemos que no se esperaba esta conversación y menos en este contexto.

Cierro los ojos con fuerza sintiendo el dolor de mi madre por la falta de sensibilidad de Tomás. No es necesario preguntarle así, no creo que ella haya hecho estas cosas apropósito, seguramente sucedieron y por más que haya sido su culpa, estoy segura de que jamás supo que la consecuencia de todo eso sería que mi padre se suicide. Respiro profundo para tranquilizarme un poco y no enojarme con mi hermano por su poco tacto.

— ¿Qué dices? — le pregunta visiblemente afectada, nerviosa y me compadezco de ella.

— ¿Qué es todo este alboroto? — pregunta Helena acercándose a la mesa y nos mira extrañada, la tensión puede palparse en el ambiente.

— No queríamos que te enteres así de todo esto, pero ven, siéntate a nuestro lado que nuestra madre tiene que aclararnos un par de cosas — le dice Tomás que ya puedo verlo, se encuentra fuera de sí.

Llega el momento donde debe decirnos la verdad de una vez por todas. No me gustaría estar en su lugar en un momento como éste y no sé cómo hizo para llegar tan lejos con su engaño.

— Ya sabes a lo que me refiero, ya lo sabemos, no quiero excusas, ni trampas en tus dichos, solo queremos saber la verdad de todo esto — le contesta Tomás — Por favor, no nos mientas, necesitamos y merecemos saber la verdad, puedes afectar nuestras vidas si no nos dices todo.

Veo como mi hermano empieza a subir sus niveles de nerviosismo y yo solo puedo ansiar que nuestra madre se ponga en nuestro lugar y acepte ser sincera, capaz de contarnos todo el daño que hizo y las consecuencias que esto tuvo, como el suicidio de nuestro padre.

— Es difícil para mí, es difícil recordar esos tiempos, es difícil recordar la decepción de su padre, porque él los crio y siempre será su padre por más que la sangre diga otra cosa. Él fue quien estuvo siempre para ustedes y no pueden olvidarse de eso, por favor, recuérdenlo como quien fue, un padre amoroso que daba la vida por cualquiera de nosotros cuatro — dice y puedo ver como sus ojos se llenan de lágrimas para después seguir hablando — Es difícil, por eso no lo hablé antes, sentí que era mejor que ustedes no lo sepan nunca y que vivan en la ignorancia frente a esto, pero me doy cuenta de que no — dice levantándose de su silla para ir a ver una ventana.

— Si es difícil para ti, que te acostaste con otro sin culpa vaya a saber por cuantos años, mintiendo con todo y a todos, teniendo hijos por ahí y mintiéndole al hombre que decías amar y que él te amaba con locura, imagina por un momento cómo es para nosotros que toda nuestra vida pensamos que nuestro padre es León y no es así. Imagina para nosotros que nuestra vida puede retomar otro rumbo en nada, vivir engañado es mucho más difícil que engañar y vivir con la culpa de eso. Si la realidad es que sientes culpa y vives con eso día a día, entonces es tu problema y te lo mereces porque te recuerdo que quién causó esto fuiste tú — dice ahora un poco más alterado.

— Mamá, Tomás, por favor, no necesitamos que se peleen y no les va a hacer bien tampoco, ¿Qué ganan sacándose las cosas a la cara? Nada, lo que pasó ya pasó, nada puede cambiarlo, hay que tratar de mirar para adelante y resolver esto de la forma más adulta posible. Solo necesitamos saber la verdad para poder seguir con nuestras vidas sin rencores ni que se nos puedan presentar más problemas evitables en un futuro — les ruego mirándolos a ambos.

— Jamás pensé que llegaría este día, siempre pensé que sucedería cuando esté realmente preparada para esto, pero ahora me doy cuenta de que no — dice mirando sus manos y suspirando antes de hablar nuevamente, puedo ver en sus ojos la vergüenza de tener que contarnos estas cosas, pero necesitamos saber todo — Les contaré toda la verdad y podrán preguntarme todo lo que quieran que lo responderé, no quiero hacerles sentir más sufrimiento — dice ahora mirándonos a nosotros.

— Dinos mamá, por favor — le termino rogando.

— Fue hace muchos años, antes de casarme con su padre, yo estaba en una relación con otra persona. Mis padres, por decisiones suyas que jamás entenderé, me obligaron a casarme con su padre. No fue por dinero ya que él fue siempre muy humilde y nosotros también, todo lo que él consiguió fue con su sacrificio. Creo que mis padres lo querían como a un hijo y ese amor querían que yo también lo sienta por él. Yo estaba enojada, triste y desesperanzada, pero igualmente, por muchos años, seguí una relación paralela con Antonio.

En ese momento siento un vuelco al escuchar decir esas palabras y empiezo a llorar sin poder contenerme, mientras siento los brazos de Martín rodearme por detrás para calmarme, pero es en vano.

— Cuando me casé con su padre, yo ya estaba embarazada de ti Tomás — dice mi madre — Pero a tus seis meses, él se casó y también esperaba un hijo. Ahí nos separamos hasta que tu naciste Stefi — dice ahora mirándome a mi — Murió tu madre Martín y yo entre en una gran depresión post parto y solo me hacía bien estar con Antonio y eso hice, de allí después nació Helena.

— Por Dios — susurra Martín soltando la respiración contenida tanto como yo.

— ¿Qué están queriendo decir? — pregunta mi hermana

— Que no somos hijos de León, somos hijos de Antonio, hermanos de Martín — dice Tomás

— Esto no puede ser posible — sigue diciendo Helena, pero mi madre interrumpe.

— No pido que me compadezcan, no quiero que me entiendan y si desean juzgarme, lo aceptaré, me haré cargo de mis errores.

— Es decir que Stefi es hija de León, pero Tomás y yo somos hijos de Antonio. ¿Hermanos de Martín? ¿Es esto real mamá?

— Si, por eso no me preocupe cuando dijeron que estaban enamorados, porque sé que ellos no son hermanos — contesta y Martín sujeta mi mano con fuerza, yo imito su gesto.

— ¿Estás completamente segura? — le pregunto con miedo en mi voz

— Completamente segura, ustedes pueden realizarse los estudios que quieran para despejar dudas.

— Lo haremos — contesta ahora Martín — Si bien tienen un pasar económico normal, mi padre tiene mucho dinero y les corresponde tanto como a mi — dice esto ahora mirando a mis hermanos.

— No estoy pensando en eso, ¿Crees que me importa cuando ni siquiera sé de dónde vengo? — le pregunta a Martín para luego seguirle hablando a mi madre — De repente mi padre puede ser alguien que ni me imaginaba, nuestra madre está ahora con él, mi hermana de novia con su hijo que resulta ser mi hermano.

— Aceptaré su enojo, de verdad, pueden no perdonarme en toda la vida, pero hice lo que más pude, creía que sería la forma de alejarlos del dolor y fue todo lo contrario.

Tomás se levanta de la silla, con fuerza y decide irse sin mediar palabra. A los segundos escuchamos el portazo de la puerta principal y entiendo que se ha ido.

Salgo corriendo de la casa para buscarlo, no quiero que se sienta solo en un momento como este, nos necesitamos juntos.

— ¡TOMÁS! — le grito intentando alcanzarlo hasta que frena y logro llegar a él.

Voltea y está llorando a mares, situación que acongoja mi corazón y mis ojos se llenan automáticamente de lágrimas que salen de mi mejilla sin control y me abrazo a él.

Él me devuelve el abrazo mientras siento sus sollozos y su pecho subir y bajar con brusquedad.

— Tomás estaré siempre aquí para ti — le digo mientras nos seguimos abrazando no sé por cuantos minutos, pero nos necesitamos para poder superar esto.

De repente siento a Martín y a Helena que nos abrazan a ambos, mientras Martín en modo de apoyo, deja un beso en mi cuello. En señal de que él también estará siempre para nosotros.

Y agradezco a la vida, que casi no hayan posibilidades, de que seamos hermanos.

Lo que me une a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora