Esa misma semana cumplía 22 años. No consideraba ese día como algo especial; no me agradaba esperar afecto de los demás y me dolía cuando las personas importantes para mí no lo valoraban. Por años preferí no celebrar, pero ese año, por alguna razón, decidí hacerlo especial.
Celebré durante tres días seguidos, fue una locura. El primer día lo pasé con mis amigas, bebimos cervezas, comimos papas fritas y más, bailamos y cantamos toda la noche. El segundo día, algunos amigos vinieron a mi casa, comimos pastel y jugamos con mi familia. El tercer día lo celebré con mi familia. Él también me felicitó ese día, supongo que por mi cumpleaños.
Conforme avanzó la semana, continuamos hablando. Después de ese día que nos vimos, él empezó a publicar muchas fotos con corazones, expresando su felicidad. No le daba mucha importancia, pero ¿a quién no le gusta saber que alguien está encantado contigo? Al fin y al cabo, a todos nos agrada que nos halaguen, ¿no es así?
Decidimos encontrarnos de nuevo, y esta vez quería que fuera diferente; mostré más afecto. Apenas nos vimos, nos pasamos la tarde besándonos, es que... creo que empezaba a gustarme.
¿Han experimentado esa sensación de coincidir con alguien, de tener una conexión como si se conocieran de toda la vida, donde todo parece fluir y como si a esa persona le gustaran las mismas cosas que a ti? Bueno, presten atención a eso, porque a menudo puede ser una estrategia, algo que comprendí después de mucho tiempo.
Creí que se estaba enamorando de mí.
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Locamente enamorada de un narcisista
RandomA veces el amor mas lindo y genuino logra romperte el corazón