//Una relación//

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Una relación. Un vínculo afectivo que creas con aquella persona que amas, aprecias y estás dispuesto a entregarte en cuerpo y alma a ella. Sin embargo, hay otro tipo de relación: Y esa es con uno mismo. Cómo nos comportamos, cómo afrontamos lo que sentimos, nuestras frustraciones, nuestras emociones, nuestros rechazos...

Kyojuro optó en tener una mala relación con él mismo y su querido Akaza. Su ser se corrompió. Su alma se volvió malvada y oscura. En aquella choza se concibió el nuevo nacer de un alma corrupta y aquel pelirrubio de sonrisa afable, estaba por cometer el peor acto que se podría llegar a ejecutar en este mundo. Y todo por su maldita posesión hacia el joven pelirrosa.

Llegó la dulce y afable mañana. Akaza se levantó como era costumbre, se percató que sus camaradas habían salido, a excepción de los cuatro menores. Nezuko dormía plácidamente en su caja, mientras Zenitsu estaba recostado en el futón que compartió la noche anterior con el pilar del sonido e Inosuke se hallaba entrenando afuera. Por otro lado, estaba Tanjiro, quien tenía aún una duda dentro de su mentecita. ¿Por qué el mayor destilaba un olor similar, no; idéntico a la de una mujer en embarazo? ¿Será que...? No, imposible. No hay ninguna posibilidad biológica para que ello sea si quiera posible.

El peliburdeos tomaba un poco de agua en la cocina. El pilar de la brújula entró sin avisar, en consecuencia, sobresaltó al ojicarmesí.

— Buenos días Soyama-san.— Saludó, sonriente como siempre. Aquella sonrisa brillante le devolvía el brillo siempre al pelirrosa, quien se acercó y desordenó dulcemente los cabellos burdeos del menor.

— Buenos días Tanjiro. ¿Cómo estás?— Akaza fue rumbo al baño el cual tenía vista a la cocina, lavó su rostro, despertándose un poco más.

— Bien...— Estaba dudoso. ¿Le preguntaba?, ¿o sería grosero de su parte? Tomó una gran bocanada de aire y se atrevió a preguntar.—Soyama-san.

— ¿Mhm?— El ojiámbar logró atisbar la mirada apenada del menor, cosa que le extrañó. ¿Qué le pediría ahora?

- Yo necesito hacerle una pregunta.

— Habla— Se comenzaba a alarmar, el tono de voz del menor era muy extraño a lo habitual. De pronto, recordó el agudo olfato del de orbes carmesí. Él lo..., lo descubrió.

— Yo... he detectado cierto olor en Soyama-san.— Oh, mierda. Estaba jodido.- Es idéntico al de una mujer embarazo. Aunque suena descabellada mi pregunta. ¿Usted está embarazado?

Y de pronto, una ola de miedo inundó el ser de Akaza. —¿Le digo la verdad? — El pelirrosa se cuestionaba si hacerlo o no. Douma era un demonio, sin embargo, juró que haría todo por él, tal vez podrían usar eso a favor de la organización y mediante la luna superior dos terminaban con el reinado de Muzan Kibutsuji.

— Sí.— Soltó sin más, estaba acorralado y negarlo sería algo arritranco.

— P- pero, ¡¿cómo?!— La sorpresa en el menor pronto se hizo presente. ¿Cómo era eso si quiera posible? ¿Había oído mal? ¿Qué paso con la biología básica?

— Es una historia muy extensa, la verdad, Tanjiro.— Respondió rascando su nuca con vergüenza.

— ¿Y-y quién es el padre?— Akaza viró su mirada al suelo. Estaba en un gran aprieto. Cómo le iba a decir a Tanjiro que la maldita luna superior dos lo preñó y justo la noche anterior se besó con aquel demonio, que literalmente es el tercer ser más fuerte sobre la faz del planeta tierra en esos momentos.

— Tanjiro, por favor, toma asiento. Tengo mucho por hablar contigo.

 Tengo mucho por hablar contigo

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