XIV

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Capitulo Catorce.

  LAS BOTAS de Charlotte Evans retumbaban en las paredes del ancho pasillo que atravesaba para llegar hasta la enfermería, lugar en dónde estaban la humana y el cobrizo

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  LAS BOTAS de Charlotte Evans retumbaban en las paredes del ancho pasillo que atravesaba para llegar hasta la enfermería, lugar en dónde estaban la humana y el cobrizo.
  Debido a las heridas y al no saber quién o quiénes fueron los causantes de la desaparición de Henry Lucenford, el vampiro decidió permanecer junto a su novia, asegurándose de esta forma que nadie vuelva a dañarla o que le suceda algo peor.

  En este momento, La Guardia Principal se estaba preparando para salir en busca del elfo, quién ya llevaba todo un día en completa desaparición. Absolutamente todos los habitantes de aquel gran lugar fueron avisados de la situación, haciendo que muchos se ofrezcan como voluntarios en la búsqueda del muchacho, mientras que otros se mantenían bajo la vigilancia constante en las cercanías.

  El ejército elfico era conocido por su buena disciplina y formación física, sobresaliendo en áreas como el rastreo y la defensa, ya sea con armas o física.
  Los Elfos son seres generalmente pacíficos, amantes de la tranquilidad y arraigados a un fuerte lazo con su comunidad o grupo de supervivencia, esto hacía que instintivamente aboguen por la seguridad de su población.

  Pero con los niños especiales era distinto, muchos alegaban que ellos tenían la capacidad necesaria para protegerse a sí mismos, ignorando el hecho de que algunos nacían con facultades no tan afortunadas para casos como secuestros o extorsiones.
  Aquello era el claro caso del joven Elfino que fue secuestrado en la mañana del día anterior, pero eso aún no se sabía con claridad, por lo que muchos Elfos decidieron mantenerse neutrales frente al tema y únicamente actuar cuando sepan que era necesario.

  Charlotte estaba muy enojada por aquello, toda la situación la estresaba e irritaba de sobremanera. Últimamente, de hecho, debía de mantenerse casi pegada al vampiro empático del Clan Cullen para que éste la ayude a manejar correctamente sus emociones y no sucumbir ante algo más fuerte que ella.

  Su frustración escalaba a mayores cuando escuchaba como los Elfos hablaban por los pasillos o en el comedor sobre el tema, objetado cosas como que Henry ya debería de haber aparecido debido a sus facultades o que el Elfo debía de regresar con vida ya que su poder le fue otorgado por una razón, y que debido a eso el muchacho tenía que ser tan fuerte como para poder defenderse de cualquier cosa.
  Lo que la molestaba era el hecho de que sobrevaloren sus poderes, no solo el de Henry sino que el de toda la Guardia Principal. Entendía que dichos Elfos lo hacían con la ignorancia e inocencia de no comprender cómo funcionaban en realidad la cosas y que, de hecho, ellos solo eran simples niños...

—¡Señorita Charlotte!

  Al llegar frente a la gran y ancha puerta de la enfermería, aquella que estaba decorada por lazos dorados como si fuera alambre ensamblado por la oscura madera, una joven elfina la recibió con una cara que parecía exhibir una mezcla de felicidad con cansancio, abatimiento casi completo.

°THE BOY IS MINE°   ||   Edward Cullen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora