Narra Norcopla
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**Mis alas...**
Nací con ellas... pero todavía no nacen.
Las plumas no salen todavía.
Duele... duele mucho.
Déjame ser como los demás.
Todos los de mi especie vuelan.
Malditas alas.
A los de mi especie les nacen alas a los 5... pero yo no puedo despegarlas.
Siguen impregnadas en mis huesos... siguen absorbiendo el calcio de mis huesos.
Estoy sentado en mi cama, mi respiración se entrecorta, mis lágrimas corren.
Llega alguien, es Liz.
Ella me abraza.
Es reconfortante.
Su calor corporal apacigua mis lágrimas.
La amo...
Pero... yo no sé si puedo corresponder el amor que siento por ella.
Es extraño.
Hay momentos en la vida en que conoces a la persona indicada, a la persona atenta y llena de amor para ti, un amor puro y sano capaz de sanarte, y nace en ti cada amanecer que esta tierra ha presenciado.
Pero, por extraño que parezca, no puedes responder a ese amor de la misma manera. No entiendes por qué, no sabes la razón, pero ese amor no puede ser recíproco.
Y te arrepientes cada noche porque crees que ese amor tan bueno no lo mereces, porque no es justo que alguien que te espera frente a la puerta cada noche bajo la lluvia con la esperanza de que tú correspondas a ese amor no sea así, y tengas que decir adiós.
¿Qué es esto que siento?, este...
Horrible deseo de amarte.
. . .
Soy débil.
Es extraño.
No puedo decir "te amo", no puedo decir "te quiero".
Liz... ayúdame a decir "te quiero" sin decir "te quiero"... es lo que envidio de ti.
Con cada mirada, con cada paso, con cada respiración que tú das... siento que tú me quieres.
Veo un corazón lleno de sentimientos en tu forma de ser.
Quiero que tengas mi habilidad, quiero que puedas ver el sentimiento de los demás.
Que puedas ver si quieren estar contigo.
Porque... soy malo diciendo "te quiero".
Soy malo amando.
♡ Con delicadeza me aferro a Liz ♡
○ Ella presiona sus dedos contra mi piel en respuesta ○
Mientras yo respiro entrecortadamente, ella solo acaricia mi cabeza.
Solo me veo vulnerable.
Mis manos tiemblan.
Mi euforia se combina con desesperación.
♡ Liz... quédate conmigo esta noche ♡
Digo mientras mis lágrimas superan la barrera que propuso el abrazo de Liz.
Ella solo me acuesta en la cama.
Sus manos pálidas me acomodan con delicadeza.
... ¿No se suponía que las chicas eran las flores?
- Me pregunté a mí mismo -
Sigo llorando, el dolor de mi brazo es fuerte, arde, arde mucho.
Liz se acuesta al lado mío.
Su calor ahora amortigua mi brazo.
Su abdomen es cálido.
Me siento protegido.
Yo solo cuido mis movimientos para no hacerle cosquillas.
Ella nota esto.
Por primera vez ella no se ríe, sino que solo me sonríe mientras se sonroja.
...
¿Qué pasó?
Me pregunté.
Ella... se sonrojó.
Acomodó mi pecho con su espalda y acomodó mis brazos en su estómago.
Su piel es suave y su aroma es a lavanda.
Es todo reconfortante, desde la situación hasta el corazón.
Pero tengo miedo.
Liz, te lo ruego.
No cambies de repente.
Tengo miedo, tengo miedo de que dejes de verme con esos ojos llenos de amor y que comiences a mirarme de la forma... en la que yo me veo...
Cada noche pido entre sueños y suspiros... volver a coincidir contigo...
Mis ojos pesan mucho por la lloradera de hace rato. Dejo caer mi cabeza en la almohada... mientras absorbo toda la paz que emana...
Mi maldición...
Liz...
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