Después de los eventos recientes, Ed decayó en su participación en las oraciones grupales y en
la ayuda a los humanos bajo su cuidado, lo que llevó a sus compañeras a tomar su lugar en esos
deberes.
Después de completar un arduo día de entrenamiento, Hoshi se dirigió a visitar a Ed, quien
estaba sentada plácidamente sobre una nube apilada junto a otras, destacando entre ellas por los destellos de sus dorados cabellos que se asomaban. Con agilidad, Hoshi escaló hasta situarse frente a ella, notando cómo lágrimas cristalinas adornaban sus ojos de color mármol al encontrarse con su mirada.Con voz llena de preocupación, Hoshi preguntó:
--¿Qué te sucede, Ed? ¿Estás bien? -- acercándose a ella para sentarse a su lado.Ed, entre sollozos, respondió con desconsuelo --Me siento terriblemente mal... tengo náuseas
y.… quizás...-- Sus ojos se encontraron con los de Hoshi, abiertos de par en par y rebosantes de
cariño hacia ella
-- ¿Quizás estás embarazada? -- Hoshi pronunció esas palabras con dulzura, sorprendiendo a Ed, quien cubrió su rostro avergonzada con sus alas blanquinosas, temerosa de la reacción de Hoshi ante la noticia de un posible hijo.Sin embargo, las fuertes manos de Hoshi acariciaron con ternura las alas de Ed, desenrollándolas para descubrir su rostro angustiado.--¿Qué tiene de malo, Ed? -- cuestionó Hoshi con calidez, abrazándola con firmeza
--¡Soy el arcángel más afortunado ahora... y pronto seré el padre más feliz! ...--Después del hermoso momento en el que Hoshi expresó su felicidad por la noticia, Ed se sintió abrumada por una mezcla de emociones, estaba feliz pero no estaba segura. Sin embargo, Hoshi pudo notar la dualidad de sentimientos que invadían a su amada y decidió llevarla a un lugar
especial para hablar con tranquilidad.
Guiándola con ternura, Hoshi llevó a Ed a un rincón tranquilo del reino celestial, donde flores de colores vibrantes bailaban al compás de la brisa y mariposas revoloteaban en el aire buscando cobijo. Ed se maravillaba con el entorno, sintiendo la paz que necesitaba y la belleza que los rodeaban. Sentados juntos entre las suaves hierbas doradas, Hoshi tomó la mano de Ed y la miró
profundamente a los ojos. Con voz suave, le dijo:--Ed, entiendo que este sea un momento abrumador para ti…nadie te ha preparado para ser madre! ...ni a mí el ser padre, Pero quiero que sepas que esto lo vamos a llevar juntos ...
seremos los mejores padres que el... – dijo mientras colocaba su mano en la barriga de Ed –pueda tener ... construiremos un hogar para nuestro hijo. Nos enfrentaremos a los miedos y las dudas juntos... nunca estarás sola ya que siempre yo estaré ahí --En ese instante, una melodía suave de pájaros impregnó el aire, como si la propia naturaleza estuviera celebrando la unión de ambos. Ed y Hoshi se quedaron abrazados bajo el
resplandeciente manto estrellado, sin temor alguno al incierto porvenir que les aguardaba.
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𝐸𝓁 𝒟𝓊𝑒𝓁𝑜 𝒞𝑒𝓁𝑒𝓈𝓉𝒾𝒶𝓁: 𝐸𝓁 𝒫𝓇𝑒𝒸𝒾𝑜 𝒹𝑒𝓁 𝒜𝓂𝑜𝓇
FantasyUna historia sobre la desgracia de amar en el mundo celestial