Mi familia en Madrid

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Juanjo**
He de decir que que el coche estuviera roto ha sido un milagro para mi. Me siento tan mal por Martin. He sido un capullo total. Él es un buen chico. Apenas lo conozco pero sus ojos hablan, y lo sé. Pero yo no soy gay. Pero no sé que me pasa con él. Estar cerca de él me hace perder mi autocontrol.
Después de acabarme el cigarro me fui en metro porque Alex estaba llevando a Martin y no era plan de que me sumase allí. Yo sé que le dije a Martin que no dijera nada, pero hay una persona a la que necesito contárselo. Irene, mi prima. Desde pequeños sabe todo de mi. Y esto es algo que me está matando por dentro.
-Irene, ¿estas ahí?
-Hola Juanjo, ¿qué tal? ¿porque me llamas a estas horas? ¿ha pasado algo?
-Bueno, déjame empezar, ¿no?
-Ay vale, y relaja esos humitos eh
-Si, perdona. Vale, esta noche he conocido de verdad a un chico con el que me choqué en el metro el otro día. Y es que se acaba de sumar al grupo de amigos. Él iba muy bebido y pues yo algo también.
-Osea, deja que me aclare, le has hecho alguna putada a él pero casi no ibas borracho así que no te puedes excusar.
-Si, pero yo no voy todo el día haciéndole putadas q la gente joe, que me pintas como un carbón de primera.-dije haciendo un puchero que Irene no podía ver pero sé que se lo imaginaba.-
-Jajajaja. Hijo sabes que no me refería a eso. Pero te conozco demasiado bien, cabroncete.
-Vale, vale. Que nos desviamos. La cosa, me pareció un tío guapísimo y me encendí cuando lo vi bailar. Lo invité a bailar y estuvimos a punto de acostarnos- decía hasta que Irene me cortó-
-Para, ¿has estado a punto de tener sexo con un tio?
De repente se le cortó la respiración. Juanjo se temía esa pregunta. ¿Y si la persona en la que más había confiado en su vida dejaba de hablarle? ¿Y si le parecía que estaba enfermo? Tenia miedo, mucho miedo. De ser juzgado por alguien a quien ama con todo su corazón. Empezó a temblar un poco. Hasta que escuchó a su prima desde la otra línea.
-¿Juanjo? ¿Estás ahí?
-Eh, si si. Haber, si que pasó, pero de verdad- decía hasta que su prima le volvió a cortar.
-Juanjo no tienes que darme explicaciones de
porqué o de lo que sea que seas. No tienes porque decir lo que eres ahora, tienes mucho tiempo. Amore, tú y yo sabemos que siempre te han llamado la atención los chicos. Pero yo no te voy a forzar, ni mucho menos obligar a explicaciones que ni tu sabes. Cuando estés listo siempre me tendrás para todo, pero ahora eres tú quien tiene la decisión de aclararse y definirse o negarse a ser lo que es por miedo.
Cuando ella dijo todo eso no puedo negar que se me escapó una lágrima. Ver como me aceptaba incondicionalmente sin siquiera saber lo era me pareció lo más bonito que habían hecho por mi. Por eso mi prima siempre ha sido mi apoyo más fuerte. Por este tipo de cosas es que la quiero tanto.
-Muchas gracias Irene, siempre sabes que decirme.
-Nada amore, te dejo con tus pensamientos y en cuanto estés mal me llamas. Y no te preocupes que en cuanto pueda me bajo a Madrid.
-Te quiero un montón, de verdad.
Noté que se sintió muy alegre de mis últimas palabras. Yo nunca he sido alguien que pueda hablar de las cosas abiertamente. Siempre me ha costado expresarme y abrirme ante la gente. Y una palabra así que salga de mi boca vale muchísimo.

Martin**

A la mañana siguiente me dolía todo. La cabeza, los pies, los brazos... pero sobre todo, el corazón. Había sido una noche bastante rara y dolorosa que estaba dispuesto a olvidar. Haría como si no hubiera pasado nada y ya, no podía perder a este grupo de amigos por una cosa así.
De repente, escuché el timbre. Recordé las palabras de Alex y salí corriendo al portero.
-¡Que haces, loco!- dijo Rus, mientras desayunaba unas tostadas en la isla de la cocina.-
-Déjalo, está abriendo a su nuevo hermano y a sus nuevas íntimas amigas- dijo Chiara, poniendo cara de celos.-
-Ya nos has cambiado eh...- dijo Rus
-Ay de verdad que tontas sois... cmo marruski no hay ningún grupo chicas, os quiero mucho.- respondí a sus comentarios de celos mientras les abrazaba.-
-¡Manito!- gritó Alex, a lo que yo salí corriendo a abrazarle.-
-Madre mía, no entiendo como puedes tener tanta energía con la resaca que debes llevar.- dijo Denna mientras reía.-
-Es que le habéis encantado, ahora cada vez que quedemos tendremos que estar todos junto porque sino él se muere- dijo Rus, exagerando.-
-Bueno, hemos pasado por una cafetería y hemos traído pasteles para todos, y para Martin bollos de mantequilla. Seguramente no sean tan buenos como los de Bilbo pero creo que están buenos.- dijo Violeta dándomelos en la mano.-
-Ay que mona, muchas gracias Vio.- dije mientras le besaba la mejilla.-
Estuvieron un buen rato en mi casa y hablamos de todo. Eran unas personas geniales y me alegraba muchísimo de haberles conocido. Y a pesar de lo que había pasado con Juanjo me negaba a perder a personas como ellos. Ellos eran el tipo de gente que yo quería en mi vida y de los que no me iba a alejar por nada. Ellos eran mi familia de Madrid, y me sentía muy unido a ellos.
Después quedamos en comer en un chino y de paso invitar a Juanjo, Bea y Álvaro.

Juanjo**

Eran las 11:49 , me desperté y fui a la cocina a prepararme el desayuno donde estaba Bea. Álvaro podía suponer que o habría dormido en casa de Paul, su novio, o que se quedaría dormido hasta las tantas; como hace siempre después de cogerse un pedo.
-Hola amor, ¿qué tal la noche?
-Bien, menos resacoso de lo que pensaba- dije, rascándome el ojo para despertarme.-
-Perfecto porque nos han invitado a comer al chino.
-Me parece bien- en el fondo sabía que tenía que hablar las cosas con él. No se merecía tener que esperar a que se aclarara y con apenas posibilidad de que algo más pasara entre ellos. Y no podían estar mal e incómodos conviviendo en el mismo grupo.
-Habrá que despertar a Álvaro, ¿no?
-Está con Paul, no es una novedad la verdad- dijo mientras me acercaba una bandeja con un café y unas tostadas.- Toma cielo, te he hecho el desayuno porque no sabía cuánto de pedo ibas ayer y cuando vas muy pedo tienes un humor...
-Muchas gracias, como me conoces- respondí mientras le dejaba un beso en la mejilla y me ponía la serie de Paquita Salas en la tele.
Estaba nervioso, no iba a mentir, pero Martin no se merecía eso. Y aún que él lo dejara allí, le rompió en mil verlo llorar. Era como escuchar a un animal perdido, y asustado. No quería hacerle daño, pero no iba a pretender ser algo que no sabía si era. Y como dijo su prima, no le debía explicación a nadie, porque se estaba aclarando con él mismo. Y eso, ya era más que suficiente para él.

Aquí el quinto capítulo💞
En el próximo ya empezamos con un poquito de drama🤭
Intentaré no haceros sufrir durante mucho tiempo porque como lectora que he sido y soy sé que se pasa MUY MAL.
Bueno, ya sé que soy una intensa publicando capítulos pero así os doy contenido🤷‍♀️
Ya sabéis que una ⭐️ siempre ayuda y los comentarios son siempre bienvenidos
Adeuuu, besitosss🫶

El choque del amor// Juantin💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora