Yeonjun caminaba por los pasillos del instituto, tratando de ignorar el bullicio a su alrededor. No le gustaban los lugares llenos de gente, pero su hermano menor, Kai, lo había obligado a acompañarlo al Club de Artes Escénicas. Kai era miembro del club y, a pesar de las protestas de Yeonjun, había insistido en que lo acompañara.
-¿Por qué tuve que venir? Podría estar en casa, tranquilo -dijo molesto.
-Solo cierra la boca y acompáñame -lo enganchó del brazo para que no escapara-. Como miembro del club me pidieron traer a un acompañante.
-Tienes un montón de amigos, Kai. ¿Por qué no trajiste a uno de ellos? No sé, Sunoo o Shota.
-Porque tú eres mi hermano y ellos no -volteó los ojos y lo obligó a entrar al salón-. Agh, algún día harás algo sin quejarte.
-Dormir.
-Dirmir.
La reunión del club estaba a punto de comenzar. El presidente, Soobin, anunció que iban a representar una obra de teatro basada en "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry en un orfanato de niños. La selección de personajes comenzó, y justo unas filas más adelante de donde estaban sentados Yeonjun y Kai, un chico rubio de espaldas a ellos hizo una pregunta sobre la obra. Yeonjun apenas le prestó atención, aburrido por estar allí.
-Esto es tan aburrido... ¿Cuánto más va a durar?
-Chssst, Jun.
-Me hubieses dicho que tu noviecito estaba aquí y no hubiese venido.
-Chssst.
Los minutos pasaron y la reunión finalmente terminó. Yeonjun se quedó rezagado unos minutos hablando con sus amigos Heeseung, Sunghoon y Keeho.
-¿Y ese milagro que tenemos a un ermitaño por aquí? -dijo Hoon.
-Kai me obligó -se excusó-. ¿Qué hacen ustedes aquí?
-Dijeron que esta reunión nos subiría puntos en el promedio.
-Idiotas.
Kai regresó hasta Yeonjun con pasitos saltarines.
-No te olvides, Yeonjun. Hoy tenemos que ayudar a mamá.
-Sí, sí, lo sé -rodó los ojos-. ¿Qué vas a hacer tú?
-Tengo una reunión con los miembros del club, saldré dentro de un rato.
Yeonjun salió del salón del club de artes escénicas y caminó tranquilamente hacia los pasillos, directo a la salida. De repente, al doblar una esquina, vio a un par de chicos, Jake y San, maltratando a alguien. Entrecerró los ojos para ver mejor y reconoció la cabellera rubia que había visto durante la reunión del club. Sus amigos, San y Jake, eran igual de extrovertidos y a menudo se metían en problemas juntos. Pero hoy, algo en el aire cambió. Sin pensarlo dos veces, Yeonjun corrió hacia donde estaban Jake y San, justo cuando estaban a punto de golpear al chico rubio. Se interpuso entre los bullies y el chico, y les gritó:
-¿Qué mierda les pasa, pedazos de idiotas?
Jake y San se detuvieron, sorprendidos por la intervención de Yeonjun. Jake fue el primero en reaccionar, con una sonrisa burlona en el rostro.
-Yeon, ¿es que no ves la cara de idiota que tiene? Un estudiante de EE.UU que no debería estar aquí.
¿Un estudiante de intercambio? Eso explica por qué no lo había visto antes, se dijo Yeonjun.
-San, Jake -dijo Yeonjun con calma-, no necesitamos hacer esto, es un estudiante como nosotros.
Jake se rió. -¿Desde cuándo te preocupas por los estudiantes nuevos, Yeonjun?
Yeonjun no se dejó intimidar y mantuvo su posición firme. No entendía por qué sus amigos estaban actuando así, pero era algo muy deplorable.
-No me importa de dónde venga. No tienen derecho a tratarlo así. ¡Lárguense de aquí!
Jake y San intercambiaron miradas, pero finalmente decidieron marcharse, murmurando insultos por lo bajo. El chico se acercó a Yeonjun, agradecido.
-Gracias -murmuró.
Yeonjun se dio la vuelta para ayudar al chico rubio a levantarse. Cuando lo miró a los ojos, tuvo una especie de déjà vu.
Ese chico...
Esos ojos de cachorro, esa mirada café, la forma de sus labios perfectamente hecha... Era su amigo de la infancia, el que fue su amigo cuando tenía ocho años. La única diferencia era su cabello, que ahora era rubio en lugar de negro.
Su respiración se entrecortó. Estaba aquí, luego de tantos años. Por fin lo volvía a ver.
«-...quiero estar siempre contigo, hyung.
-Yo también, Gyu.
-¿Lo prometes, hyung?»
El recuerdo de ese día llegó a su memoria. Era él.
-No puede ser... ¿Beomgyu?
Intentando salir de su trance, Yeonjun extendió una mano para ayudar al chico a levantarse.
-¿Estás bien?
El chico rubio lo miró con desconfianza mientras aceptaba su ayuda.
-¿P-por qué me ayudaste? No soy nadie, ni siquiera me conoces -su tono es defensivo, reflejando su inseguridad y la desconfianza que siente hacia los demás. La experiencia de ser un estudiante de intercambio y enfrentarse a situaciones difíciles lo ha hecho más cauteloso.
Yeonjun sintió un nudo en la garganta. Estuvo a punto de decirle que se equivocaba, que sí lo conocía, pero se contuvo.
-Te equivocas. Fuiste el chico rubio que habló en la reunión del club, ¿verdad?
Beomgyu asintió lentamente, aún confundido. Cuando Yeonjun se interpuso entre los bullies y él, Beomgyu se sintió aliviado pero también desconcertado. No está acostumbrado a que alguien intervenga en su favor, especialmente en un lugar nuevo donde apenas conoce a nadie.
-No te preocupes, no creo que vuelvan a molestarte.
-Gracias -repitió.
Pronto se dieron cuenta que iban al mismo lugar, la salida del instituto. Caminaban con un silencio abrumador, lleno de dudas por ambas partes.
-¿Te irás solo? -preguntó Yeonjun, mirando a Beomgyu con preocupación.
Beomgyu asintió. -Sí, estoy acostumbrado.
La garganta de Yeonjun picó de curiosidad, quería saber más de quién era, de dónde venía, no podía darse el lujo de perderlo otra vez ahora que lo había encontrado. Sintió una fuerte necesidad de proteger a Beomgyu, esa misma necesidad que lo llevó a intervenir en la situación con los bullies sin dudarlo. Esta acción también le generó una sensación de responsabilidad y preocupación por el bienestar de Beomgyu, así como cuando eran pequeños. Yeonjun estaba a punto de ofrecerse a acompañarlo hasta su casa cuando una voz familiar interrumpió sus pensamientos.
-¡Yeonjun! -Hueningkai, apareció corriendo hacia ellos-. Lo siento, ¿tardé mucho? Ya terminé de arreglar mis asuntos con la obra, además, Binnie me dijo que podía ensayar mañana. Vamos, mamá nos está esperando.
Yeonjun miró a Beomgyu, indeciso.
-¿Estarás bien?
Beomgyu sonrió tímidamente.
-Sí, estaré bien. Gracias de nuevo.
Hueningkai, que había notado a Beomgyu, le dio un saludo amistoso.
-¡Nos vemos en clase, Beomgyu!
Beomgyu devolvió el saludo con una sonrisa forzada que solo notó Yeonjun. -Nos vemos, Kai -y se dio la vuelta, para empezar a caminar en dirección opuesta a los hermanos.

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𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞 | YeonGyu
Fanfiction"-Es un sitio de lo más misterioso, la tierra de las lágrimas. -¿No es una cita de El Principito?" ¿Qué pasa si Beomgyu olvidó todos los momentos felices que vivió junto a su amigo? ¿Qué pasa si Yeonjun nunca lo olvidó, pese a los años que tra...