Era el año 1871 cuando el niño al que llamaron Joaquín vino a este mundo. En ese entonces, Margarita y José, padres del niño, vivían en el estado de Oaxaca; no tenían una riqueza enorme, ya que ambos trabajaron toda su vida como campesinos y no se ganaba mucho en ese tipo de vida. Sin embargo, eran felices con lo poco que tenían; José trabajó desde que era un niño y recién adquirió un terreno que antes era de su padre. En el caso de Margarita, ella trabajaba como cocinera de medio tiempo, iba a los campos de cultivo de la zona y vendía la comida que preparaba a los campesinos; en su tiempo libre se dedicaba al bordado de servilletas y a la artesanía y todos los días de mercado iba a vender sus trabajos.
Combinando el trabajo de los padres, no se ganaba mucho pero sí lo suficiente para vivir otro día.
Unos meses después del nacimiento de Joaquín, se difundió la noticia de que un general, Porfirio Díaz, se oponía al hecho de que su presidente, Benito Juárez, se proclamara presidente otros 4 años, así que lanzó algo llamado Plan de la Noria. Mientras sucedía esto, muchos campesinos, incluidos Margarita y José, estaban preocupados por el cómo esto podrá afectar sus vidas, así que por los siguientes años vivieron con angustia. Esa angustia se minimizó un poco cuando el plan de Díaz no funcionó, pero volvió cuando Juárez murió de manera inesperada en 1872. Al morir, tomó poder el siguiente al mando, un sujeto llamado Sebastián Lerdo de Tejada, que al trabajar con Juárez, no hubo mucha diferencia en la forma de vivir, hasta que un día, un general que venía a caballo, gritaba desde afuera de la casa de José:
-¿Alguien vive aquí? Que salga y se muestre.-exclamaba el soldado
Margarita no confiaba mucho, pero José la calmó y le pidió que se relajara, también que cuidara a Joaquín.
-Cuida al niño. Voy a ver que quiere.
-No viejo, no vayas.-Margarita tomaba la mano de José con miedo
-Tranquila mujer, no pasará nada
Margarita veía desde la ventana como José se acercaba al soldado y hablaban de algo. Pasaron 10 minutos y luego José regresaba rápido a su casa, mientras el soldado esperaba ahí.
-¡MUJER!- gritó José al entrar
-¿Qué pasó, viejo?
-Ya me voy
-¿Cómo que te vas?¿Qué pasó?
-El hombre de afuera -señalaba con el dedo al soldado de afuera- viene en nombre del presidente Lerdo de Tejada. Dice que anda juntando a todos los hombres de la zona porque van a hacer un tren.
-¿Un tren?¿Eso que es?
-Es como una especie de carreta de metal en el que van varias personas. Una vez vi uno, son inmensos. Mi papá trabajó para construir uno. En fin, me dice el hombre de afuera que una vez que terminemos, será más fácil vender nuestras cosechas y nos beneficiará a todos.
-Oye, ¿y te van a pagar en esto?
-Obviamente. De hecho, el tipo de afuera también va a traerte lo que ganemos todos los días.
-Oye, pues suena bien. Bueno, deja te preparo unos tacos para el camino, tu ve a prepararte, córrele.
Y así pasó. José se fue a trabajar a la construcción de la vía del ferrocarril. Margarita, todas las noches, rezaba para que su esposo se encontrara bien.
No fue mucho tiempo que José se fue, solo se había ido unos cuantos meses. Pero para Margarita fueron años; en ese tiempo, el soldado había ido todos los días a la casa y había entregado lo que ganaba José por su trabajo a su mujer.
-¿Solo esto?.- Margarita preguntaba
-Hay un nuevo gobierno, por lo tanto, tenemos que hacer un ajuste de administración.
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La Tienda
Non-FictionSon tiempos del Porfiriato y Margarita y José, 2 campesinos obligados a trabajar en una mina, luchan contra las adversidades de su estilo de vida y