Perfectamente imperfecto [Glasshearts]

Único Capitulo

Red suspiró ruidosamente y miró a Chloe desde su cama, donde ahora estaba acostada boca abajo, tratando de no pensar en lo aburrida que estaba. Era sábado, por el amor de Dios, y su molesta pero adorablemente responsable y diligente novia había pasado todo el día estudiando en su escritorio.

Red lo comprendió hasta cierto punto; después de todo, los exámenes finales se aproximaban y ella sabía que Chloe realmente quería mantener su puntaje perfecto o casi perfecto en todas las clases. A Red no le sorprendió en absoluto que Chloe hubiera logrado tal hazaña académica, ya que era ridículamente buena en casi todo lo que intentaba.

Chloe era el tipo de persona que siempre iba al menos dos semanas por delante en sus clases, se ofrecía a ayudar a sus profesores después de clase y siempre sabía la respuesta a todas las preguntas que le hacían en clase. Si hubiera un cartel de cómo era una estudiante modelo, Chloe sería la imagen.

Chloe era extremadamente atlética, inteligente, trabajadora, hermosa, amable, divertida y un millón de cosas más que a Red le encantaban. Sinceramente, Red no podía creer lo afortunada que era de estar saliendo con alguien tan increíble como Chloe. La misma Chloe que había prometido que terminaría de estudiar hace dos horas para que pudieran abrazarse y ver una película.

Eran las 6 de la tarde y Red ya había esperado TODO EL DÍA... bueno, había estado esperando desde el mediodía cuando se había levantado, pero aún era demasiado tiempo como para pasar sin abrazos o caricias cuando se había despertado. Al parecer, Chloe había estado estudiando desde las 11 y, honestamente, Red no sabía cómo alguien podía estudiar durante tanto tiempo sin volverse loco.

Desde que se levantó esa tarde, Red había hablado con su madre, hecho los deberes, había empezado a pintarse un autorretrato (le encantaba dibujar) y había corrido a la cafetería y les había llevado comida a ella y a Chloe. Y en todo ese tiempo, Chloe solo se había levantado de su escritorio una vez, aproximadamente tres horas después de haber comenzado su sesión de estudio, para correr al baño y estirar sus músculos agarrotados.

Red se estaba volviendo loca. Realmente no podía pasar mucho más tiempo sin la atención de su princesa sin volverse un desastre gruñón e irritable, lo que solo haría que todos se sintieran miserables. Ella misma incluida. Más allá de su propio deseo, algo egoísta, de pasar las próximas horas acurrucada con su novia sin ninguna preocupación en el mundo, estaba realmente preocupada por Chloe.

Las únicas cosas que Chloe había hecho en sus interminables estudios eran ir al baño a mitad de sesión, tomar un descanso de 5 minutos cuando Red se había despertado para saludarla y preguntarle cómo había dormido, y darle a su preocupada novia un beso de agradecimiento en los labios cuando le había traído algo de fruta y patatas fritas de la cafetería, insistiendo en que comiera.

Red podía entender de alguna manera por qué Chloe se ponía así. A pesar de que Chloe era ridículamente inteligente y capaz de retener información ridículamente bien, lo que significaba que en realidad no tenía que estudiar tanto, se ponía bajo una intensa presión para ser perfecta en todos los aspectos de su vida que pudiera controlar, un hábito que Red estaba tratando desesperadamente de que Chloe abandonara, ya que no era saludable obsesionarse con cada pequeño detalle de su vida de esa manera.

Chloe se ponía así cada vez que se producía un gran cambio o se avecinaba algún tipo de prueba o desafío. Chloe siempre dejaba que sus ansiedades se apoderaran de ella, estresándose hasta por las cosas más pequeñas y a Red le rompía el corazón ver a su novia preocuparse por no ser lo suficientemente buena, especialmente cuando era, literalmente, la persona más increíble e impresionante que Red había conocido.

Siempre que Chloe dejaba que su ansiedad se apoderara de ella de esa manera, si pasaba mucho tiempo así, a menudo se enfermaba porque su ansiedad era tan grave que sentía los síntomas físicamente en forma de migrañas, dolores de estómago y, cuando estaba en su peor momento, vómitos.