Destroyer

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                                                                                                       Dylan O’Neill

El olor a químico impregna todo el laboratorio jugando en perfecta sintonía con el ruido de las pastillas al ser arrastradas por la maquinaria. 

– Señor – Un empleado me trae mi teléfono – Se hace llamar “il diavolo”, ha llamado con mucha insistencia desde temprano. 

Si hay algo que me moleste es que llamen mientras estoy en mi laboratorio, así que atiendo porque ha de ser de suma importancia. 

– ¿Quién habla? 

– “molto tempo senza ascoltarti, Dylan” — El inconfundible acento italiano me lleva a aquella noche hace unos años, cuando estaba frente al cadáver de mi padre, mientras todos se lamentaban, Thomas Escudero recitaba la misma frase en mi oído “Si tú no los matas a ellos, ellos te matarán a ti” 

– ¿Qué quieres Thomas? — Mi padre siempre me enseño que los Escuderos son personas bastante de cuidado, jamás te llamarán solo para saludar. 

– Jajajá — Ríe suavemente — Idéntico a tu padre, pero tienes razón; no sé si te enteraste, pero… mataron a mi mujer.
 
– Si algo escuche. — Fue noticia mundial durante más de una semana y ni se diga del revuelo que se armó cuando sacaron las imágenes del cadáver. 

– Me tomé la tarea de buscar al culpable y después de tanto lo tengo – Hace una pausa y se escuchan papeles revoloteados — Te suenan los nombres de Nicholas Lark y Emily Blake? 

– ¿Ellos fueron los responsables? — Si es así, esta llamada puede ser bastante beneficiosa. 

– No solo eso, Emily Blake fue la que aventó a Nora desde el palco; le intentamos hacer un atentado, pero como siempre los Lark nos estorban… — Su voz cada vez parece destilar más odio — Son la sangre que mataron a tu papá Dylan, tengo un plan para acabar con ellos, pero te necesito a ti. 

– Te escucho… — Me pongo cómodo y empiezo a deleitarme con todas las proyecciones que Thomas me ofrece… 
Al terminar la llamada, recorro el laboratorio percatándome de que todo el proceso está demasiado apresurado y ya dentro de muy poco tendré esta maravilla circulando en la calle. 

– Dylan — Me llama Mason — No te habías aparecido en días, ya la droga está embalada y lista; solo hace falta ponerle un nombre y escoger a los inversionistas. 

– Hoy por la tarde la presento ante la sociedad; la denominaremos Destróyer”. Este término le saca una sonrisa bastante profunda, la cual implica que entendió el nombre. 

– Mi padre siempre soñó con que su versión de Destróyer saliera al mercado, — Digo recordando todas las veces que me habló de aquel proyecto— No pude encontrar la fórmula original, pero estoy seguro de que está lo enorgullecerá donde sea que este. 

Me palmea el hombro poniendo su brazo en mi cuello. 

– Vas a ser grande hermano, falta poco para tener lo que por años anhelaste. 

– Así es — Sudor, lágrimas y dolor; así es como recuerdo todos los años posteriores a la muerte de mi padre, me tocó vivir en las calles o sencillamente volverme conserje para que mi mamá y mi hermana no tuvieran problemas, pero eso acabó…
 
Al terminar con los últimos detalles voy hacia mi casa preparándome para la reunión de hoy en la cual presento oficialmente mi proyecto y me reuniré con las víboras a las que llamo familia. 

Hoy prefiero lo básico, así que me pongo una camisa blanca a medida acompañada de un pantalón gris, el cual resalta bastante. 

Cuando salgo del cuarto el silencio es algo tenebroso, así que apresuro mis pasos hasta llegar a la alcoba de Camille; la encuentro viendo a la ventana mientras su melena castaña típica de los O’Neill le cubre la espalda. 

En ruinas (borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora