Capítulo: La Batalla en los Cielos
El rugido de Kitty resonó en el cielo mientras ella y Viserys descendían hacia Desembarco del Rey, la capital de los Verdes. La gente en las calles miraba asombrada y atemorizada al joven jinete que demostraba el poder de los Negros con su mera presencia. Viserys, con su porte valiente y decidido, volaba sobre la dragona rosa de su madre difunta, un símbolo viviente de la resistencia y el legado de su familia.
Rhaela, observando desde una de las torres de la Fortaleza Roja, sintió una mezcla de emociones al ver a su nieto. La ira por el desafío y la audacia de Viserys se mezclaban con la nostalgia y el dolor al ver el dragón de su querida hija Alia. Los ojos de Viserys, llenos de determinación, le recordaban tanto a los de su difunta hija que su corazón se contrajo.
En otro rincón de la fortaleza, Aelor, el mellizo de Alia, montó rápidamente sobre su dragón Rottenbug, un ser de un marrón oscuro y asqueroso con ojos amarillentos y brillantes. Aelor sabía que no podía permitir que Viserys se paseara impunemente por la ciudad. Con un rugido que resonó por toda la capital, Rottenbug alzó el vuelo y comenzó a seguir a Kitty.
La persecución los llevó lejos de Desembarco del Rey, volando sobre campos y bosques hasta casi alcanzar Invernalia. La tensión en el aire era palpable mientras los dos dragones volaban en círculos, esperando el momento oportuno para atacar.
Finalmente, Aelor lanzó el primer golpe. Rottenbug se abalanzó sobre Kitty con sus garras extendidas, pero Viserys, con una habilidad sorprendente, esquivó el ataque y dirigió a Kitty hacia el costado de Rottenbug. Los dragones se enzarzaron en una feroz lucha en el aire, sus rugidos resonando como truenos.
Viserys, demostrando un coraje más allá de su edad, saltó de Kitty y se lanzó sobre Aelor, que estaba desprevenido. La lucha cuerpo a cuerpo sobre los dragones fue breve pero intensa. Viserys, con un movimiento rápido y preciso, clavó su espada en el pecho de Aelor, acabando con la vida de su tío.
Kitty, aprovechando la distracción, rasgó el vientre de Rottenbug con sus garras afiladas, haciendo que las tripas del dragón marrón cayeran en un sangriento espectáculo. Rottenbug, ya sin vida, comenzó a caer del cielo, llevándose a Aelor con él.
Viserys, aún en caída libre, fue rescatado por Kitty en el último momento. La dragona rosa se sumergió en picada y lo atrapó con sus garras antes de que tocara el suelo. Juntos, se elevaron de nuevo en el aire, habiendo ganado la batalla.
Desde lo alto, observando la escena, Rhaenyra montada en Syrax había estado lista para intervenir si fuera necesario. Ver a Viserys luchar con tal valentía y habilidad llenó su corazón de orgullo. La reina sonrió, sabiendo que el futuro de su linaje estaba en buenas manos.
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El último dragón: La casa del dragón
Novela JuvenilEl último dragón: La Saga Targaryen ofrece una mirada profunda a las complejidades de la política familiar, el amor y el poder en la casa Targaryen. A través de los ojos de Rhaena, la novela explora la tensión entre el deber y el deseo, la lealtad y...